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Quien Era El Dios De Los Aztecas?

Quien Era El Dios De Los Aztecas
Huitzilopochtli – Si te preguntabas cuál es el dios de México más poderoso, Huitzilopochtli es dios azteca considerado el Padre de los aztecas, de tal forma que era su patrón principal. Huitzilopochtli, quien es el dios más poderoso de la mitología azteca, es también hijo del dios Tonatiuh y la diosa Coatlicue.

¿Quién es el dios de los aztecas?

Sala 4: Huitzilopochtli Huitzilopochtli o “Colibrí Zurdo” es el dios de la guerra, advocación solar y patrono de los mexicas. Bajo su tutela, este pueblo se convirtió en el más poderoso del ámbito mesoamericano durante el periodo Postclásico. Era hijo de Coatlicue, hermano de Coyolxauhqui, la Luna, y de las estrellas, los Centzonhuitznahua, todos ellos dioses de inspiración mexica.

  1. Su sitio tan relevante en el Templo Mayor, da cuenta de la importancia que Huitzilopochtli representaba para los mexicas: la guerra y el tributo como parte del sustento económico.
  2. En esta sala se exhiben diversos objetos relacionados con Huitzilopochtli.
  3. Destaca entre ellos la escultura conocida como el “Guerrero Águila” encontrada en La Casa de las Águilas, edificio religioso ubicado al norte del Templo Mayor.

Los estudios del doctor Leonardo López Luján dan otra interpretación a estas figuras, llamándolos Hombre Águila, que representan al sol ascendente, o al Tlatoani que nace después de su elección como gobernante. Asimismo, la representación del dios de la muerte, Mictlantecuhtli, destaca entre las piezas exhibidas.

Otras esculturas relacionadas directamente con esta deidad son los Portaestandartes, que representan a los Centzonhuitznahua, hermanos de Huitzilopochtli. Además, se puede apreciar una colosal cabeza de serpiente hecha en basalto, que representa a la serpiente de fuego, la Xiuhcóatl, misma que es el arma con que la deidad guerrera derrotó a su hermana.

Otros objetos relevantes de esta sala, y que fueron encontrados del lado correspondiente a Huitzilopochtli, son: la representación de Mayahuel, diosa del pulque; uno de los varios relieves del “Señor de la Tierra”, Tlaltecuhtli, varias esculturas del dios del fuego, Xiuhtecuhtli-Huehuetéotl, e, indudablemente, el gran monolito de Coyolxauhqui que se asocia con el mito de nacimiento de Huitzilopochtli, diosa lunar que yace desmembrada y que fue hallada el 21 de febrero de 1978.

¿Quién es el padre de los dioses aztecas?

1 La noción de “agencia” o intencionalidad, proviene del inglés agency (Gell, 1998). Significa, en el (.)

1 Los mexicas representaban a sus dioses de forma antropomorfa, pues los consideraban como entidades dotadas de agencia, 1 es decir, “personas” con un cuerpo humano. Por lo tanto, cada dios se identificaba por sus nombres y los símbolos que componían sus atavíos.

2 Por ejemplo, a la diosa del agua llamada Chalchiuhtlicue, “La de la falda de jade”, se le adjudicab (.)

2 En efecto, no resulta sencillo reconocer a un dios mexica por medio de su nombre, porque cada uno tiene generalmente arriba de diez.2 Si bien estos números parecen modestos en comparación con los dioses hindúes que llegaban a poseer hasta mil denominaciones (Tarabout, 1992: 56), plantearon problemas a los investigadores que procuraron distinguir entre el nombre principal y los nombres secundarios, a los que llamaron “advocaciones” y “nombres asociados” (Tena, 2009: 25, 26, 28), títulos (Anders, Jansen y Reyes García, 1998: 178), o apelaciones (Olivier, 2004: 31).3 A lo anterior se añade otra dificultad que consiste en que varios de los nombres secundarios suelen ser compartidos por distintos dioses.

Por ejemplo, Noche/Viento ( yohualli/ehecatl  ) se aplica tanto a Tezcatlipoca como a Quetzalcóatl (León-Portilla, 1957: 166), Padre/Madre de los dioses ( teteoh intah/teteoh innan ) es una apelación del dios de la dualidad (Ometéotl) y del dios del fuego (Xiuhtecuhtli) (León‑Portilla, 1957), y Enemigo ( yaotl  ) designa a Tezcatlipoca, Huitzilopochtli, Xipe Tótec y Quetzalcóatl (Olivier, 2004: 64).

Por supuesto, este hecho no facilita la presentación de un catálogo de dioses y, para lograrlo, Tena (2009) tuvo que escoger entre las advocaciones atribuidas a cada uno de estos dioses para evitar que dos entidades llevaran el mismo nombre: por ejemplo, presentó Noche/Viento ( yohualli/ehecatl  ) y Enemigo ( yaotl  ) como si fueran exclusivos de Tezcatlipoca (Tena, 2009: 28), y Padre/Madre de los dioses ( teteoh intah/teteoh innan ) como si fueran específicos del dios del fuego (Tena, 2009: 34).4 Varios investigadores trataron de explicar el que ciertos dioses compartieran apelaciones por su proximidad en el panteón.

  • León-Portilla (1957: 164-178) fue uno de los primeros en argumentar que, si Tezcatlipoca, Quetzalcóatl y Xiuhtecuhtli llevan los mismos nombres que el dios de la dualidad Ometéotl, es porque representan una faz de este último.
  • A partir de entonces se volvió casi una tradición pensar que los dioses que comparten una apelación comparten una identidad.

Así, según Graulich (2004: 58), el dios del fuego, Xiuhtecuhtli, recibe el nombre secundario de Madre/Padre de los dioses, el cual es el nombre principal de la diosa de la tierra llamada Teteo Innan, Madre de los dioses; de ahí se deduciría la existencia de estrechas relaciones entre Fuego y Tierra.

  1. En este razonamiento, se reconoce el argumento que Spranz (1973) aplicó al estudio de los ornamentos de los dioses.
  2. Según este especialista de los manuscritos pictográficos del Grupo Borgia, los ornamentos que identifican a los dioses son a menudo compartidos por otras deidades.
  3. El que un rasgo determinativo de un dios se encuentre en otro demostraría la existencia de una cercanía entre las dos deidades.

A partir de esa idea Spranz constituyó grupos de dioses basados en el número de elementos iconográficos compartidos por las deidades.5 Una reflexión sobre los nombres de los dioses nos lleva, pues, a interesarnos en la noción de panteón. Dividir a los dioses en grupos coherentes de potencias reunidos en una totalidad equivale a considerar que las deidades forman parte de un conjunto organizado según unos principios rectores que establecen un ordenamiento sistemático de lo divino (Schlemmer, 2009a y 2009b).

Precisamente, es lo que pasaba con los antiguos griegos y romanos quienes, de manera consciente —es decir, de manera emic —, construían la coherencia interna de sus panteones. Así es como los dioses de la Antigüedad se ofrecieron al estudio estructuralista que les aplicó el historiador francés Vernant (1974).

