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Quien Es Dios Jesus Y El Espiritu Santo?

Quien Es Dios Jesus Y El Espiritu Santo
En el Cristianismo, la doctrina de la Santísima Trinidad afirma que Dios, siendo uno, existe simultáneamente y eternamente, como una unión de tres personas: el Padre, el Hijo (encarnado como Jesús de Nazaret), y el Espíritu Santo.

¿Quién de las tres divinas personas es Dios?

Las iglesias protestantes / evangélicas – Las iglesias protestantes / evangélicas definen que dentro de la unidad de Dios existen tres distintas personas, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Los tres comparten los mismos atributos y la misma naturaleza; por lo tanto, estos tres constituyen el único Dios.

¿Donde dice en la Biblia que Dios es Padre Hijo y Espíritu Santo?

Juan 14:6.

¿Qué es Dios Padre Dios Hijo Dios Espíritu Santo?

Qué es la Santísima Trinidad – La Santísima Trinidad es el dogma fundamental del cristianismo. Consiste en la creencia de que Dios es uno y trino, es decir, es una unidad conformada por tres personas divinas relacionadas entre sí: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

  1. A este principio de comunión de tres personas en un solo Dios se le conoce también como hipóstasis,
  2. El catecismo de la Iglesia Católica lo define de la siguiente manera: La Trinidad es una.
  3. No confesamos tres dioses sino un solo Dios en tres personas: “la Trinidad consubstancial”.
  4. Las personas divinas no se reparten la única divinidad, sino que cada una de ellas es enteramente Dios: “El Padre es lo mismo que es el Hijo, el Hijo lo mismo que es el Padre, el Padre y el Hijo lo mismo que el Espíritu Santo, es decir, un solo Dios por naturaleza”.

De acuerdo con las diferentes confesiones del cristianismo, la Santísima Trinidad se ha manifestado a través del Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento. Pero la plena revelación del misterio de la Santísima Trinidad se le atribuye al mismo Jesús, tanto a juzgar por su relación manifiesta con Dios, a quien llamaba “Padre”, como por medio de su testimonio y sus enseñanzas.

En el marco del dogma, el Dios Padre es el creador de la vida en todas sus formas y manifestaciones. Jesús es el Hijo único de Dios, quien procede de su misma naturaleza y acepta encarnarse en la Humanidad para dar cumplimiento a los designios del Padre. Por último, el Espíritu Santo, que proviene de ambos, es el que infunde la vida e inspira acciones y palabras de bien en los corazones.

Ver también: Dogma y Espíritu Santo

¿Qué relación tiene Jesús con Dios y con el Espíritu Santo?

Jesús es transformado y movido por el Espíritu de Dios ; por eso habla con asombrosa autoridad y actúa con un gran poder. A través de él actúa el Espíritu de Dios; se sobrepone a los espíritus impuros y des-aliena a los posesos.

¿Qué significado tiene el Padre el Hijo y el Espíritu Santo?

Quien Es Dios Jesus Y El Espiritu Santo ¿Cuál es la función del Padre del Hijo y del Espíritu Santo? – La Santísima Trinidad es la presencia total de Dios, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, son las tres personas divinas que conforman el Dios Único y Verdadero. La función del padre es crear, la función del Hijo es salvar y la del Espíritu Santo es guiar.

  • Ante todo, guárdame este buen depósito de fe, por el cual vivo y combato, con el cual quiero morir, que me hace soportar todos los males y despreciar todos los placeres: quiero decir la profesión de fe en el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo.
  • Se las confío hoy.
  • Por ella los introduciré dentro de poco en el agua y los sacaré de ella.

Se las doy como compañera y patrona de toda vuestra vida’ — San Gregorio Nacienceno. In English El Catecismo de la Iglesia Católica nos dice que la Trinidad es el misterio central de la fe cristiana. ‘Es el misterio de Dios en sí mismo’ (Núm.234). Dios se nos ha revelado a sí mismo como Padre, Hijo y Espíritu Santo.

  • Esto puede sonar abrumador y difícil de comprender porque lo es.
  • Es imposible comprender plenamente este misterio.
  • Sin embargo, debemos tratar porque Dios se reveló a sí mismo de esta manera.
  • En el Evangelio de Juan, vemos que Jesús revela su naturaleza Trinitaria a sus discípulos.
  • Jesús les dijo a sus discípulos: ‘todavía tengo muchas cosas que decirles, pero no las pueden comprender ahora.

Cuando venga el Espíritu de la Verdad, él los introducirá en toda la verdad, porque no hablará por sí mismo, sino que dirá lo que ha oído y les anunciará lo que irá sucediendo. Él me glorificará porque recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes. Todo lo que es del Padre es mío.

  1. Por eso les dijo: Él recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes” (Juan 16, 12-15).
  2. Aunque no es lo mismo, contamos con ejemplos en nuestra experiencia humana para ayudarnos a comprender.
  3. En ‘La Sagrada Familia, la Santísima Trinidad, y Tú’, Gretchen Filz explica las semejanzas entre la Trinidad y la familia y cómo el amor es el centro de ambas.

‘Cuando reflexionamos sobre la naturaleza de la Santísima Trinidad, vemos que la familia humana misma nos enseña sobre Dios. La Trinidad es una unidad de amor abnegado de tres personas divinas – Dios Padre, Dios Hijo, y Dios Espíritu Santo – en un ser divino.

  • Su unión de amor es procreativa, en que la Santísima Trinidad trajo creaturas a la existencia para compartir su amor divino por toda la eternidad.
  • La Trinidad es una unidad de amor abnegado de tres personas divinas – Dios Padre, Dios Hijo, y Dios Espíritu Santo – en un ser divino.
  • Su unión de amor es procreativa, en que la Santísima Trinidad trajo creaturas a la existencia para compartir su amor divino por toda la eternidad.’ ‘De la misma manera, un esposo y una esposa son una unión de amor abnegado y procreativa.

