El Espíritu Santo es el tercer miembro de la Trinidad. Es un personaje de espíritu, sin un cuerpo de carne y huesos. A menudo se le llama el Espíritu, el Santo Espíritu, el Espíritu de Dios, el Espíritu del Señor o el Consolador.
¿Quién es el Espíritu Santo y cuál es su función?
¿Cuáles son las funciones del Espíritu Santo? Ven, sígueme — Para el Sacerdocio Aarónico El Espíritu Santo testifica de la verdad. Él es la fuente del testimonio y de la revelación personal. Puede guiarnos para tomar decisiones y nos protege del peligro físico y espiritual.
Se le conoce como el Consolador, y puede calmar nuestros temores y llenarnos de esperanza. Por medio de Su poder, somos santificados al arrepentirnos, recibir las ordenanzas salvadoras y guardar nuestros convenios. Para prestar servicio de forma eficaz como poseedores del sacerdocio, es esencial que escuchemos y sigamos las impresiones del Espíritu Santo.
¿Qué experiencias personales podría compartir con los jóvenes, las cuales les enseñarían sobre las funciones del Espíritu Santo? ¿Por qué es importante que los jóvenes aprendan a reconocer y seguir los susurros del Espíritu? ¿Cómo puede ayudarlos a ser dignos de Su compañía y a procurarla?
Al estudiar los pasajes de las Escrituras y otros recursos acerca del Espíritu Santo, procure obtener Su guía a fin de que sepa qué debe enseñar a los jóvenes sobre la importancia que el Espíritu Santo tiene en sus vidas. (El Consolador puede enseñarnos y recordarnos todas las cosas) ; ; (El Espíritu Santo da testimonio del Padre y del Hijo) (Pablo describe el fruto del Espíritu) (El Espíritu Santo nos mostrará las cosas que debemos hacer) (Recibir el Espíritu Santo nos santifica) (El Espíritu Santo nos llena de esperanza y amor) (El Espíritu Santo nos enseña la verdad)
Gary E. Stevenson, “”, Liahona, mayo de 2017, págs.117–120. Henry B. Eyring, “”, Liahona, mayo de 2017, págs.15–18. Juan A. Uceda, “”, Liahona, noviembre de 2016, págs.30–32. Robert D. Hales, “”, Liahona, mayo de 2016, págs.105–107. Videos: “La voz del Espíritu”, “Territorio enemigo” Enseñar a la manera del Salvador El Salvador contaba relatos, parábolas y ejemplos simples de la vida real con el fin de enseñar de manera tal que tuviera sentido para Sus discípulos.
- ¿Qué experiencias personales puede compartir con los jóvenes para ayudarlos a entender las funciones del Espíritu Santo y a que sientan el deseo de procurar tener experiencias de ese tipo y ser dignos de ello? Ver un ejemplo de la,
- Un miembro de la presidencia del cuórum (o un ayudante del obispo en el cuórum de presbíteros) dirige la reunión.
Él dirige a los demás jóvenes para que deliberen en consejo en cuanto a los asuntos del cuórum, les enseña sus deberes del sacerdocio (usando las Escrituras y el librito Mi Deber a Dios ), los alienta a compartir las experiencias que hayan tenido al cumplir con su deber a Dios e invita al asesor o a otro miembro del cuórum a enseñar una lección del Evangelio.
Conceda a los jóvenes un momento para que piensen en un concepto de la lección de la semana pasada y lo mencionen. Piense en la manera en que podría relacionar sus respuestas con la lección de hoy. Invite a los jóvenes a escribir acerca de un momento en que hayan sentido la influencia del Espíritu Santo. ¿Qué hicieron para recibir Su influencia? ¿Qué diferencia supuso el sentir Su influencia? Si es apropiado, pida a varios jóvenes que compartan sus experiencias.