Recordemos que en esa época imperaba en Francia, en la antropología, el método estructuralista basado en la búsqueda de relaciones entre los elementos de un sistema, a la semejanza del sistema fonológico construido por medio de oposiciones binarias entre los fonemas.

El panteón griego podía aparecer “como un sistema de clasificación, una manera de ordenar y conceptualizar el universo, distinguiendo en él múltiples tipos de poder y potencia. En este sentido, diría que un panteón como sistema organizado, implicando que existan entre los dioses unas relaciones definidas, es de alguna manera un lenguaje, un modo especial de aprensión y expresión simbólica de la realidad” (Vernant, 1974: 106, traducción de la autora).

Llama la atención que Vernant utiliza el término de lenguaje en su sentido fonológico: los dioses no deben ser considerados como personas aisladas, sino organizados en una estructura en la cual cada uno ocupa un lugar bien definido, en oposición con otro.

Sin embargo, esta visión estructural implica que los dioses tengan una identidad bien definida y que un mismo principio —las relaciones de parentesco, como es el caso griego—, los organice. Así se presenta en el panteón griego, pero no en otros tipos de politeísmo.6 Los especialistas de la antigua India pusieron de manifiesto la diferencia entre el panteón ordenado de los griegos y el conjunto complejo de los dioses hindúes: “Unidos entre ellos por lazos de parentesco y alianza, los dioses griegos son suficientemente individualizados para poder conformar una sociedad.

Los dioses del brahmanismo están en número indeterminado, variable según el punto de vista adoptado. No tienen una verdadera genealogía y su identidad es demasiado lábil para ser contenida en un sistema de parentesco” (Malamoud, 1989: 7, traducción de la autora).

Además, las deidades hindúes se entremezclan, empezando por el sistema de nominación. Por ejemplo, los grandes dioses que son Vishnu y Shiva no pueden ser identificados sólo por su nombre, pues Shiva (Benéfico) es (también) una apelación que se da a Vishnu. Por lo tanto, “el sistema de nominación no permite por sí mismo distinguir siempre entre las potencias” (Tarabout, 1992: 57, traducción de la autora).

Entonces, ¿cómo descubrir la lógica que determina la construcción del conjunto de dioses? La respuesta de Tarabout descansa en la noción de contexto: “las potencias se conocen en contexto. Hacer abstracción de estos contextos es tomar el riesgo de construir un panteón estático y falsamente clasificatorio.

No estamos en presencia de un conjunto de posiciones fijas que varias deidades vendrían a ocupar, ni de un catálogo de fenómenos naturales u otros: no es una nomenclatura del mundo” (Tarabout, 1992: 68, traducción de la autora).7 Los dioses mexicas presentan semejanzas con los dioses hindúes, en particular en lo que se refiere a las ambigüedades que caracterizan su sistema de nominación.

Entonces, les aplicaremos la noción de contexto. La perspectiva teórica que permite pensarla es la pragmática, del griego pragma, que significa “acción, ejecución, cumplimiento, manera de actuar, consecuencia de una acción” (Bracops, 2010: 15, traducción de la autora).

  1. En latín, lo pragmático se refiere a las acciones y los asuntos que decidir.
  2. Más que un método elaborado por una ciencia social en particular, se trata de una estirpe filosófica que se remonta al filósofo Kant en su Antropología en el sentido pragmático (, 2004), quien asegura que el punto de vista pragmático sobre el hombre consiste en tratar al hombre como instituido por el hombre mismo (Descombes, 1991).

Uno de los campos de aplicación de la pragmática es la lingüística. Desde este punto de vista, por su filiación anglosajona, se nota la influencia que tuvo Malinowski, el gran etnógrafo de las Islas Trobriand, conocido por haber llevado sus encuestas a la lengua autóctona, lo que lo condujo a reflexionar sobre la relación entre la lengua y la cultura.

En un suplemento del libro The Meaning of Meaning (1923) de Ogden y Richards, Malinowski contrapone el estudio de las lenguas muertas con el de las lenguas no escritas. Asume que, en este último caso, el lenguaje es un instrumento adaptado a un objetivo, por ejemplo, cuando un intercambio de palabras acompaña una actividad de subsistencia, como la pesca.

Por consiguiente, la lengua no existe más que en la enunciación efectiva ( actual utterance ), la cual está estrechamente ligada al “contexto de situación” ( context of situation ). La relación entre enunciación y situación es tal que es imposible captar el significado de una palabra sin restituir el conjunto de las circunstancias en el que fue enunciada.8 Entre 1930 y 1990, la lingüística dio un giro pragmático, asociado al nombre de varios semiólogos, Pierce y Morris; y filósofos del lenguaje, Grice y Searle (Bracops, 2010: 27-31), entre los cuales John Austin (1962) es quizá uno de los más conocidos en antropología.

Las nociones clave de la pragmática en lingüística son: el acto (pues el lenguaje es acción, permite actuar sobre el mundo); el contexto (la interpretación del lenguaje no puede ser lograda sin tomar en cuenta la situación concreta en la cual los discursos son emitidos como el lugar, momento, identidad de los interlocutores, etcétera), y el desambiguar (porque las informaciones no lingüísticas son necesarias para la comprensión sin equivocación de la frase) (Bracops, 2010: 16).9 En este artículo se aplicará la interpretación pragmática al sistema de nominación de los dioses mexicas.

La lingüística distingue los nombres entre común y propio. Ahora bien, Chave-Dartoen, Leguy y Monnerie (2014) han mostrado que la definición estructural o sintáctica de los nombres propios se ha topado con tantas dificultades que su estudio ha permanecido abandonado hasta ahora.

Esta observación se aplica de manera particular a la categoría de nombres propios que son los nombres de los dioses. En efecto, a propósito de los dioses mexicas, Launey (1986, II: 1117-1125) asentó que los nombres propios constituían una sub-clase de nombres difíciles de caracterizar de manera universal.

En particular, sus atributos generales, tales como fueron establecidos por Molino (1982), se aplican mal a la lengua náhuatl: 10 • La ausencia del artículo determinativo. Molino dice que el artículo definido está generalmente ausente en los nombres propios y, sin embargo, precede a los nombres de los dioses mexicas (por ejemplo, se dice in Huitzilopochtli).11 • La improductividad morfológica.

  • Molino supone que los nombres propios no ofrecen la base de otras formas gramaticales y, sin embargo, el náhuatl construye formas verbales sobre ellos, como el caso de am-oxomocon-ti, an-cipactonal-ti (ustedes desempeñan el papel de Oxomoco y Cipactonal).12 • El singleton,
  • Un nombre propio no pertenece más que a una sola persona; ahora bien, en náhuatl, existen nombres de dioses en plural, por ejemplo, el dios Tláloc ( sg ) tiene sus ayudantes llamados tlaloqueh ( pl ).