Por lo tanto no es solamente el hombre y la mujer que portan la imagen de Dios individualmente, sino también la familia humana misma, porque juntos forman una unión de amor de donde procede el fruto de los hijos. Por este motivo el Papa Benedicto XVI llama la familia humana un ícono de la Santísima Trinidad Cuando un hombre y su esposa desean crear hijos para compartir su amor, es algo como el deseo de la Santísima Trinidad de crearte a ti y a mí’.

Para leer más, visite Getfed (en inglés). En ACI Prensa podrá encontrar recursos e información adicional que explican qué es la Santísima Trinidad. También nos ofrece 12 claves para comprender el dogma de la Santísima Trinidad, El Padre es proclamado como Dios numerosas veces en el Nuevo Testamento, Por ejemplo, en las epístolas de San Pablo se narra lo siguiente: ‘¡Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de las misericordias y Dios de toda consolación ()’.

(2ª Cor.1,3). ‘Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está por encima de todos, que actúa por todos y está en todos’ (Ef.4, 5-6). La Biblia también demuestra que el Hijo es Dios, Esto es proclamado en varias partes del Nuevo Testamento, incluyendo al comienzo del Evangelio de San Juan: ‘En el principio era la Palabra, y la Palabra estaba ante Dios, y la Palabra era Dios () Y la Palabra se hizo carne, puso su tienda entre nosotros, y hemos visto su Gloria: la Gloria que recibe del Padre el Hijo único, en él todo era don amoroso y verdad’.

  • Jn.1, 1.14).
  • También: ‘Después dijo a Tomás: ‘Pon aquí tu dedo y mira mis manos; extiende tu mano y métela en mi costado.
  • Deja de negar y cree’.
  • Tomás exclamó: ‘Tú eres mi Señor y mi Dios” (Jn.20, 27-28).
  • El Espíritu Santo es Dios y así lo afirman las Escrituras.
  • En el libro de Hechos, el Espíritu Santo es retratado como una persona divina que habla y que a la que no se le puede mentir: ‘Mientras celebraban el culto del Señor y ayunaban, el Espíritu Santo dijo: ‘Separadme a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los he llamado” (Hechos 13, 2).

‘Pedro le dijo: ‘Ananías, ¿por qué has dejado que Satanás se apoderara de tu corazón? Te has guardado una parte del dinero; ¿por qué intentas engañar al Espíritu Santo? Podías guardar tu propiedad y, si la vendías, podías también quedarte con todo. ¿Por qué has hecho eso? No has mentido a los hombres, sino a Dios” (Hechos 5, 3-4).

¿Quién o qué es el Espíritu Santo?

El Espíritu Santo es el tercer miembro de la Trinidad. Es un personaje de espíritu, sin un cuerpo de carne y huesos. A menudo se le llama el Espíritu, el Santo Espíritu, el Espíritu de Dios, el Espíritu del Señor o el Consolador.

¿Quién es el Padre de Dios?

Dios Padre – Wikipedia, la enciclopedia libre Representación de Dios Padre en de en la (detalle). Dios Padre es, para la mayoría de las, la primera de las tres de la, Es seguido de la segunda persona,, y la tercera persona,, El catolicismo define así a Dios Padre: (La Trinidad) es todo.

  1. Nada está fuera de Él y todo está dentro de Él.
  2. En el principio era el Verbo y frente a Dios era el Verbo y el Verbo era Dios.
  3. Ya que Él estaba frente a Dios al principio.
  4. Por Él se hizo todo y nada llegó a ser sin Él.
  5. Lo que llegó a ser tiene vida en Él.
  6. ​ Dios Padre es el creador del mundo según la, y revela su cuando envía a a pedir la liberación del pueblo de de la esclavitud de : Así habla el Señor: Israel es mi hijo primogénito.

Yo te mando que dejes a mi hijo ir. ​ En la se le nombra de diversas maneras, destacándose la ternura con que le llama (‘papá’). Este amor y ternura son recíprocos, tal como puede leerse en el libro de los Salmos: Como un padre siente ternura por sus hijos, siente el Señor ternura por sus fieles,

¿Qué es el Espíritu Santo?

Según las interpretaciones de carácter Unitario, el Espíritu Santo es una ‘ fuerza o cualidad divina ‘ al modo de la sabiduría, la belleza, el amor o la bondad.

¿Qué diferencia hay entre el Padre el Hijo y el Espíritu Santo?

Publicado: May 24, 2018 Horario de Misas en Arkansas Este año, la Santísima Trinidad se celebra el domingo, 27 de mayo. Oprima el botón de arriba para encontrar el horario de las Misas cerca de usted. Esta fiesta celebra la naturaleza de Dios, quien es tres personas en una: Padre, Hijo y Espíritu Santo,

“Ante todo, guárdame este buen depósito de fe, por el cual vivo y combato, con el cual quiero morir, que me hace soportar todos los males y despreciar todos los placeres: quiero decir la profesión de fe en el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo. Se las confío hoy. Por ella los introduciré dentro de poco en el agua y los sacaré de ella.

Se las doy como compañera y patrona de toda vuestra vida” — San Gregorio Nacienceno. In English El Catecismo de la Iglesia Católica nos dice que la Trinidad es el misterio central de la fe cristiana. “Es el misterio de Dios en sí mismo” (Núm.234). Dios se nos ha revelado a sí mismo como Padre, Hijo y Espíritu Santo. Las Personas Divinas son Realmente Distintas entre Sí — “El Padre es quien engendra, el Hijo quien es engendrado, y el Espíritu Santo es quien procede” (Núm.254). Las Personas Divinas son Relativas Unas a Otras — “Porque no divide la unidad divina, reside únicamente en las relaciones que las refieren unas a otras ” (Núm.255).

Esto puede sonar abrumador y difícil de comprender porque lo es. Es imposible comprender plenamente este misterio. Sin embargo, debemos tratar porque Dios se reveló a sí mismo de esta manera. En el Evangelio de Juan, vemos que Jesús revela su naturaleza Trinitaria a sus discípulos. “Jesús les dijo a sus discípulos: ‘todavía tengo muchas cosas que decirles, pero no las pueden comprender ahora.