Vea otras, Cada una de las actividades siguientes permitirá a los miembros del cuórum comprender las funciones del Espíritu Santo. Siguiendo la inspiración del Espíritu, seleccione una o más que resulten mejor para su cuórum:
Escriba las preguntas siguientes en la pizarra: ¿Por qué necesitamos el Espíritu Santo? ¿Cómo nos puede ayudar el Espíritu Santo? Invite a los jóvenes a examinar el discurso del élder Gary E. Stevenson “” o a mirar el video “La voz del Espíritu”, para buscar respuestas a las preguntas de la pizarra. Según sea apropiado, comparta experiencias que haya tenido de recibir inspiración del Espíritu Santo e invite a los jóvenes a compartir algunas experiencias que hayan tenido. También podrían compartir las cosas que harán para escuchar mejor y seguir las impresiones del Espíritu Santo. Busque algunas historias en los discursos de las conferencias generales más recientes que ilustren las diversas funciones del Espíritu Santo. Considere incluir la experiencia del presidente Henry B. Eyring con su hijo o con los santos austriacos en “” o la del élder Juan A. Uceda de cuando era misionero en Perú, en su discurso””. Invite a cada joven a leer una de las historias, a contarla al cuórum con sus propias palabras y a determinar la función del Espíritu Santo en ese relato. Anime a los jóvenes a compartir experiencias propias en las que el Espíritu Santo los haya ayudado. Invite a un miembro del cuórum a que enseñe una parte de la lección. Él podría hacerlo como parte de su plan de Mi deber a Dios de aprender y enseñar sobre el Espíritu Santo (véase “Comprende la doctrina”, págs., o ). Invite a los jóvenes a buscar los siguientes pasajes de las Escrituras, reconocer el papel del Espíritu Santo en cada uno de ellos y compartir cómo Su influencia puede bendecirlos: ; ; ; ;, Los jóvenes también podrían buscar partes del discurso del élder Robert D. Hales “” para aprender acerca de las funciones del Espíritu Santo. Invite a los jóvenes a enumerar etapas de su vida en las que necesitarán la influencia del Espíritu Santo. ¿En qué momentos será importante que el Espíritu Santo les muestre lo que deban hacer? ¿En qué momentos podrían necesitar los jóvenes sentir la influencia reconfortante del Espíritu Santo? Considere la idea de compartir una experiencia personal de cuando haya recibido la ayuda del Espíritu Santo. Muestre uno de los videos que se incluyen en esta reseña y pida a los jóvenes que escuchen lo que se enseña en ellos acerca de recibir guía por medio del Espíritu Santo. Pida a cada joven que comparta algo de lo que aprenda. Luego, escriba en la pizarra la siguiente declaración de la hermana Julie B. Beck en la pizarra: “La capacidad de reunir los requisitos para recibir revelación personal y actuar de acuerdo con ella es la aptitud más importante que se pueda lograr en la vida. Con ella, no podemos fracasar; sin ella, no podemos tener éxito” (“‘'”, Liahona, mayo de 2010, pág.11). Invítelos a pensar en lo que dice la cita y a que escriban lo que piensen al respecto y sobre la importancia de vivir dignos de recibir el Espíritu y de seguirlo. Aliéntelos a reflexionar sobre lo que pueden hacer para procurar gozar más de la compañía del Espíritu Santo. Invite a los jóvenes a que busquen en el índice de temas del himnario, bajo “Espíritu Santo”, un himno que enseñe acerca de cómo puede ayudarnos el Espíritu Santo. Pídales que compartan frases de los himnos que eligieron. Considere la idea de que canten uno de los himnos en grupo.
Pida a los jóvenes que compartan lo que hayan encontrado. ¿Qué sentimientos o impresiones tienen? ¿Comprenden las funciones del Espíritu Santo? ¿Desean hacer otras preguntas? ¿Resultaría útil dedicarle más tiempo a este tema? Sugerencia para la enseñanza “Al prepararse para enseñar con espíritu de oración podría ser guiado a destacar ciertos principios, podría obtener un entendimiento de cómo presentar mejor determinadas ideas, y encontrar algunos ejemplos, lecciones prácticas e historias inspiradoras en las simples actividades de la vida.
También podría recibir la impresión de invitar a alguna persona particular para que le ayude a presentar la lección. Tal vez recuerde alguna experiencia personal que pueda compartir con la clase” ( La enseñanza: El llamamiento más importante, 2000, pág.52). Vea otras, El joven que dirige concluye la reunión.