Además, como lo hemos subrayado antes, un dios recibe diferentes nombres y varios dioses comparten el mismo nombre.13 Chave-Dartoen, Leguy y Monnerie (2014) aseguran que el análisis de los nombres propios, difícil de llevar a cabo con el método sintáctico, es mucho más fácil en el marco de la pragmática, al tomar en cuenta el contexto social de la nominación.

  1. Éste será mi método para estudiar los nombres de los dioses mexicas.
  2. Precisamente, la obra de Sahagún proporciona una gran cantidad de plegarias en náhuatl dirigidas a los dioses, así como discursos ceremoniales que mencionan a las deidades en el Florentine Codex (de aquí en adelante FC ).
  3. Estas plegarias representan verdaderas piezas de literatura oral prehispánica, ya que fueron recopiladas de la boca de los especialistas rituales que sobrevivieron a la Conquista.14 Tomaré en cuenta la totalidad de los nombres de un dios enunciados en el curso de las plegarias que se le dedican.

Cada plegaria se dirige a una deidad con cierto objetivo, por tanto, enunciar el nombre de un dios tiene el propósito de poner en acción una función precisa en un momento dado. Dicho de otra manera: un dios tiene numerosos nombres porque tiene muchas competencias: ¿En una situación dada, cuál es la competencia movilizada? De tal modo, no buscaré la lógica del proceso de nominación en la identidad fija de unos dioses pertenecientes a un panteón estático, sino considerando que los mexicas buscaban en los dioses un medio ritual de actuar sobre situaciones de su vida social.

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Por tanto, se tratará de poner las competencias divinas en relación con las acciones humanas.15 Las plegarias recopiladas de boca de los informantes de Sahagún ( FC VI), dirigidas a ciertos dioses, son las que mencionan sus diversas apelaciones. Por supuesto, los dioses más citados en las plegarias son los que nos han dejado el mayor número de apelaciones.

Así, por ejemplo, una sola plegaria está dedicada a Tláloc, dios de los cerros y de la lluvia ( FC VI: 35), lo que sólo nos permite conocer una decena de sus nombres. En cambio, las plegarias que invocan a Tezcatlipoca, dios de los soberanos, son siete ( FC VI: cap.1-6 y 9), y dan acceso a 30 de sus nombres.

¿Quién fue el primer dios azteca?

Conoce a los dioses aztecas, aquellos seres que conformaron la cosmovisión de uno de los pueblos prehispánicos más sorprendentes: el mexica. – Los dioses aztecas fueron entidades supremas que regían la cosmovisión del mundo mexica y que eran los encargados de mantener el equilibro.

El primero fue Ometéotl, después, surgieron una gran cantidad de deidades con funciones muy específicas como Yacatecuhtli, quien fue conocido como el dios de los viajeros. Al principio de los tiempos, cuando nada existía, surgió Ometéotl : el dios que se creó a sí mismo. Después, Ometéotl dio vida a: Ometecuhtli y Omecíhuatl, quienes se consideran como la Pareja Creadora.

Ambas deidades procrearon a los cuatro Tezcatlipocas : Xipe Tótec (el rojo), Yaótl (el negro), Quetzalcóatl (el blanco) y Huitzilopochtli (el azul). A partir de estas deidades principales, van a surgir muchas otras cuya popularidad varía. Por ejemplo, pocos hemos oído hablar de Chantico, diosa de los tesoros personales, pero, muchos sabemos que Tonatiuh es dios del sol.

  • Es indispensable señalar que se trata de un error interpretar la cosmovisión nahua de manera lineal.
  • Pues, se trata de una mitología profundamente compleja en la que una deidad puede ser la madre de su propia abuela.
  • Un ejemplo es la diosa Coatlicue, quien es considerada “madre de los dioses” o como “la deidad abuela”.

Coatlicue desciende de la Pareja Creadora y al mismo tiempo, es madre de su propia madre. Quien Era El Dios De Los Aztecas Xipe Tótec

¿Cuál es el dios azteca más poderoso?

Huitzilopochtli, sin duda, fue el dios más temido y poderoso. Como dios de la guerra, el sol y el sacrificio, era el dios a tener en cuenta. Cada vez que los aztecas estaban en guerra, él sería reverenciado por ayudarlos a ganar, o se le haría un sacrificio en caso de que fueran derrotados.

¿Cuál era el dios más poderoso de los aztecas?

Aun así, la mayor cantidad de sacrificios humanos se realizaron en honor a Huitzilopochtli, el más poderoso de los dioses aztecas.

¿Que dios azteca creó la tierra?

Arte y medicina La señora de la Tierra, de cabello rojo ensortijado The red curly hair Mistress of the Earth Era el 2 de octubre de 2006 y los trabajos del Templo Mayor seguían con su actividad consuetudinaria. Cada rincón, cada metro era la puerta al mundo mexica, que estaba esperando poder hablar con sus interlocutores: los arqueólogos. Ya en la zona se habían realizado varios salvamentos arqueológicos como parte del proyecto inicial Templo Mayor, ya que el edificio del antiguo Mayorazgo de Nava Chávez se estaba hundiendo de manera diferenciada; la fachada que daba a la calle de República de Argentina lo hacía a un ritmo más lento.

Con la idea de conocer qué se había hecho en las intervenciones previas, en esa zona los ingenieros pidieron el apoyo del equipo del Programa de Arqueología Urbana (PAU) entre enero y junio. Se descubrieron varias etapas de la construcción del Templo Mayor, ofrendas y una estructura sobre la que se apoyaba la fachada del antiguo Mayorazgo, pero la estabilidad del edificio se hallaba comprometida.

Sacaron a los arqueólogos del lugar y poco después la estructura de la fachada colapsó, por lo que se determinó la demolición del resto de la estructura. El terreno se ofreció en venta y quedó limpio en unas cuantas semanas, y se decidió ampliar tres pozos de los siete que previamente se habían encontrado en 1994.

  • Sin saberlo y sin que los arqueólogos del sitio se percataran, uno de los pozos que se agrandó, pasó a pocos centímetros del monolito del hablaremos más adelante 1,
  • Por diversos motivos el terreno baldío quedó medio olvidado, y en octubre de 2006 regresaron los arqueólogos para hacer un sitio en el que lo encontrado pudiera ser expuesto para que fuera visitado.

Se inició entonces la construcción de un muro de contención, y el 2 de octubre, cuando uno de los trabajadores laboraba sobre el perfil del terreno en el que se construiría el muro, se pasó unos centímetros del límite que se había establecido y al sumir su pico en una roca, la vibración que percibió le sugirió que ahí había algo muy grande.

  • Dos de los arqueólogos (López Arenas y Ulises Lima) llegaron al sitio y con cuidado removieron la tierra que cubría al gigantesco monolito.
  • Se agregaron, a la mañana siguiente Eduardo Matos y Leonardo López Luján, y entre los cuatro supusieron, por las características del hallazgo, que podía ser la representación frontal o dorsal de una divinidad.