Cuando venga el Espíritu de la Verdad, él los introducirá en toda la verdad, porque no hablará por sí mismo, sino que dirá lo que ha oído y les anunciará lo que irá sucediendo. Él me glorificará porque recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes. Todo lo que es del Padre es mío.

  • Por eso les dijo: Él recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes'” (Juan 16, 12-15).
  • Aunque no es lo mismo, contamos con ejemplos en nuestra experiencia humana para ayudarnos a comprender.
  • En “La Sagrada Familia, la Santísima Trinidad, y Tú”, Gretchen Filz explica las semejanzas entre la Trinidad y la familia y cómo el amor es el centro de ambas.
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“Cuando reflexionamos sobre la naturaleza de la Santísima Trinidad, vemos que la familia humana misma nos enseña sobre Dios. La Trinidad es una unidad de amor abnegado de tres personas divinas – Dios Padre, Dios Hijo, y Dios Espíritu Santo – en un ser divino.

  1. Su unión de amor es procreativa, en que la Santísima Trinidad trajo creaturas a la existencia para compartir su amor divino por toda la eternidad.
  2. La Trinidad es una unidad de amor abnegado de tres personas divinas – Dios Padre, Dios Hijo, y Dios Espíritu Santo – en un ser divino.
  3. Su unión de amor es procreativa, en que la Santísima Trinidad trajo creaturas a la existencia para compartir su amor divino por toda la eternidad.” “De la misma manera, un esposo y una esposa son una unión de amor abnegado y procreativa.

Por lo tanto no es solamente el hombre y la mujer que portan la imagen de Dios individualmente, sino también la familia humana misma, porque juntos forman una unión de amor de donde procede el fruto de los hijos. Por este motivo el Papa Benedicto XVI llama la familia humana un ícono de la Santísima Trinidad Cuando un hombre y su esposa desean crear hijos para compartir su amor, es algo como el deseo de la Santísima Trinidad de crearte a ti y a mí”.

  1. Para leer más, visite Getfed (en inglés).
  2. En ACI Prensa podrá encontrar recursos e información adicional que explican qué es la Santísima Trinidad.
  3. También nos ofrece 12 claves para comprender el dogma de la Santísima Trinidad,
  4. El Padre es proclamado como Dios numerosas veces en el Nuevo Testamento,
  5. Por ejemplo, en las epístolas de San Pablo se narra lo siguiente: “¡Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de las misericordias y Dios de toda consolación ()”.

(2ª Cor.1,3). “Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está por encima de todos, que actúa por todos y está en todos” (Ef.4, 5-6). La Biblia también demuestra que el Hijo es Dios, Esto es proclamado en varias partes del Nuevo Testamento, incluyendo al comienzo del Evangelio de San Juan: “En el principio era la Palabra, y la Palabra estaba ante Dios, y la Palabra era Dios () Y la Palabra se hizo carne, puso su tienda entre nosotros, y hemos visto su Gloria: la Gloria que recibe del Padre el Hijo único, en él todo era don amoroso y verdad”.

  1. Jn.1, 1.14).
  2. También: “Después dijo a Tomás: ‘Pon aquí tu dedo y mira mis manos; extiende tu mano y métela en mi costado.
  3. Deja de negar y cree’.
  4. Tomás exclamó: ‘Tú eres mi Señor y mi Dios'” (Jn.20, 27-28).
  5. El Espíritu Santo es Dios y así lo afirman las Escrituras.
  6. En el libro de Hechos, el Espíritu Santo es retratado como una persona divina que habla y que a la que no se le puede mentir: “Mientras celebraban el culto del Señor y ayunaban, el Espíritu Santo dijo: ‘Separadme a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los he llamado'” (Hechos 13, 2).

“Pedro le dijo: ‘Ananías, ¿por qué has dejado que Satanás se apoderara de tu corazón? Te has guardado una parte del dinero; ¿por qué intentas engañar al Espíritu Santo? Podías guardar tu propiedad y, si la vendías, podías también quedarte con todo. ¿Por qué has hecho eso? No has mentido a los hombres, sino a Dios'” (Hechos 5, 3-4).

¿Quién creó el universo el Padre el Hijo o el Espíritu Santo?

Jesús creó la tierra – Jesucristo creó este mundo y todo lo que hay en él; también creó muchos mundos más, y lo hizo por medio del poder del sacerdocio, bajo la dirección de nuestro Padre Celestial. Dios el Padre dijo: “Y he creado incontables mundos y por medio del Hijo, que es mi Unigénito, los he creado” ( Moisés 1:33 ).

¿Donde dice en la Biblia que Dios es uno solo?

No seremos uno con Dios y con Cristo hasta que logremos que la voluntad y el interés de Ellos sean nuestro mayor deseo. Al llegar al fin de Su ministerio terrenal, y saber que “su hora había llegado” (Juan 13:1), Jesús reunió a Sus apóstoles en un aposento alto en Jerusalén.

  • Después de la cena y de haberles lavado los pies y haberles enseñado, Jesús ofreció una oración sublime e intercesora a favor de esos apóstoles y de todos los que creerían en Él.
  • Suplicó al Padre con estas palabras: “Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, “para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.

“La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. “Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad” (Juan 17:20–23). ¡Cuán glorioso es el contemplar que se nos ha invitado a esa unidad perfecta que existe entre el Padre y el Hijo! ¿Cómo puede suceder eso? Al meditar en esa pregunta, queda claro que debemos comenzar por llegar a ser uno dentro de nosotros mismos.

  1. Somos seres duales, con un cuerpo y un espíritu, y a veces no nos sentimos en armonía o tenemos conflictos.
  2. La conciencia, la luz de Cristo (véase Moroni 7:16; D.
  3. Y C.93:2) ilumina nuestro espíritu, y naturalmente, éste responde a los susurros del Espíritu Santo y desea seguir la verdad.
  4. Pero los apetitos y las tentaciones a los que está sujeta la carne pueden, si lo permitimos, vencer y dominar el espíritu.