Él podría:
Según sea apropiado, contar una experiencia en la que haya sentido la influencia del Espíritu Santo en una de las formas que se explicaron en la reunión de cuórum. Invitar a los jóvenes del cuórum a mantenerse dignos y procurar la compañía del Espíritu Santo.
Actividades para los jóvenes que ayude a los jóvenes a aplicar lo que aprendieron en esta lección. : ¿Cuáles son las funciones del Espíritu Santo?
¿Quién es Dios y quién es Jesús y el Espíritu Santo?
En el Cristianismo, la doctrina de la Santísima Trinidad afirma que Dios, siendo uno, existe simultáneamente y eternamente, como una unión de tres personas: el Padre, el Hijo (encarnado como Jesús de Nazaret), y el Espíritu Santo.
¿Quién es Dios Padre y Espíritu Santo?
De Wikipedia, la enciclopedia libre Representación de la Santísima Trinidad hacia 1489. La Trinidad es el dogma central sobre la naturaleza de Dios en la mayoría de las iglesias cristianas, Esta creencia afirma que Dios es un ser único que existe como tres personas distintas o hipóstasis : el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo,
Algunas confesiones minoritarias, como las iglesias unitarias, los testigos de Jehová y los pentecostales unicitarios, así como las iglesias binitarias, rechazan esta creencia. Los mormones afirman creer en la Trinidad pero tienen una interpretación específica, indicando que Dios Padre, Jesucristo y el Espíritu Santo son seres completamente separados que trabajan juntos en completa unidad, bajo el mismo propósito.
Fuera del ámbito del cristianismo, pero en otra fe también monoteísta, el Corán menciona la Trinidad y se muestra contrario a ella.
¿Quién es el Espíritu Santo para nosotros?
Pasajes adicionales de las Escrituras –
1 Corintios 3:16–17 ; D. y C.130:22–23 (el Espíritu Santo mora con los fieles). Hechos 19:1–7 (el don del Espíritu Santo se otorgó en la antigüedad). Moroni 8:25–26 (cómo recibir al Espíritu Santo). Moroni 10:5 (el Espíritu Santo es un testigo de la verdad). Mosíah 5:2 (el Espíritu Santo cambia el corazón de la gente). Alma 5:54 (el Espíritu Santo santifica).
¿Cuál es la misión del Espíritu Santo?
La misión del Espíritu Santo es guiar a los creyentes hacia esta amistad íntima con el Padre, del mismo modo que Jesús siempre señaló al Padre en su tiempo en la tierra. Jesús nos llama amigos en el Evangelio (Jn 15,15).
¿Cuál es el poder que nos da el Espíritu Santo?
EDITORIAL: El Poder Del Espíritu Santo GRAPEVINE, Texas (BP) — Estamos viviendo en una época donde muchas personas alrededor del mundo desean obtener poder sobre diferentes cosas. Por todos lados vemos demostraciones de poder iniciadas por los hombres.
- Deberíamos ver demostraciones de poder que sean iniciadas por Dios.
- El poder espiritual que viene de lo alto es lo que se debe ver en nuestras vidas.
- Cristo dio esa explicación y ordenó un mandato explícito en Hechos 1:6-8.
- Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.” El poder del Espíritu Santo es dado a todos los que creen en Él.
El poder que viene de Dios sólo se obtiene cuando aceptamos y creemos en un Cristo glorificado. Muchos tratan de hacer la obra de Dios por ellos mismos y sólo se encuentran con frustraciones y fracasos. Como seguidores de Cristo no podemos hacer nada aquí en la tierra sin tener el poder del Espíritu Santo en nuestras vidas que viene sólo de Él.
No podemos fabricar el poder de Dios o manipular a Dios para que nos de ese poder de lo alto. “En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.
Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.” Juan 7:37-39 El poder del Espíritu Santo tiene un propósito clave para nuestras vidas. El propósito es de compartir el mensaje de Cristo a todo el mundo para que todos sepan de Él y para que crean en Él como Salvador.