Los caracoles y diez uñas que pertenecían a dos garras hicieron suponer que se trataba de una diosa “telúrica y nocturna”: Tlaltecuhtli. El monolito era de andesita rosada, de forma cuadrangular de 4.2 ( 3.65 ( 0.40 m, con un peso aproximado de 15 toneladas.

  1. Cuando se encontró estaba fracturado en cuatro segmentos que fueron recuperados, uno por uno, para poder estudiarlos.
  2. Llamó la atención que los colores originales aún podían identificarse, y para recuperarlos se retrasó el estudio del monolito.
  3. Al unir los cuatro segmentos se observó que sus muslos estaban flexionados en una posición que recuerda un alumbramiento.

Su cabellera era rizada, de color rojo oscuro, característica de las deidades del inframundo. La cabellera se unía a la frente por una banda ocre formada por 16 motivos convexos que, para los mexicas, podía simbolizar una incisión en el cuerpo como resultado de la guerra o del sacrificio 1, 2,

El rosto tenía una frente estrecha con dos arcos superciliares bien limitados que enmarcaban párpados y ojos. Su nariz era ancha y en las mejillas había unos discos rojos, característica de una diosa de la tierra. La boca abierta dejaba ver sus dos hileras de ocho dientes y sus encías rojas. De la boca salía la punta de la lengua que pareciera sorber la sangre que emana de su abdomen.

Sus orejas presentaban prominentes orejeras. El torso desnudo revelaba los senos flácidos que la presentaban como una madre prolífica; además, de pliegues que atravesaban el abdomen. En el centro se aprecia, semidestruida, una incisión con relieves que sugieren una cabeza y se cree que de ahí brotaba la sangre que llegaba a su boca.

En este espacio se apreciaba lo que parecía un personaje divino. Su falda corta se adorna con cráneos humanos y largos huesos cruzados; rematada por una cuerda blanca y gruesa de que la estaban sujetas unas banderolas de papel blanquecino. Esta prenda identifica a los seres de la oscuridad que ayudaron a formar y poblar el universo al principio de los tiempos.

Su falda, además, tenía sobrepuesta una falda de estrellas o citlalicue, Sus extremidades eran robustas y sus codos y rodillas estaban cubiertos por mascarones de seres telúricos. En lugar de manos y pies, tenía unas garras amenazantes. Habitualmente esta(e) diosa/dios no era venerada(o) abiertamente, sus representaciones se enterraban boca abajo y solo algunos elegidos conocían su existencia.

  1. Por esta razón se sabe poco de ella.
  2. Además, se cree que, por el temor a la deidad, se les proporcionó poca información a los cronistas.
  3. Hay que recordar que era la devoradora de cadáveres; otra posibilidad es que, dado que esta diosa estaba boca abajo, era la única que podía mantenerse en su posición original, y los indígenas empleaban monolitos con su imagen para hacer las bases de las columnas de los edificios coloniales 3,

Se menciona también que los relieves de esta diosa estaban generalmente en la parte baja de otros dioses, hacia la base que descansa sobre la tierra y que no es vista. Tlaltecuhtli, aparece como una deidad femenina y/o masculina, habitaba en el cielo y se le describe como un monstruo marino que vivió en los océanos después del cuarto diluvio. El mito relata que Quetzalcóatl y Tezcatlipoca, transformados en serpientes, la engañaron: Tezcatlipoca se cortó un pie para atraerla, la tomaron de las extremidades y la desgarraron de manera helicoidal a la mitad. Una parte la lanzaron hacia arriba, lo que formó el cielo, y la otra se convirtió en la tierra.

  1. Para compensar a esta deidad, los otros dioses se acercaron para darle consuelo y ordenaron que los frutos con los que se alimentara el hombre surgieran de ella.
  2. También hicieron de sus cabellos los árboles y las flores, de sus ojos pozos y de la nariz valles y montañas.
  3. La diosa lloraba y lloraba, siempre tenía hambre y no se silenciaba hasta que se le alimentaba con sangre humana 4, 5,

Tlaltecuhtli es la diosa de la tierra, la encargada de devorar cadáveres para parir el alma de ellos y así liberarla y que les sea posible emprender su viaje al Mictlán o al Tlalocan. Esta dualidad de dar vida y muerte la hace una diosa poderosa, es la diosa de la Tierra, la que da el alimento y también a la que regresan los muertos. El monolito se exhibe en el Museo del Templo Mayor. ¿Por qué una diosa tan poderosa fue tan poco conocida a la llegada de los españoles? Otra diosa sacrificada, igual que Coyolxauhqui 6, Una por defender su derecho y la otra por la ocurrencia de los dioses Quetzalcóatl y Tezcatlipoca REFERENCIAS 1.

  1. López Luján L.
  2. Tlaltecuhtli.
  3. INAH; Conaculta, Fundlocal, Fundación 2010.
  4. México 2010.2.
  5. Matos Moctezuma A, López Luján L.
  6. La diosa Tlaltecuhtli de la Casa de la Ajaracas y el rey Ahuítzotl.
  7. Arqueología Mexicana.2007, 14(83),22-29.3.
  8. Matos Moctezuma E.
  9. Tlaltecuhtli.
  10. Señor de la tierra.
  11. Disponible en: http://www.historicas.unam.mx/publicaciones/revistas/nahuatl/pdf/ecn27/515.pdf 4.

Arreola Gutiérrez DJ, Pineda Arzola H, Uribe Vergara CY, Pineda Leyte T, Roque Hernández RC, Báez Sam L. Colectivo de Antropología Chinampera-Interpretación del monolito de la Tlaltecuhtli de Templo Mayor. Disponible en: https://antropologiachinampera.files.wordpress.com/2014/12/tlatecuhtli-antropologc3ada-chinampera.pdf 5. Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons

¿Eran malvados los aztecas?

Los aztecas, por otro lado, son vistos como un pueblo excepcionalmente vicioso y malvado, clasificándose junto a los nazis en la imaginación popular. En realidad, sin embargo, Tenochtitlán no era un lugar especialmente violento. La violencia interpersonal e ilegal, como el asalto y el asesinato, parece haber sido bastante rara.

¿Teotl es un dios?

La religión azteca sancionada por el estado interpretó a teotl como el dios supremo, Ometeotl (literalmente, ‘Dios Dos’, también llamado en Tonan, en Tota, Huehueteotl, ‘nuestra Madre, nuestro Padre, el Dios Antiguo’), así como una multitud de dioses menores, estrellas, fuego y agua (Leon-Portilla 1963).

¿A qué dios sacrificaron los aztecas?

Cuando los aztecas sacrificaban personas a Huitzilopochtli (el dios con aspectos guerreros), la víctima se colocaba sobre una piedra de sacrificio. Luego, el sacerdote cortaba el abdomen con una hoja de obsidiana o pedernal. El corazón sería arrancado aún latiendo y sostenido hacia el cielo en honor al Dios-Sol.

¿Los aztecas tenían dioses femeninos?