Pablo dijo: “Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí. “Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; “pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros” (Romanos 7:21–23).

Nefi expresó sentimientos semejantes. “Sin embargo, a pesar de la gran bondad del Señor al mostrarme sus grandes y maravillosas obras, mi corazón exclama: ¡Oh, miserable hombre que soy! Sí, mi corazón se entristece a causa de mi carne. Mi alma se aflige a causa de mis iniquidades. “Me veo circundado a causa de las tentaciones y pecados que tan fácilmente me asedian” (2 Nefi 4:17–18).

Mas, al recordar al Salvador, Nefi pronuncia esta conclusión llena de esperanza: “no obstante, sé en quien he confiado” (2 Nefi 4:19). ¿Qué quiso decir? Jesús fue también un ser de carne y espíritu, pero no cedió a la tentación (véase Mosíah 15:5). Al buscar unidad y paz dentro de nosotros, podemos volvernos a Jesucristo porque Él comprende; comprende qué significa afrontar la lucha y también cómo ganarla.

  • Como dijo Pablo: “no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado” (Hebreos 4:15).
  • Lo más importante es que podemos acudir a Jesús para que nos ayude a restaurar la unión interior de nuestras almas cuando hayamos caído ante el pecado y destruido nuestra paz.

Poco después de Su súplica intercesora para que fuésemos “perfectos en unidad”, Jesús sufrió y dio Su vida para expiar el pecado. El poder de Su expiación puede eliminar los efectos del pecado. Cuando nos arrepentimos, Su gracia expiadora nos justifica y purifica (véase 3 Nefi 27:16–20).

  1. Es como si no hubiéramos sucumbido, como si no hubiéramos cedido a la tentación.
  2. Al esforzarnos día a día y semana tras semana por seguir el camino de Cristo, nuestro espíritu afirma su preeminencia, la pugna interior decrece y las tentaciones cesan de causar preocupación.
  3. Hay una armonía cada vez mayor entre lo espiritual y lo físico hasta que nuestros cuerpos físicos se transforman, como dijo Pablo, de “instrumentos de iniquidad” en “instrumentos de justicia” ante Dios (véase Romanos 6:13).

Llegar a ser uno dentro de nosotros mismos nos prepara para la bendición aún más grandiosa de llegar a ser uno con Dios y Jesucristo. Jesús logró una unidad perfecta con el Padre al someterse, tanto en cuerpo como en espíritu, a la voluntad del Padre.

  1. Su ministerio estuvo siempre claramente definido porque en Él no había una doble mentalidad que le debilitara ni le distrajera.
  2. Al referirse a Su Padre, Jesús dijo: “porque yo hago siempre lo que le agrada” (Juan 8:29).
  3. Por ser la voluntad del Padre, Jesús se sometió aun hasta la muerte, “la voluntad del Hijo siendo absorbida en la voluntad del Padre” (Mosíah 15:7).

Indudablemente, no fue cosa insignificante. Ese sufrimiento dijo: “hizo que yo, Dios, el mayor de todos, temblara a causa del dolor y sangrara por cada poro y padeciera, tanto en el cuerpo como en el espíritu, y deseara no tener que beber la amarga copa y desmayar.

“Sin embargo, gloria sea al Padre, bebí, y acabé mis preparativos para con los hijos de los hombres” (D. y C.19:18–19). Esas declaraciones revelan que la aspiración suprema del Salvador es glorificar al Padre. El Padre es “en” el Hijo en el sentido de que la gloria y la voluntad del Padre son la preocupación máxima del Hijo.

Durante la Última Cena con Sus apóstoles, el Salvador dijo: “Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. “Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto” (Juan 15:1–2). Es posible que no sepamos con anticipación qué forma de expiación personal sea necesaria ni qué sacrificios implique, pero si preguntáramos como lo hizo el joven rico: “¿Qué más me falta?” (Mateo 19:20), la respuesta del Salvador sería la misma: “Ven y sígueme” (Mateo 19:21); sé mi discípulo, así como yo soy discípulo del Padre, llega a ser “como un niño: sumiso, manso, humilde, paciente, lleno de amor y dispuesto a a cuanto el Señor juzgue conveniente imponer sobre, tal como un niño se somete a su padre” (Mosíah 3:19).

El presidente Brigham Young habló de forma comprensiva del reto que enfrentamos, cuando dijo: “Después de todo lo que se ha dicho y hecho, después que Él ha guiado a Su pueblo por tanto tiempo, ¿no perciben una falta de confianza en nuestro Dios? ¿La perciben en ustedes? Podrían preguntar: ‘Hermano Brigham, ¿la percibe en usted mismo?’.

Sí, me doy cuenta de que todavía me falta confianza, sí hasta cierto punto, en Él, en quien confío. ¿Por qué? Porque no tengo el poder, como resultado de lo que la Caída ha producido en mí “En ocasiones algo nace en mi interior que traza una línea divisoria entre mi interés y el interés de mi Padre Celestial, que hace que mi interés y el interés de mi Padre Celestial no sean uno precisamente.

“Nosotros debemos sentir y comprender, hasta donde nos resulte posible, hasta donde nuestra naturaleza caída nos permita, hasta el punto en que podamos obtener fe y conocimiento para entendernos a nosotros mismos, que el interés del Dios al que servimos es nuestro interés y que no tenemos ningún otro, ni en el tiempo ni en la eternidad” ( Deseret News, 10 de septiembre de 1856, pág.212).

No cabe la menor duda de que no seremos uno con Dios y con Cristo hasta que logremos que la voluntad y el interés de Ellos sean nuestro mayor deseo. Esa sumisión no se logra en un día, pero mediante el Espíritu Santo, el Señor nos ayudará si estamos dispuestos, hasta que, con el tiempo, podamos decir con certeza que Él es en nosotros como el Padre es en Él.