- La palabra poder en el griego que se usa en Hechos 1:8 es “dunamis” que traducido es dinamita.
- Es un poder explosivo que reside dentro del creyente para manifestar un poder milagroso y majestuoso de algo divino.
- Cuando aceptamos a Cristo, el mensaje de Cristo se tiene que hacer conocer como la única verdad y como el único camino para llegar a Dios.
Y cada uno que recibe y cree en Cristo lo puede hacer porque el Espíritu Santo da ese poder a cada creyente. El mensaje de Cristo empezó en Jerusalén, en toda Judea, Samaria y se continúa proclamando hasta lo último de la tierra. La iglesia primitiva comenzó este plan de evangelización y ahora continúa con nosotros proclamando las “Buenas Nuevas” hasta que vuelva Cristo.
- El poder del Espíritu Santo siempre está obrando.
- Vemos que el Espíritu Santo nunca para Su obra aquí en la tierra.
- Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuere, el Consolador no vendrá a vosotros; más si me fuere, os lo enviaré.
- Y cuando el venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia, y de juicio.
De pecado, por cuanto no creen en mí; de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más; y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido juzgado.” Juan 16:7-11 El Espíritu Santo nos da poder para ser sus testigos y nos da el poder de vivir una vida victoriosa aquí en la tierra.
- El pastor Lehman Strauss una vez dijo estos puntos claves sobre el Espíritu Santo.1.
- El Espíritu Santo Limita — Génesis 6:3 2.
- El Espíritu Santo Salva — Tito 3:4-5 3.
- El Espíritu Santo Santifica — I Pedro 1:2 4.
- El Espíritu Santo Fortalece — Efesios 3:16 5.
- El Espíritu Santo Habla — I Timoteo 4:1 6.
- El Espíritu Santo Escrudiña — I Corintios 2:10 7.
El Espíritu Santo Envía — Hechos 13:4
¡Comparta las “Buenas Nuevas” de Cristo con alguien hoy!
: EDITORIAL: El Poder Del Espíritu Santo
¿Qué diferencia hay entre Dios y el Espíritu Santo?
Según las interpretaciones de la Unicidad de Dios o de los unicitarios, el Espíritu Santo es identificado como el mismo y singular Dios eterno, ya que Dios es Espíritu y es Santo, por lo cual es llamado el ‘Espíritu Santo’.
¿Por qué el Espíritu Santo es Dios?
El Espíritu Santo es Dios – El Espíritu Santo es Dios. Es un miembro de la Santa Trinidad: Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo comparten la misma naturaleza divina. El Espíritu Santo, que habita, guía y purifica nuestra vida, no es otro que Dios mismo.
El Espíritu es “de Dios” no porque Dios lo haya creado, sino porque comparte la naturaleza de Dios y emana de Dios eternamente. Si el Hijo de Dios es igualmente eterno con el Padre, como dice claramente Juan 1:1-3, entonces el Espíritu Santo es igualmente eterno con ambos, porque el Espíritu de Cristo es uno y el mismo con el Espíritu de Dios, según Romanos 8:9-11,
Si no fuera así, tendríamos que imaginar un tiempo en el que tanto el Hijo como el Padre carecieran del Espíritu Santo. Desde el principio de los tiempos, existe un Espíritu Santo infinito de amor y deleite entre el Padre y el Hijo. Por eso, en Juan 17:26, cuando Jesús ora por la iglesia, le pide a su Padre el Espíritu Santo.
- Dice, “Yo les he dado a conocer quién eres, y seguiré haciéndolo, para que el amor con que me has amado esté en ellos, y yo mismo esté en ellos”.
- Cuando el Espíritu Santo viene a nuestra vida, no viene solo como el Espíritu del Hijo, ni como el Espíritu del Padre.
- Viene como el Espíritu Santo del amor infinito entre el Padre y el Hijo.
Ahora podemos unirnos al amor del Padre y del Hijo. Para aprender más de Dios, Jesús y el Espíritu Santo, accede a nuestros otros blogs aquí, Foto por OC Gonzalez en Unsplash Foto por Ravi Pinisetti en Unsplash
¿Qué relación hay entre Jesús y el Espíritu Santo?