Cihuacóatl, diosa del parto y recogedora de almas. Coatlicue, diosa de la fertilidad, la vida, la muerte y el renacimiento. Chimalma, diosa de la fertilidad, la vida, la muerte y el renacimiento. Xochitlicue, diosa de la fertilidad, la vida, la muerte y el renacimiento.

¿Cuál es el origen de los aztecas?

El medio y sus habitantes – El pueblo azteca es originario de la mítica tierra de Atzlán, ubicada al norte del área mesoamericana (actual norte de México) y hogar de una serie de culturas denominadas chichimecas. El término chichimeca designa a los pueblos extraños a la región de Mesoamérica, los cuales poseían un nivel de desarrollo material muy escaso en relación a las imponentes civilizaciones que se habían sucedido en dicho territorio, tales como Teotihuacán, los zapotecas de Monte Albán o los toltecas. Los aztecas o mexicas arribaron al Valle de México en el transcurso del siglo XII de la era cristiana. Tras una larga peregrinación y permanentes luchas con los pueblos que fueron encontrando en su camino, los aztecas se instalaron en las cercanías del gran lago mexicano y fundaron, en el año de 1325, su capital Tenochtitlán en el lago Texcoco. Desde entonces, los aztecas compartieron el espacio geográfico denominado Valle de México con numerosos pueblos de diversas características culturales. Con un área de 7.853 kilómetros cuadrados, la meseta mexicana se extiende aproximadamente 120 kilómetros de norte a sur y 70 de este a oeste y albergaba en esta época altas montañas y una serie de lagos interconectados como los de Zumpango, Xaltocan, Texcoco, Xochimilco y Chalco.

La temperatura promedio era de 15 grados Celsius con precipitaciones concentradas entre los meses de mayo y octubre. En este ambiente abundaban los insectos, aves como el pavo y reptiles. Salvo el jaguar, el venado y el puma no había grandes animales en la zona que se pudieran aprovechar para la alimentación, el trabajo o el transporte.

Esto mismo convirtió a la agricultura en la actividad principal de subsistencia para los pueblos del valle y, además, obligó a realizar el traslado de mercancías por medio de balsas en los lagos y sobre las espaldas de los tlamemes o cargadores en las rutas comerciales. El poderío azteca se forjó gracias a las alianzas militares acordadas con los acolhuaques de Texcoco y con los tepanecas de Tlacopán. La configuración de esta triple alianza se consolidó alrededor de la segunda mitad del siglo XV, a sólo cincuenta o sesenta años de la irrupción española en México, La expansión de los aztecas por el valle y su creciente influencia sobre la mayoría de los pueblos del área se debió a su compleja organización militar, al arrojo de sus guerreros y al apoyo en la Triple Alianza. Al mismo tiempo, dentro del territorio dominado por los aztecas se mantuvieron algunos enclaves independientes en constante pugna con los invasores. Es el caso de los otomíes y de los tlaxcaltecas que más tarde harían causa común con los españoles.

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¿De dónde son los aztecas?

Los aztecas eran el pueblo nativo americano que dominaba el norte de México en el momento de la conquista española a principios del siglo XVI. Una cultura nómada, los aztecas finalmente se establecieron en varias islas pequeñas en el lago Texcoco donde, en 1325, fundaron la ciudad de Tenochtitlan, la actual Ciudad de México.

¿Qué es lo más importante para los aztecas?

¿Qué fue la civilización azteca? – La civilización azteca fue una de las más importantes culturas mesoamericanas, Habitó el valle de México entre 1345 d.C. y 1521 d.C., y se convirtió en la cultura dominante de la región hasta la llegada de los conquistadores españoles.

  • Conquistando a los pueblos vecinos e imponiendo el pago de tributos, los aztecas crearon un imperio teocrático desde la ciudad Tenochtitlán,
  • Fueron reconocidos por la ferocidad de sus guerreros y la riqueza de sus ciudades.
  • Además, desarrollaron su propio sistema de escritura con el que registraron sus historias, la genealogía de sus reyes y sus creencias religiosas.

La civilización azteca es una de las culturas precolombinas mejor documentadas, A la llegada de los españoles, el Imperio azteca se encontraba en su auge. Si bien muchas ciudades, objetos y códices fueron destruidos durante la conquista, todavía siguen apareciendo hallazgos arqueológicos que permiten a los especialistas conocer mejor el pasado azteca.

¿Quién es el padre de los dioses mayas?

Hunab Ku: Padre de los Dioses – ¿Cuál es el dios maya más importante? La deidad más relevante para los mayas es Hunab Ku (también conocido como Hunab), el que es considerado el padre de todos los dioses, A través de su propio nombre, cuyo significado es “un solo dios”, los mayas otorgaron a esta deidad el primer lugar en el mundo de los dioses, la máxima importancia y relevancia.

Este es el único dios que posee vida para ellos y a través de él proceden no solo el resto de deidades, sino también la construcción de todo lo que les rodeaba. Por ello, representa el todo y la nada. Hunab Ku es el dios maya creador del mundo, el que diseñó los cielos y al cuál se representa a través del Sol,

Los mayas le consideraron el centro del universo. Según la mitología maya se cree que Hunab Ku creó el mundo en tres veces. La primera vez que el dios creó el mundo lo habitó de sabios, la segunda incluyó a los Dzolob, una raza malévola y oscura, y por último, creó el mundo y la vida, el sitio donde nacerían los mayas.

¿Quién es Quetzalcóatl para los aztecas?

Quetzalcóatl | Mediateca INAH Quetzalcóatl, dios creador del hombre, el Señor de la Aurora y la Serpiente Nube de Lluvia; el que dio al hombre el maíz, el pulque y el calendario, lo que lo convirtió en una deidad común entre diversas civilizaciones mesoamericanas.

En la cultura maya, Quetzalcóatl se hace presente a través de la imagen de Kukulcán o “Serpiente emplumada”, cuyos mayores vestigios se encuentran en Chichén Itzá y Mayapán. Este incensario muestra una representación de Kukulcán o de un sacerdote ataviado con sus símbolos. Lleva un tocado en la cabeza dando la impresión de que su cara emerge de las fauces de un jaguar u ocelote, símbolo de poder y nahual de Quetzalcóatl, al que le faltan los colmillos del maxilar superior.

Esta pieza arqueológica procede de Mayapán, sitio que, de acuerdo con fray Diego de Landa en su “Relación de las cosas de Yucatán”, fue fundada por Kukulcán, quien reinó durante un tiempo y después partió hacia el centro de México. Actualmente esta pieza forma parte de la colección del Museo Nacional de Historia, Castillo de Chapultepec.

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¿Cómo fue el origen según los aztecas?

Introducción El 2 de enero de 1492, Mohammed XII de Granada, también llamado Boabdil, deformación castellana de Abû Abdil-lah, se rindió, poniendo así fin a la reconquista española después de unos siete siglos de invasión árabe. Liberada del yugo islámico, la Corona española, a su vez, se propuso conquistar el Nuevo Mundo para evangelizarlo.