A veces tiemblo al pensar en lo que ello pueda requerir, pero sé que es sólo en esa unión perfecta que se puede hallar una plenitud de gozo. Me siento agradecido más allá de lo que las palabras puedan expresar de haber sido invitado a ser uno con esos Seres Santos que venero y adoro como mi Padre Celestial y mi Redentor.

Ruego que Dios escuche la oración del Salvador y nos guíe a todos a ser uno con Ellos, es mi oración en el nombre de Jesucristo. Amén.

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¿Cómo se llama el Padre de Jesús en la Biblia?

José de Nazaret
Pintura de San José por William Dyce,
Información personal
Nombre en hebreo יוֹסֵף
Apodo El santo silencioso
Nacimiento Siglo I a. C. Belén de Judá
Fallecimiento Siglo I d. C. ​ Nazaret de Galilea
Religión Judaísmo
Familia
Cónyuge Virgen María
Información profesional
Ocupación Obrero, artesano y carpintero
Área Carpintería
Información religiosa
Canonización   Culto inmemorial
Festividad
  • 19 de marzo, San José, esposo de la Bienaventurada Virgen María (rito romano)
  • 1 de mayo, San José Obrero (rito romano)
  • Domingo siguiente a la Navidad (rito bizantino)
  • 3 de enero (rito mozárabe)
  • 20 de julio (rito copto)
  • Atributos Niño Jesús en brazos, vara florecida, azucena o nardo, cayado (bastón) y serrucho de carpintero.
    Venerado en Iglesia católica, Iglesia ortodoxa, Iglesias ortodoxas orientales e Iglesia asiria de Oriente
    Patronazgo Iglesia católica (declarado por el papa Pío IX en 1870).

  • Países: Austria, Bélgica, Canadá, Costa Rica, Corea del Sur, Italia, México, Nueva Caledonia, Panamá, Perú, Vietnam,
  • Ciudades y municipios: Maracay, San José ; Turín ; Municipio Antolín del Campo, Villa Insurgentes,
  • Personas: Carpinteros, artesanos, trabajadores, ​ emigrantes, viajeros y niños por nacer. Es el «patrono de la buena muerte» por atribuírsele haber muerto en brazos de Jesús y María. También es patrono de la Acción Católica Argentina, y se lo considera protector de la familia cristiana.
  • Títulos y reconocimientos

    José de Nazaret ​ fue, según la tradición cristiana, el esposo de María, quien era la madre de Jesús y, por tanto, padre putativo de Jesús. Tanto su vida y sus ancestros familiares se describen en el Nuevo Testamento de la Biblia, Según el Evangelio de Mateo, era de oficio artesano (en el original griego, «τέκτων»; Mateo 13:55a), lo que ya en los primeros siglos del cristianismo se concretó en carpintero, profesión que habría enseñado a su hijo, de quien igualmente se indica que era “artesano”.

    ​ Era de condición humilde, aunque las genealogías de Mateo ​ y Lucas ​ lo presentan como perteneciente a la estirpe del rey David, Se desconoce la fecha de su muerte, aunque se acepta que José de Nazaret murió cuando Jesucristo tenía ya más de 12 años, pero antes del inicio de su predicación. En efecto, el Evangelio de Lucas menciona a «los padres» de Jesús cuando este ya cuenta con 12 años, ​ pero no se menciona a José de Nazaret en los evangelios sinópticos durante el ministerio público de Jesús, por lo que se presume que murió antes de que este tuviera lugar.

    Las Escrituras señalan a José como «justo», ​ lo que implica su fidelidad a la Torá y su santidad. La figura de José fue contemplada y admirada por diversos Padres y Doctores de la Iglesia y es hoy objeto de estudio de una rama particular de la teología, la josefología.

    ¿Por qué Jesús nos da el Espíritu Santo?

    Su misión es la de dar testimonio del Padre y del Hijo y de toda verdad. Además, el Espíritu Santo nos purifica o santifica con el fin de prepararnos para morar en la presencia de Dios. El Espíritu Santo purifica nuestro corazón de tal manera que ya no tenemos el deseo de hacer lo malo.

    ¿Cuál es la diferencia entre Dios y Cristo?

    En el catolicismo – Para el catolicismo, Cristo es el Hijo de Dios hecho hombre para la salvación del género humano, y esa es la «Buena Nueva»: Dios ha enviado a su Hijo. ​ Hijo de Dios hecho hombre: para la Iglesia católica esto significa que la segunda Persona de la Santísima Trinidad, el Hijo, se hizo hombre en el seno de María.

    Cristo, siendo una sola Persona divina, es perfecto Dios y perfecto hombre. Esta doctrina encuentra sus antecedentes en distintos textos de la Sagrada Escritura, entre los que se puede citar: En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. Evangelio según San Juan 1:1.

    Ed. BdJ Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros. Evangelio según San Juan 1:14. Ed. BdJ Tomás le contestó: «Señor mío y Dios mío.» Evangelio según San Juan 20:28. Ed. BdJ,y los patriarcas; de los cuales también procede Cristo según la carne, el cual está por encima de todas las cosas, Dios bendito por los siglos.

    Amén. Epístola de San Pablo a los Romanos 9:5. Ed. BdJ. El cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios. Sino que se despojó de sí mismo tomando condición de siervo haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte como hombre; y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz.

    Por lo cual Dios le exaltó y le otorgó el Nombre, que está sobre todo nombre. Para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos, y toda lengua confiese que Cristo Jesús es Señor para gloria de Dios Padre. Epístola de San Pablo a los Filipenses 2:6-11 Ed.

    BdJ,aguardando la feliz esperanza y la Manifestación de la gloria del gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo. Epístola de San Pablo a Tito 2:13 Ed. BdJ Se han producido dentro de la Iglesia católica distintos debates referidos a cómo deben interpretarse estas afirmaciones. Su posición oficial ha quedado fijada en las decisiones de los distintos Concilios: El Primer Concilio de Nicea, en el año 325, el primer concilio ecuménico que la Iglesia católica pudo realizar terminadas las persecuciones que padeció sus primeros 300 años, profundizó los textos bíblicos citados, afirmando que Jesucristo es consustancial al Padre (de la misma sustancia que el Padre), es decir, verdadero Dios.