Pero el Espíritu Santo envía a Jesús a la misión; hay una relación entre la misión y la opción por el Espíritu. Lo que destacan los evangelios es que Jesús fue ungido por el Espíritu, es el enviado escatológico y definitivo de Dios con la misión de anunciar el Reino de Dios con palabras y signos.
¿Donde dice la Biblia que los tres son uno?
1 Juan 5
- 1 Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo ha nacido de Dios; y todo aquel que ama al que engendró, ama también al que ha sido engendrado por él.
- 2 En esto conocemos que amamos a los de Dios: en que amamos a Dios y guardamos sus mandamientos.
- 3 Pues este es el amor a Dios: Que sus mandamientos; y sus mandamientos no son,
- 4 Porque todo lo que ha al mundo; y esta es la que vence al mundo: nuestra fe.
- 5 ¿Quién es el que al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
6 Este es Jesucristo, que mediante agua y sangre; no mediante agua solamente, sino mediante agua y sangre. Y el es el que da testimonio, porque el Espíritu es la verdad.
- 7 Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el, el y el Espíritu Santo; y estos tres son,
- 8 Y tres son los que dan testimonio en la tierra: el, agua y la ; y estos tres concuerdan en uno.
- 9 Si recibimos el de los hombres, mayor es el de Dios; porque este es el de Dios: que él ha testificado de su Hijo.
- 10 El que en el Hijo de Dios tiene el en sí mismo; el que no cree a Dios le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado de su Hijo.
- 11 Y este es el testimonio: Que Dios nos ha dado, y esta está en su Hijo.
- 12 El que tiene al Hijo tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.
- 13 Estas cosas os he a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios.
- 14 Y esta es la confianza que tenemos en él: que si pedimos alguna cosa conforme a voluntad, él oye.
- 15 Y si sabemos que él nos oye en cualquier cosa que, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos,
16 Si alguno ve a su hermano cometer un pecado que no sea de muerte, pedirá, y se le dará vida, digo, a los que cometen un pecado que no sea de muerte. Hay pecado de muerte, por el cual yo no digo que se ruegue.
- 17 Toda maldad es, pero hay no de muerte.
- 18 Sabemos que todo aquel que ha peca, mas el que es engendrado por Dios se guarda a sí mismo, y el maligno no le toca.
- 19 Sabemos que somos de y que todo el yace en la,
20 No obstante, sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el que es verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios y la,21 Hijitos, guardaos de los, Amén.
¿Dónde vive el Espíritu Santo?
08 La Morada Del Espiritu Santo 2 LA MORADA DEL ESPIRITU SANTO Quizás no hay tema en la Biblia tan toscamente mal entendido como ese del Espíritu Santo. La ignorancia de la enseñanza Bíblica sobre este importante tema ha hecho que la verdad del Cristianismo sea cambiada por un sentimiento religioso.
- Sin embargo, ni una vez en la Biblia a nadie en algún momento se le dijo «recibe» la religión, o «recibe al Espíritu Santo.» Nos es dicho que practiquemos la religión, pero no que la «recibamos.» Muchas personas honestas y sinceras han sido mal informadas.
- La Persona del Espíritu Santo El Espíritu Santo es un Ser divino que estaba con el Padre y el Hijo en los tribunales de la suprema corte del cielo antes del comienzo de los mundos.
El es una personalidad inteligente y hablante; no un fantasma, nublado con misticismo, haciendo misteriosos descensos del Cielo, llamando la atención de las almas de los hombres, haciendo que caigan postrados sobre el piso, o en un altar, perdiendo su balance mental y físico.
- Tal superstición podría estar asociada con los cuentos de fantasmas, pero no correctamente con el Espíritu Santo y Su obra.
- Muchas almas honestas, bajo el hechizo y encanto del emocionalismo, aún han perdido la conciencia y se les ha hecho creer que fueron salvas por la operación directa del Espíritu Santo y que ahora experimentan la morada del Espíritu Santo.