Reforzados en esta tarea por la bula Inter caetera o de donación del papa Alejandro VI, del 3 de mayo de 1493, los españoles llegaron a América. Un episodio destacado de esta aventura fue la conquista del Imperio azteca. Duró de 1519 a 1521 y fue una verdadera tragedia humana. Hernán Cortés con un puñado de hombres derrotó a la más brillante civilización de Abya Yala (América).

El desmantelamiento acelerado del Imperio azteca y la rápida victoria de los conquistadores fueron atribuidos a las muy diferentes concepciones de la guerra y sus estrategias ( Soustelle, 1955 ; Canseco Vincourt, 1966 ; Bueno Bravo, 2007 ), las formidables armas de los españoles ( Salas, 1950 ; Sullivan, 1972 ), los conflictos entre los aztecas y ciertas ciudades vecinas, la diferencia profunda entre los dos sistemas de pensamiento y las epidemias 1 ( León-Portilla, 1962, p.93; Lévi-Strauss, 1987, p.17), entre otras causas.

Al analizar la derrota azteca, nos damos cuenta de que este pueblo mesoamericano comparte con los baulé, pueblo marfileño, una de las razones de la derrota contra los conquistadores. En 1521, época de la conquista española, los aztecas ocupaban un territorio de 300.000 kilómetros cuadrados, con una población estimada en unos 7 millones de habitantes.

Tenían un gobernante supremo (Huey Tlatoani), un idioma (náhuatl) y sus propias creencias y divinidades, que incluían a Quetzalcóatl, dios fundador y organizador del Imperio azteca. En cuanto a los baulé, formaron parte del reino Ashanti, en el actual Ghana.

  • Migraron hacia Costa de Marfil debido a las guerras de sucesión que estallaron después de la muerte de Oséi Tutu, fundador y rey (Ashantihene) de la confederación Ashanti en la década del setenta del siglo XVIII.
  • Hoy los baulé ocupan una vasta área de más de 32.000 kilómetros cuadrados en el centro de Costa de Marfil y son aproximadamente 1.400.000.

En su cosmovisión, el blôlô desempeña un papel central. Los pueblos azteca y baulé son muy distantes en el tiempo y espacio. La elección de estos dos pueblos se debe a la convergencia de ciertos aspectos de la conquista, a pesar de la especificidad de las experiencias vinculadas a la historia y al medioambiente.

  1. Esta comparación permite cruzar las perspectivas para mostrar la dimensión del mito en las derrotas azteca y baulé a manos de los conquistadores respectivos.
  2. Todos fueron mistificados y derrotados por sus propios mitos.
  3. Los aztecas, por el mito de Quetzalcóatl, y los baulé, por el dogma del blôlô o más allá.

Sobre esta base, este trabajo propone, desde la visión de los pueblos conquistados, una nueva tabla de lectura de su derrota fundada en los mitos locales. En otras palabras, se trata de saber cómo los mitos del blôlô y de Quetzalcóatl, dentro de las creencias de esos pueblos, facilitaron las respectivas conquistas.

El análisis de estos mitos, dadas sus raíces sociales, se hará desde la perspectiva de la sociología del lenguaje. Este enfoque tiene por objeto la comprensión de las prácticas y comportamientos sociales, e incluso ciertos aspectos de la historia, en la óptica del lenguaje. La elección de esta metodología se debe, por un lado, a que en esta investigación las lenguas baulé y náhuatl se presentan como dos traductores culturales y, por otro lado, a que la lengua, genio creador de estos pueblos, aparece como la mediación más cabal para su entendimiento.

Quetzalcóatl y el blôlô en las cosmogonías azteca y baulé Según el mito de asentamiento de los aztecas, Huitzilopochtli, dios del sol y de la guerra, ordenó que se establecieran y fundaran su ciudad donde estuviera “un águila parada sobre un nopal devorando una serpiente”.

Siguiendo este designio, los mexicas deambularon por varios lugares en busca de la señal. Una vez encontrada la tierra de las promesas, esta imagen profética se refiere a Quetzalcóatl, el dios protector de los aztecas. El nombre se compone de quetzal y de coatl, Quetzal significa en náhuatl ave, vuelo, pluma, y coatl, serpiente.

Quetzalcóatl es entonces la “serpiente emplumada” ( Esquivel, 2006, p.93). La serpiente representa la tierra, los ríos, los poderes fecundadores, y el águila, el cielo, por su capacidad de elevarse encima de las nubes y acercarse al Sol. Por ello, y por tener además un plumaje dorado, ha sido considerada ave de luz y de iluminación, así como encarnación del fuego y del propio Sol, de la altitud y de la profundidad del aire.

  • Su vuelo descendente, a gran velocidad y en picada, significa el caer de la luz sobre la tierra, el advenimiento de la energía vital, el poder fecundante del Sol ( De la Garza, 2001, p.106).
  • El águila es también el ave tutelar posada en la cima del árbol cósmico, que, desde su posición elevada, vigila para remediar todos los males, para proteger al héroe.

Simboliza la trascendencia, por ser capaz de traspasar volando las barreras de un mundo al otro y por su capacidad de elevación. Con las alas extendidas, delimita los cuatro sectores cósmicos. Por ello, encarna la soberanía y el poder. En este sentido, encarna la fuerza, el poderío, el dominio sobre los otros.

  1. El águila es, por lo tanto, el ser que sacraliza a los guerreros y les permite realizar la “Guerra florida” o Xochiyaoyotl,
  2. Así, la sangre de los prisioneros puede alimentar a Huitzilopochtli, el dios supremo.
  3. Aquí, el águila posada sobre el nopal ya no está comiendo una serpiente, sino un pájaro, lo cual representa al hombre mexica, guerrero y conquistador.

Matar se convierte en un acto ritual y religioso. Quetzalcóatl, dios al comienzo del más grande imperio de Mesoamérica ( Paz León, 2015 ), llegó a ser un dios central de la cosmogonía mexica. Del mismo modo que Quetzalcóatl, el blôlô desempeña un papel importante en la cosmogonía baulé.

Blôlô viene de be blô lô o be blô kè lô ti sa y significa ‘se habla mucho al respecto’. Esta expresión contiene todo el misterio de lo desconocido o su imaginario. Es una de las tres principales realidades que componen el universo baulé. El blôlô es el dominio del alma de los ancestros. Las otras dos realidades son el cielo, que es el mundo de Dios, Annangaman Nyamien (el indecible), Yamien-Kpliy (el señor supremo), Asasi (el omnisciente) o Aedua (el todopoderoso), y la tierra, asiè, dominio de los seres vivos humanos, animales, vegetales y genios, asiè usu o bloningue ( Kouakou, 2014, p.185).

Sin embargo, al contrario de lo que muchos piensan, las tres realidades no están tan separadas, están interconectadas. El blôlô, Nanwrê klô (pueblo de la perfección) o Klô dan (el verdadero pueblo o pueblo real) es el pueblo de los ancestros. Es el país de origen de los baulé, con el que permanecen constantemente en contacto.