    El Primer Concilio de Constantinopla, en el año 381, continuó con la profundización de la doctrina, redactando el Credo Niceno-Constantinopolitano : Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma sustancia del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.

    El Concilio de Éfeso (año 431), definió que el Cristo histórico es al mismo tiempo verdadero Dios y verdadero hombre, y como consecuencia necesaria, María es madre de Dios. ​

    El Concilio de Calcedonia (año 451), precisó y formuló la existencia de las dos naturalezas divina y humana en la Persona única de Cristo. ​

    En el Segundo Concilio de Constantinopla (año 553), quedó precisada la unión de las naturalezas divina y humana insistiendo en la unicidad de la Persona de Cristo. ​

    El Tercer Concilio de Constantinopla (años 680-681), proclamó la existencia en Cristo de dos voluntades, la humana y la divina. ​

    Estas precisiones han surgido como respuesta a distintas doctrinas que fueron apareciendo. Por ejemplo:

    El monarquianismo o adopcionismo : Jesús era un simple ser humano, elevado a una dignidad similar a la de Dios luego de su muerte.

    El apolinarismo : en Cristo el espíritu estaba sustituido por el Logos divino, con lo que implícitamente negaba la naturaleza humana completa del Redentor.

    El arrianismo : Jesús fue creado por Dios como el primer acto de la Creación, coronación gloriosa de toda la creación. Entonces, Jesús fue un ser creado con atributos divinos, pero no divino en y por Sí mismo.

    El monofisismo o eutiquianismo : afirma que en Cristo existe una sola naturaleza, la divina.

    El nestorianismo : afirmaba que en el Verbo existen dos personas: la divina (Cristo, hijo de Dios) y la humana (Jesús, hijo de María). Por tanto, María no es Madre de Dios, es madre de Cristo.

    El monotelismo : afirmaba que en Cristo existían dos naturalezas (como en el catolicismo), pero solo la voluntad divina.

    En todas ellas, la Iglesia ha visto en el fondo la negación de la redención, porque creían que era necesario que Cristo fuera Dios, para poder redimir; que fuera hombre, para poder padecer; y que fuera una sola persona, para poder referir la divinidad y la humanidad «en concurrencia inefable y misteriosa en la unidad».

    ​ Para la Iglesia católica, Cristo, en el mundo actual, es «Lumen Gentium», «Luz de los pueblos». ​ Por ello san Juan Pablo II, en la homilía de comienzo de su pontificado, exclamaba: «¡No temáis! ¡Abrid, más todavía, abrid de par en par las puertas a Cristo!». ​ Más recientemente, el papa Francisco ha expresado: Jesús es Dios, pero se ha abajado a caminar con nosotros.

    Es nuestro amigo, nuestro hermano. El que nos ilumina en nuestro camino. Y así lo hemos acogido hoy. Y esta es la primera palabra que quisiera deciros: alegría. No seáis nunca hombres y mujeres tristes: un cristiano jamás puede serlo.

    ¿Cuándo recibió Jesús el Espíritu Santo?

    Jesús recibe la unción del Espíritu Santo y el empoderamiento del amor de Dios “Una vez bautizado, Jesús salió en seguida del agua. En ese momento se abrieron los cielos y Jesús vio que el Espíritu de Dios descendía como una paloma y se posaba sobre él. Y una voz, proveniente del cielo, decía:—Este es mi Hijo amado en quien me complazco” (cf.

    Mt 3:16-17). Si presta atención durante la celebración del bautismo del Señor este domingo, escuchará una interpretación muy sutil pero impactante de lo que sucedió cuando Juan bautizó a Jesús en el río Jordán. La lectura del Evangelio dice: “Y una voz, proveniente del cielo, decía:—Este es mi Hijo amado en quien me complazco” (Mt 3:17).

    Pero la antífona de la entrada de este domingo y el verso del aleluya del Evangelio dicen que la voz del Padre bramó: “Este es mi Hijo amado en quien me complazco” (Mt 3:17). Se nos dice que mientras el Espíritu Santo descendía en forma de una paloma, el Padre proclamó con una voz resonante su inmenso orgullo por Jesús, su único Hijo.

    1. La extraordinaria escena del bautismo del Señor es una manifestación de la obra de la Santísima Trinidad en nuestro mundo.
    2. Dios se presenta como la voz estruendosa del Padre, como el humilde y amado Hijo que no necesitaba ser bautizado pero que eligió hacerlo voluntariamente como signo de su unidad con nosotros, y como el dulce (pero poderoso) Espíritu que rondaba sobre Jesús en forma de una paloma para brindarle apoyo y aliento.

    ¡Qué momento de gracia! En verdad Dios está aquí en la plenitud de su divinidad y en su cercanía con nosotros, su pueblo. En la segunda lectura de este domingo (Hechos 10:34-38), san Pedro nos dice que el amor de Dios es para todos. “Ahora comprendo verdaderamente que para Dios no existen favoritismos.

    • Toda persona, sea de la nación que sea, si es fiel a Dios y se porta rectamente, goza de su estima” (Hechos 10:34-35).
    • No nos atrevemos a imponer límites a la misericordia de Dios ni a comportarnos como si fuéramos capaces de predecir quiénes serán recompensados en el día final.
    • La salvación no se limita a unos pocos creyentes elitistas sino que está abierta a todos, siempre que tengan temor de Dios y obren de manera justa.

    Juan el Bautista bautizó a Jesús con agua, pero san Pedro nos dice que “Dios ungió a Jesús de Nazaret con el Espíritu Santo y lo llenó de poder” (Hechos 10:38). Jesús recibió el poder de sanar a los enfermos, reconfortar a los afligidos, perdonar los pecados y redimirnos de la rotundidad de la muerte, pero este no le fue otorgado mediante ningún poder humano sino a través del Padre y del Espíritu Santo.