Personalidad, No Materialidad El Espíritu Santo no es reconocido en un sentido corporal.«.un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo» ( Lucas 24:39 ), declaró el Maestro. No debiéramos confundirnos acerca de la identidad personal del Espíritu.
- Hay una diferencia en personalidad y materialidad.
- Ciertamente, la personalidad no pertenece a la materialidad.
- Los cuerpos que son puramente material no tienen personalidad.
- ¡Hay cuerpos muertos! «El cuerpo sin espíritu está muerto» (Sant.2:26).
- Unicamente el espíritu da evidencia de personalidad.
- Eso que es espiritual no es material.
La personalidad se convierte en distinta y pura hasta el grado de que no es controlada e impedida por eso que es material. La personalidad es la revelación y función de la espiritualidad. El Espíritu Santo no es un ser físico. Es una personalidad diferente, un ser personal diferente.
Cuando los hombres afirman ser testigos de manifestaciones y revelaciones materiales del Espíritu Santo, ellos son falsos testigos. El Espíritu Santo no puede ser identificado como materialidad. Cuando los hombres afirman que vieron al Espíritu Santo, o que el Espíritu Santo se les apareció en forma de identidad, están equivocados.
El Espíritu Santo no aparece al hombre en tales manifestaciones materiales hoy día. La Obra Personal del Espíritu Santo La personalidad del Espíritu Santo es evidenciada por la obra del Espíritu. Es dicho que el Espíritu Santo hace cosas que sólo una persona puede hacer: 1.
- El Espíritu Santo enseña.
- Jesús dijo, «él os enseñará todas las cosas» ( Juan 14:26 ).2.
- El Espíritu Santo convence.
- Cuando Jesús prometió enviar el Espíritu Santo a los apóstoles dijo, «Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio» ( Juan 16:8 ).3.
- El Espíritu Santo es un guía.
Al dar esta promesa Jesús dijo a los apóstoles, «él os guiará a toda la verdad» ( Juan 16:13 ).4. El Espíritu Santo posee las características de una persona, habla. Continuando Su promesa de enviar al Espíritu Santo, Cristo declaró, «porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere» ( Juan 16:13 ).
- Pablo declaró, «Porque el Espíritu dice claramente.» ( 1 Tim.4:1 ).
- El Espíritu Santo, por tanto, ¡es una persona que oye y habla! 5.
- El Espíritu Santo es uno que es afectado como una persona.
- Puede ser contristado ( Efe.4:30 ).
- Puede ser enojado ( Isa.63:10 ).
- Puede ser mentido ( Hch.5:3 ).
- El Espíritu Santo puede ser resistido o rechazado ( 1 Tes.5:19 ).
Los Dones del Espíritu La iglesia del Nuevo Testamento, en su período de infancia, estuvo caracterizada por una diversidad de dones apostólicos del Espíritu, así revelado en los capítulos 12,13, y 14 de 1 Corintios. Los objetivos de los dones espirituales fueron claramente declarados.
- La distribución de los dones milagrosos del Espíritu están incuestionablemente revelados por los hombres inspirados de Dios.
- Los dones milagrosos del Espíritu Santo, incluyendo el «don de sanidades,» el «don de hacer milagros,» el «don de lenguas» y el «don de conocimiento,» fueron importantes en su tiempo, pero el apóstol concluyó que «hay un camino más excelente» ( 1 Cor.12:31 ).
Estas obras milagrosas del Espíritu nunca estuvieron destinadas a ser permanentes en la iglesia. Ellas fueron dadas en la infancia de la iglesia para durar hasta que «viniera lo perfecto.» Habiendo amonestado a los Corintios a procurar «los dones mejores,» Pablo añadió, «Mas yo os muestro un camino aun más excelente» ( 1 Cor.12:31 ).
- De todos los dones en la iglesia en Corinto, algunos se «acabarían» y algunos permanecerían.
- El apóstol hace comparaciones en estas palabras: «Si yo hablase en lenguas.» del capítulo( 1 Corintios 13:1 😉 – «y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe.