En el blôlô, universo paralelo, invisible para el hombre común, todo individuo, hombre o mujer, tiene su verdadero esposo ( blôlô bian) o verdadera esposa (blôlô bla), El blôlô bian es el esposo del más allá y la blôlô bla, la esposa del más allá, Este “místico cónyuge” tiene el privilegio de la “permanencia” en relación con el cónyuge terrenal ( Boyer, 2007 y 2008 ).

Si un hombre tiene problemas sexuales, una disfunción eréctil, por ejemplo, el adivino ( kô mien 2 o ko mian 3 ) decreta que su mística esposa ( blôlô bla) está descontenta por su mal comportamiento y quiere vengarse. Para calmarla, el kô mien o ko mian le pide al marido que haga tallar una estatuilla femenina de madera ( waka sran ).

Este objeto con forma humana o blôlô bla es el hábito del cónyuge místico. Si, por otro lado, una mujer aborta o es estéril, el adivino ( kô mien o ko mian ) pedirá la escultura de una estatuilla masculina, un blôlô bian, símbolo humano de su mística esposa. La estatuilla, blôlô bian o blôlô bla, colocada en la habitación, envuelta en un paño, es honrada y alimentada.

Un día a la semana, el cónyuge terrenal debe desayunar solo para estar en intimidad con su blôlô bian o blôlô bla, Incluso cuando se casan, una noche a la semana uno debe dormir solo con su estatuilla. Con respecto al blôlô, el mundo aquí abajo es solo un pálido reflejo ( Kouadio, 2016 ). Fuente: Elaboración propia Tienen el destino en sus manos. Pueden hacer que las cosechas tengan éxito, curar a los enfermos, obtener hijos para las mujeres estériles, proporcionar cazas para los cazadores. Por eso se les ofrecen animales para apaciguarlos y pedir su bendición ( N’Guessan, 2017 ).

  1. El baulé cree que la muerte no es un fin en sí misma ni un fin en absoluto; piensa que, una vez muerto, el ser reencarna en otro mundo ( blôlô ), manteniendo una estrecha relación con el mundo terrestre.
  2. El blôlô es, pues, la sede de los antepasados ( m ‘ mien ), blôlô bian y blôlô bla.
  3. Además, los baulé creen en el destino ( blôlô usu ), es decir, que su vida depende de la voluntad de los m ‘ mien o del blôlô usu, espíritus del blôlô ( N’guess Bon Sens, 2012 ).

Quetzalcóatl jugó un papel importante en la caída del Imperio azteca durante la empresa de conquista del Nuevo Mundo. El mito del blôlô tuvo el mismo rol en la derrota del pueblo baulé contra los conquistadores franceses. El lugar del blôlô y de Quetzalcóatl en la derrota contra los conquistadores Quetzalcóatl, rey tolteca, es el hijo de un legendario guerrero (Mixcóatl) y de una diosa (Chimalma).

  1. Durante el reinado de este soberano, hombre-dios 4 y sacerdote ( López Austin, 2016 ), fueron prohibidos los sacrificios humanos.
  2. En lugar de sacrificar a hombres, ofrecía flores y mariposas a los dioses.
  3. Fue traicionado por uno de sus parientes, que quería volver a las antiguas tradiciones porque decía que los dioses necesitaban sangre.
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Repudiado por su corte y expulsado de la ciudad primordial, es decir, de Tollan-Teotihuacán, tuvo que irse y renunciar a todo lo que poseía. La humillación fue tan grande que prometió volver un día escoltado por los dioses del este para reclamar su reino.

  • La llegada de Hernán Cortés, un blanco con barba, vestido extrañamente, en un año Ce-Acatl, fecha de nacimiento y salida de Quetzalcóatl, rodeado de fabulosos animales (caballos), viajando en “montañas móviles”, hizo pensar que Cortés era el dios.
  • Quetzalcóatl, la serpiente emplumada en la tradición mesoamericana, está asociada a la resurrección, al cambio, ya que cada año la piel de la serpiente se regenera.

Las supersticiones y predicciones en relación con el regreso de Quetzalcóatl hicieron que los españoles fueran muy pronto integrados al esquema simbólico y a la estructura mítica preexistente. Cortés y sus hombres fueron confundidos con Quetzalcóatl, que habría regresado de su estancia entre los muertos para recuperar su reino.

Su llegada anunció a Moctezuma, tlatoani (soberano en náhuatl, lengua azteca), el fin de su reinado. Por ello, los mexicas llamaban a los españoles “dioses que vienen del cielo” y a los negros que los acompañaban, “dioses sucios” ( Launey, 1980, p.372-373; López Gomara, 2002, p.137). Incluso Moctezuma dio un discurso de despedida antes de recibir a los españoles.

Los indígenas pasaron su tiempo interpretando signos anunciadores de un orden cósmico al que estaban sometidos y en el que el hombre no tenía la iniciativa. Atrapados en el mito del regreso de Quetzalcóatl y el frenesí interpretativo de los signos, Moctezuma y su pueblo no supieron aprovechar la única información que les podía permitir reaccionar eficazmente: la extrema vulnerabilidad de los españoles en el momento de su arribo.

Después de perder esa oportunidad, la tardía reacción de los aztecas parecía un suicidio colectivo. Igual que los aztecas, los baulé se equivocaron con los conquistadores franceses. Pensaban que venían del blôlô, De ahí el término blôfuè, deformación de blôlô-fuè, que significa ‘venido del más allá’ en lengua baulé.