    En el signo sacramental del bautismo de Jesús en el Jordán se revela el misterio trino de Dios. Luego de ese momento de gracia, san Pedro comenta que Jesús “pasó por todas partes haciendo el bien y curando a todos los que padecían oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él” (Hechos 10:38). Tal como descubrimos en la primera lectura del domingo, todo esto fue para cumplir con lo que el profeta Isaías había predicho antes de esta dramática escena en el río Jordán: “Así dice el Señor: Este es mi siervo, a quien sostengo, mi elegido, en quien me complazco.

    See also:  A Quien Le Dijo Dios Que Partirse Las Aguas Del Mar Rojo?

    Lo he dotado de mi espíritu, para que lleve el derecho a las naciones. No gritará ni alzará la voz, ni se hará escuchar por las calles. No romperá la caña ya quebrada, ni apagará la llama que aún vacila; proclamará el derecho con verdad. No desfallecerá ni se quebrará, hasta que implante el derecho en la tierra, en las islas que esperan su enseñanza” (Is 42:1-4).

    Quizá la voz del Padre haya sido un bramido, pero el Hijo no gritará, no alzará la voz ni se hará escuchar por las calles. Hará calladamente lo que sea necesario para servir de “luz de las naciones; para que abras los ojos a los ciegos y saques a los presos de la cárcel, del calabozo a los que viven a oscuras” (Is 42:6-7).

    Ungido por el Espíritu Santo y empoderado por el amor y la bendición del Padre, Jesús comienza su ministerio entre nosotros como un hombre de paz determinado a establecer la justicia para todas las naciones y los pueblos. A medida que comenzamos un nuevo año calendario y la próxima semana se inicia nuevamente lo que la Iglesia llama el “tiempo ordinario” resulta oportuno recordar la misión de Jesús.

    • Su bautismo a cargo de Juan fue un evento inaugural, el inicio de su ministerio público pero no fue algo que hiciera por sí mismo; Dios estaba con él (en él) en la plenitud de la Santísima Trinidad.
    • Debido a esta manifestación única de la divinidad de Jesús y su cercanía con nosotros (su humanidad), podemos sentirnos confiados de que al seguirlo pacientemente un día formaremos parte de su justicia y de su paz.

    Oremos por la gracia de escuchar atentamente “el bramido de la voz” de Dios este fin de semana y pidámosle al Espíritu Santo que nos ayude a seguir a Jesús mientras él nos seguía por el camino de la vida. † : Jesús recibe la unción del Espíritu Santo y el empoderamiento del amor de Dios

    ¿Cómo se explica la Trinidad?

    La Trinidad incluye a Dios el Eterno Padre, al Salvador Jesucristo y al Espíritu Santo. Aunque los miembros de la Trinidad son seres individuales, con misiones diferentes, son uno en propósito. Están perfectamente unidos con el fin de llevar a cabo el Plan de Salvación del Padre Celestial.

    ¿Cuál es la diferencia entre Dios Padre Hijo y Espíritu Santo?

    Publicado: May 24, 2018 Horario de Misas en Arkansas Este año, la Santísima Trinidad se celebra el domingo, 27 de mayo. Oprima el botón de arriba para encontrar el horario de las Misas cerca de usted. Esta fiesta celebra la naturaleza de Dios, quien es tres personas en una: Padre, Hijo y Espíritu Santo,

    • Ante todo, guárdame este buen depósito de fe, por el cual vivo y combato, con el cual quiero morir, que me hace soportar todos los males y despreciar todos los placeres: quiero decir la profesión de fe en el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo.
    • Se las confío hoy.
    • Por ella los introduciré dentro de poco en el agua y los sacaré de ella.

    Se las doy como compañera y patrona de toda vuestra vida” — San Gregorio Nacienceno. In English El Catecismo de la Iglesia Católica nos dice que la Trinidad es el misterio central de la fe cristiana. “Es el misterio de Dios en sí mismo” (Núm.234). Dios se nos ha revelado a sí mismo como Padre, Hijo y Espíritu Santo. Las Personas Divinas son Realmente Distintas entre Sí — “El Padre es quien engendra, el Hijo quien es engendrado, y el Espíritu Santo es quien procede” (Núm.254). Las Personas Divinas son Relativas Unas a Otras — “Porque no divide la unidad divina, reside únicamente en las relaciones que las refieren unas a otras ” (Núm.255).

    • Esto puede sonar abrumador y difícil de comprender porque lo es.
    • Es imposible comprender plenamente este misterio.
    • Sin embargo, debemos tratar porque Dios se reveló a sí mismo de esta manera.
    • En el Evangelio de Juan, vemos que Jesús revela su naturaleza Trinitaria a sus discípulos.
    • Jesús les dijo a sus discípulos: ‘todavía tengo muchas cosas que decirles, pero no las pueden comprender ahora.

    Cuando venga el Espíritu de la Verdad, él los introducirá en toda la verdad, porque no hablará por sí mismo, sino que dirá lo que ha oído y les anunciará lo que irá sucediendo. Él me glorificará porque recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes. Todo lo que es del Padre es mío.

    Por eso les dijo: Él recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes'” (Juan 16, 12-15). Aunque no es lo mismo, contamos con ejemplos en nuestra experiencia humana para ayudarnos a comprender. En “La Sagrada Familia, la Santísima Trinidad, y Tú”, Gretchen Filz explica las semejanzas entre la Trinidad y la familia y cómo el amor es el centro de ambas.

    “Cuando reflexionamos sobre la naturaleza de la Santísima Trinidad, vemos que la familia humana misma nos enseña sobre Dios. La Trinidad es una unidad de amor abnegado de tres personas divinas – Dios Padre, Dios Hijo, y Dios Espíritu Santo – en un ser divino.