- Y si tuviese profecía» – sin duda, la «profecía» del capítulo,1 Cor.12:10 – «y entendiese todos los misterios» – sin duda, la «palabra de sabiduría» del capítulo,1 Cor.12:8 – «y toda la ciencia, y si tuviese toda la fe» – sin duda, la «fe» milagrosa del capítulo,1 Cor.12:9 – «de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy» (.1 Cor.13:1-2 ).
En estos versículos el apóstol da aprecio del valor del amor por encima de los dones milagrosos. Debe haber una razón. Los dones del Espíritu eran transitorios; ellos se «acabarían.» El amor era superior, en contraste a los dones milagros no permanentes, porque este «permanece» para siempre.
- Pablo afirmó, por inspiración del Espíritu Santo ( Gál.1:11-12 ), que los dones milagrosos del Espíritu cesarían: «El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará» ( 1 Cor.13:8 ).
- El Espíritu Santo no mora en el hombre hoy día en una forma milagrosa, como en los tiempos del Nuevo Testamento.
Si esto fuera verdad, el hombre sería capaz de ejecutar las mismas obras milagrosas del Espíritu, tales como: «Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos.» ( Mat.10:8 ); beber «algo mortífero» sin daño ( Marc.16:18 ); hablar en lenguas (idiomas) nunca conocidos por el hablante que los oyentes entenderían en su propio lenguaje peculiar ( Hch.2:5-8 ).
Ningún Poder Directo del Espíritu Santo Los milagros y las sanidades han cesado porque los medios de asegurar los poderes milagrosos para obrar los milagros han cesado. El Nuevo Testamento revela dos medios de conferir poderes milagrosos sobre los hombres escogidos por Dios. Uno: El bautismo del Espíritu Santo ( Hch.2:4,43 ).
Dos: La imposición de las manos de los apóstoles ( Hech.8:14-18; 19:1-7 ). Acorde a Hechos 1:2,26; 2:4,14,43, los apóstoles recibieron el bautismo del Espíritu Santo. En Hechos 10:44-45, es revelado que un milagro especial, «el don del Espíritu Santo» fue «derramado» sobre Cornelio y su casa.
Pablo, como un apóstol especial escogido, fue dotado con el Espíritu Santo y fue divinamente guiado por el Espíritu ( Gálatas 1:11-12 ). Esta última ocurrencia del bautismo del Espíritu Santo, que hemos registrado, fue cerca del año 33 D.C. Algunos veintitrés años más tarde el apóstol Pedro escribió acerca del bautismo en agua que salva ( 1 Ped.3:20-21 ).
El Espíritu Santo, a través de Pablo, declaró que hay «un bautismo» ( Efe.4:5 ). Obviamente, ese es el bautismo en agua. El hombre de Etiopía pidió, «Aquí hay agua ; ¿qué impide que yo sea bautizado?.y descendieron ambos al agua,y le bautizó» ( Hch.8:36,38 ).
Debemos, por tanto, concluir Biblícamente que no hay bautismo del Espíritu Santo ahora como fuente para las obras milagrosas. Los apóstoles que recibieron el bautismo del Espíritu Santo fueron los únicos en la iglesia en Jerusalén que pudieron obrar milagros hasta que ellos impartieron este poder a los demás ( Hech.2:43; 5:12 ).
Los siete diáconos pudieron obrar milagros únicamente después de que los apóstoles impusieron sus manos sobre ellos ( Hech.6:6 ). Esteban pudo obrar milagros ( Hech.6:8 ). Felipe pudo obrar milagros ( Hech.8:6 ), pero sólo hasta después de la imposición de las manos de los apóstoles.
- Aunque Felipe podía hacer obras milagrosas, no podía impartir este poder a los demás.
- Fue a Samaria, predicó el evangelio y confirmó la palabra con los milagros.
- Muchos creyeron y fueron bautizados en Cristo ( Hech.8:12 ), pero fue necesario para Pedro y Juan, apóstoles de Cristo, ir de Jerusalén a Samaria e imponer las manos a los nuevos conversos e impartirles los poderes milagrosos del Espíritu para confirmar la palabra por medio de los milagros ( Hech.8:14-21 ).