Así, fueron considerados enviados de los dioses. ¿Por qué fueron mitificados los conquistadores franceses? Varias razones explican esta mitificación. Los baulé desconocían esa categoría de color de piel, lo que se infiere de los vacíos lingüístico y léxico. Fuente: Elaboración propia Los baulé tuvieron que recurrir a sustitutos terminológicos en su propio campo léxico para nombrar a quién no conocían. Se trataba de integrar lo desconocido en su sistema de pensamiento, darle un significado e incorporarlo a la estructura mítico-simbólica habitual. Blôfuè o blôlô-fuè es el blanco, ser de color extraño y de otro universo, objeto de mitificación, incluso de deificación ( Yapi, 2018 ). Otro factor de mitificación es la función reguladora del blôlô con respecto a la vida en la tierra. En la cosmovisión baulé, un m’mien (ancestro), un asiè usu (genio), un amuen (espíritu o fetiche) o las divinidades de la cosmogonía pueden tomar forma humana para poner a prueba a los humanos. Un ejemplo es el mito del “pueblo maldito”. Los habitantes de Soutilé, un rico pueblo conocido por su inhospitalidad, fueron convertidos en piedra por su maldad hacia un hombre muy pobre ( Djandué, 2020 ; Kajeem, 2016 ; Fanny, 2013 ). Este mito existe entre todos los pueblos de Costa de Marfil. Si Soutilé está en el oeste, otros pueblos de este tipo se encuentran en otras regiones. Es el caso de Dida Amoin Su, otro pueblo maldito, en Bocanda.5 El baulé cree que el blôlô, universo paralelo, interfiere con el mundo de los vivos. Esta creencia les hizo pensar que los franceses eran gente de ultratumba, del blôlô, Los mitos de Quetzalcóatl y del blôlô han alimentado las creencias y representaciones de los pueblos azteca y baulé, motivando su comportamiento inhibidor frente a los conquistadores. Pero los acontecimientos que llevaron gradualmente a los pueblos respectivos a la independencia muestran que dejaron de creer que los conquistadores eran dioses. En México, uno de estos acontecimientos es la Noche Triste, noche del 30 de junio al 1 de julio de 1520, fecha histórica que marca la dramática salida de Cortés y sus oficiales de Tenochtitlán, la capital azteca, bajo presión de las fuerzas de Moctezuma. En Costa de Marfil, estos acontecimientos son la revuelta de los abbey y attié en enero de 1910 ( Viti, 2016 ) y la resistencia de los baulé de 1893 a 1910 ( Viti, 2018 ). Otros son el regreso de los veteranos de las dos grandes guerras (guerras mundiales) y de los primeros africanos estudiantes en Francia (Federación de Estudiantes Africanos Negros en Francia (FEANF), 1951-1980) ( Blum, 2015 ). En la perspectiva de esta independencia, los mitos que han permitido comprender la apatía de estos pueblos en una situación de adversidad como la conquista plantean interrogantes sobre su actualidad en las sociedades respectivas. Quetzalcóatl y el blôlô : simbolismo y reinterpretación En la actualidad, Quetzalcóatl es el símbolo por excelencia de la nación mexicana. La “serpiente emplumada” está en la bandera del país. Varias razones explican esta recuperación o reapropiación del mito. Una de ellas es el sincretismo. El concepto de sincretismo, en relación con el mito, nace con la confusión entre Quetzalcóatl y Cortés. Este concepto se consolida con el discurso preindependiente que reescribe el mito de Quetzalcóatl en su búsqueda de una identidad nacional. Es el caso de Teresa de Mier Noriega y Guerra, que asimila Quetzalcóatl a Santo Tomás, evangelizador y civilizador del Nuevo Mundo. Es importante señalar que Quetzalcóatl, rey de Tula, hizo abolir los sacrificios humanos. El descontento provocado por esta medida fue el motivo de su exilio. Otra explicación está en relación con el propio mito de asentamiento. Esta profecía hace de Quetzalcóatl el mito fundador del Imperio azteca y legitimador de su espacio ( Long, 1984, p.384). Es la señal de la tierra prometida que buscaban los mexicas. Por lo tanto, es de suma importancia. Quetzalcóatl, mito organizador y fundador del mundo mesoamericano, es muy conocido. Para Enrique Florescano (1999 ) y Román Piña Chan (1996 ), el mito ya existía en la cultura olmeca.6 La figura mítica de Quetzalcóatl influye en las imágenes y representaciones de los personajes de Kukulkan, fundador de Chichén Itzá en el mundo maya, y de Topitzin Quetzalcóatl, fundador de Tula entre los toltecas. El blôlô desempeña un papel eminentemente simbólico en el universo akan en general y baulé en particular. Una de sus representaciones es el taburete. Simboliza el culto a los ancestros. Entre los akan hay dos tipos de taburete. Uno es el m’mien bia o taburete de los ancestros. Es el taburete adorado por los akan, en el que se sacrifican animales. Otro es el Adja bia, el trono. Este es el signo de la realeza y nobleza, la encarnación del rey, reino, estado y nación, el poder espiritual y temporal del soberano reinante. Eso para decir que entre los baulé y los akan el poder del rey viene de los ancestros. Quizás por ello la arquitectura del palacio presidencial tiene la forma de un taburete akan. Otras cosas que simbolizan a los ancestros en el palacio presidencial son el tam-tam pârleur, tam-tam hablante de los akan y la reina Abla Poku y su corte de honor. Estos elementos sacralizan y vigilan el lugar ( Presidencia de Costa de Marfil, 2011 ). Mediante estos elementos, Quetzalcóatl y el blôlô todavía están vivos en los imaginarios nacionales. En México, el mito de Quetzalcóatl permitió a los españoles conquistar y ser conquistados ( Torres Martínez, 2013 ). Quetzalcóatl, profeta de la conquista española, se convierte en el símbolo del sincretismo religioso y cultural. Así, se vuelve el mediador entre el “Nuevo Mundo” y el “Viejo”, el pasado y el presente, la brecha histórica y cultural entre ambos espacios y tiempos ( Lafaye, 1974, p.205). De ese modo tranquiliza la conciencia de todos, españoles y mexicas. A diferencia de Quetzalcóatl, que hoy en México es un avatar espiritual de la formación de la conciencia nacional, el blôlô sigue siendo un universo paralelo sin conexión con el heredado del conquistador. Al igual que el sincretismo, el mestizaje fue mal vivido. Los colonos franceses no quisieron “mezclarse” con los nativos. Los niños de esta miscegenación fueron llevados a orfanatos. Un ejemplo fue el orfanato de Bingerville, “pabellones” de la Francia colonial donde se encontraban los mestizos, que luego fueron abandonados. De la misma manera que el blôlô, las lenguas y otros elementos identitarios asociados fueron invisibilizados. Esta visión maniquea ha sido adoptada por las élites marfileñas que oponen “lo arcaico” al progreso, lo folclórico a lo oficial ( Massire, 2018 ), rechazando la tradición a favor de una cultura internacionalizada, legitimada por el tiempo, de la que Francia sería el centro. Por eso, incluso se habla de autocolonización.7 Conclusión El análisis en la perspectiva de la conquista de los mitos de Quetzalcóatl (serpiente emplumada) y del blôlô (el más allá) entre los aztecas y baulé ha permitido, por medio de la comparación, traer a luz el papel desempeñado por ellos en la derrota de los pueblos respectivos contra los conquistadores. Sin embargo, los dos mitos tuvieron diferentes fortunas. Quetzalcóatl en Mesoamérica fue reinterpretado para simbolizar el afán del pueblo mexica, brutalmente arrancado de sus raíces espirituales, de recuperar su pasado. El resultado observable es el nacimiento del sincretismo cultural y religioso que hoy da a la nación mexicana una identidad única, estrechamente ligada a su trayectoria histórico-mítica. Al contrario de México, en Costa de Marfil, el blôlô, una cosmovisión compartida por todos los marfileños, está relegado a un segundo plano, porque siguen predominando los falsos estereotipos coloniales construidos sobre las culturas locales. También es el caso de muchas estructuras que Costa de Marfil heredó de Francia, que no se adecuan a las características de su población y que, sin embargo, se han conservado. En la actualidad, no se puede regresar el tiempo, pero sí se pueden emprender medidas para revertir y atacar estos problemas. El modelo mexicano de recuperación gradual de su pasado indígena indica a Costa de Marfil el camino para un renacimiento y regeneración social. Referencias bibliográficas Blum, F. (2015). L’indépendance sera révolutionnaire ou ne sera pas. 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