    Su unión de amor es procreativa, en que la Santísima Trinidad trajo creaturas a la existencia para compartir su amor divino por toda la eternidad. “La Trinidad es una unidad de amor abnegado de tres personas divinas – Dios Padre, Dios Hijo, y Dios Espíritu Santo – en un ser divino. Su unión de amor es procreativa, en que la Santísima Trinidad trajo creaturas a la existencia para compartir su amor divino por toda la eternidad.” “De la misma manera, un esposo y una esposa son una unión de amor abnegado y procreativa.

    Por lo tanto no es solamente el hombre y la mujer que portan la imagen de Dios individualmente, sino también la familia humana misma, porque juntos forman una unión de amor de donde procede el fruto de los hijos. Por este motivo el Papa Benedicto XVI llama la familia humana un ícono de la Santísima Trinidad Cuando un hombre y su esposa desean crear hijos para compartir su amor, es algo como el deseo de la Santísima Trinidad de crearte a ti y a mí”.

    • Para leer más, visite Getfed (en inglés).
    • En ACI Prensa podrá encontrar recursos e información adicional que explican qué es la Santísima Trinidad.
    • También nos ofrece 12 claves para comprender el dogma de la Santísima Trinidad,
    • El Padre es proclamado como Dios numerosas veces en el Nuevo Testamento,
    • Por ejemplo, en las epístolas de San Pablo se narra lo siguiente: “¡Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de las misericordias y Dios de toda consolación ()”.

    (2ª Cor.1,3). “Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está por encima de todos, que actúa por todos y está en todos” (Ef.4, 5-6). La Biblia también demuestra que el Hijo es Dios, Esto es proclamado en varias partes del Nuevo Testamento, incluyendo al comienzo del Evangelio de San Juan: “En el principio era la Palabra, y la Palabra estaba ante Dios, y la Palabra era Dios () Y la Palabra se hizo carne, puso su tienda entre nosotros, y hemos visto su Gloria: la Gloria que recibe del Padre el Hijo único, en él todo era don amoroso y verdad”.

    Jn.1, 1.14). También: “Después dijo a Tomás: ‘Pon aquí tu dedo y mira mis manos; extiende tu mano y métela en mi costado. Deja de negar y cree’. Tomás exclamó: ‘Tú eres mi Señor y mi Dios'” (Jn.20, 27-28). El Espíritu Santo es Dios y así lo afirman las Escrituras. En el libro de Hechos, el Espíritu Santo es retratado como una persona divina que habla y que a la que no se le puede mentir: “Mientras celebraban el culto del Señor y ayunaban, el Espíritu Santo dijo: ‘Separadme a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los he llamado'” (Hechos 13, 2).

    “Pedro le dijo: ‘Ananías, ¿por qué has dejado que Satanás se apoderara de tu corazón? Te has guardado una parte del dinero; ¿por qué intentas engañar al Espíritu Santo? Podías guardar tu propiedad y, si la vendías, podías también quedarte con todo. ¿Por qué has hecho eso? No has mentido a los hombres, sino a Dios'” (Hechos 5, 3-4).

    ¿Que quién es el Espíritu Santo?

    Quién es el Espíritu Santo – Espíritu Santo es la tercera persona de la Santísima Trinidad del cristianismo, El Espíritu Santo es una persona distinta del Padre y del Hijo (primera y segunda persona de la Santísima Trinidad) pero posee con ellos una misma naturaleza y esencia divina,

    • El Espíritu Santo deriva del latín Espiritus Sanctus que se refiere a la gracia divina que se revela para entrar en comunión con los creyentes con el fin de contactarse con Cristo o con Dios.
    • El Espíritu Santo es el que despierta la fe cristiana,
    • El Espíritu Santo es sinónimo de Divina Gracia, Espíritu y Paráclito,

    En el evangelio de San Juan se afirma que Paráclito se quedará con los discípulos después de que Jesús ya no sea visible. Paráclito proviene del griego parakletos que significa “aquel que es invocado” y del latín consolator que significa consuelo. Se caracteriza por defender del castigo, salvar del peligro y entregar la salvación eterna.

    ¿Donde dice la Biblia que la palabra de Dios es Espíritu?

    1 ¿Comenzamos otra vez a recomendarnos a nosotros mismos? ¿O tenemos necesidad, como algunos, de cartas de recomendación para vosotros, o de recomendación de vosotros? 2 Nuestra carta sois vosotros, escrita en nuestros corazones, conocida y leída por todos los hombres; 3 siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en a tablas de piedra, sino en b tablas de carne del corazón.4 Y tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios.5 No que seamos capaces por nosotros mismos para pensar algo de nosotros mismos, sino que nuestra a capacidad es de Dios; 6 el que asimismo nos hizo a siervos capaces de un nuevo b convenio, no de la letra, sino del c espíritu, porque la letra mata, pero el espíritu vivifica.7 Y si el ministerio de a muerte grabado con letras en piedras fue con gloria, tanto que los hijos de Israel no pudieron fijar la vista en la faz de Moisés a causa de la b gloria de su rostro, la cual iba desvaneciéndose, 8 ¿cómo no será más bien con gloria el ministerio del espíritu? 9 Porque si el ministerio de condenación fue con gloria, mucho más abundará en gloria el ministerio de la justicia.10 Porque aun lo que fue glorioso, no es glorioso en este respecto, en comparación con la excelsa gloria.11 Porque si lo que perece tuvo gloria, mucho más será la gloria de lo que permanece.12 Así que, teniendo tal esperanza, hablamos con mucha franqueza; 13 y no como Moisés, que se ponía un velo sobre su faz, para que los hijos de Israel no fijasen la vista en el fin de lo que iba desvaneciéndose.14 Pero el entendimiento de ellos se a embotó, porque hasta el día de hoy, cuando b leen el antiguo testamento, les queda el mismo c velo sin descubrir, el cual por Cristo es quitado.15 Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está puesto sobre el a corazón de ellos.16 Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se les quitará.17 Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el a Espíritu del Señor, allí hay b libertad,18 Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la a gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma b semejanza, como por el Espíritu del Señor.

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