Simón evidentemente reconoció que era a través de la imposición de las manos de los apóstoles que los poderes milagrosos eran impartidos a los demás ( Hech.8:18 ). El «vio que a través de la imposición de las manos de los apóstoles era dado el Espíritu Santo» y les ofreció dinero para comprar ese poder.
Pedro le informó que este «don de Dios» no podía ser comprado. Además, declaró, «No tienes tú parte ni suerte en este asunto» Hech.8:20-21 ). De este texto, somos forzados a la conclusión de que el «don de Dios,» los dones milagrosos del Espíritu Santo, fueron obviamente recibidos únicamente por los primeros Cristianos «a través de la imposición de las manos de los apóstoles.» Los apóstoles han estado muertos más de diecinueve siglos ahora.
Las últimas personas sobre quienes los apóstoles impusieron sus manos y confirieron poderes milagrosos han estado muertas ahora acerca de diecinueve siglos. Cuando el último apóstol murió y la última persona sobre quien los apóstoles impusieron sus manos murió, los milagros por el poder del Espíritu Santo cesaron.
A pesar de todas las afirmaciones fantásticas, los hombres no reciben los poderes milagrosos del Espíritu Santo hoy día. El Espíritu Santo, un Don Hay una gran diferencia en los dones milagrosos del Espíritu Santo y el Espíritu Santo como don. El Espíritu Santo es recibido por aquellos que obedecen al evangelio.
El apóstol declaró, «Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen» ( Hech.5:32 ). El apóstol Juan escribió, «Y el que guarda sus mandamientos, permanece en Dios, y Dios en él. Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado» ( 1 Jn 3:24 ).
El Cristiano permanece en Cristo por medio de guardar sus mandamientos. Cristo y el Espíritu permanecen en el Cristiano mientras él guarde los mandamientos del Señor. El Espíritu Santo No es Visto Negar que el Espíritu Santo mora en el Cristiano porque no ha sido visto por el hombre mortal sería igual a negar a Dios, a quien el hombre no ha visto.
El apóstol Juan concluyó: «Nadie ha visto jamás a Dios. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en nosotros. En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros, en que nos ha dado de su Espíritu» ( 1 Jn 4:12-13 ).
- Aunque el hombre no puede ver la persona del Espíritu Santo morando en el Cristiano en algo más de lo que él puede ver la persona de Dios, vemos el fruto y las obras del Espíritu Santo en la vida del Cristiano.
- El Fruto del Espíritu El Espíritu Santo puede ser visto en el hijo de Dios por medio del fruto del Espíritu: «Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley» ( Gál.5:22-23 ).
Hermanos que odian, murmuran y se devoran los unos a los otros, teniendo malicia y envidia en sus corazones, dan testimonio público al hecho de que el Espíritu Santo no mora en ellos. Donde el amor gobierna en los corazones del pueblo de Dios, el Espíritu Santo, Cristo y Dios son las personas en el trono del alma.
- El gozo es el picante de la vida Cristiana.
- El pueblo de Dios debiera ser el pueblo más feliz sobre la tierra.
- Los miserables, los infelices, los miembros quejumbrosos de la iglesia jamás dan evidencia de la morada del Espíritu.
- La paz es el fruto del Espíritu morando en el Cristiano.
- Nuestro Señor declaró, «Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios» ( Mat.5:9 ).
Una persona constantemente enfadada, de mal humor, que está siempre en problemas en la iglesia, no tiene el Espíritu de Cristo. La paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, y templanza son atributos ganados del Cristiano que tiene al Espíritu Santo morando en su corazón.
- No sólo el Cristiano, en quien el Espíritu Santo mora, será salvo, sino las otras almas que sean influenciadas para ser salvas por el fruto del Espíritu revelado en la vida del Cristiano.
- No del Espíritu, No es de El Una declaración muy testificativa es hecha por el apóstol Pablo cuando dijo, «Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros.
Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él» (Rom.8:9 ). El Espíritu Santo debe reinar supremamente en el corazón del Cristiano; de otra manera, él no es de Cristo. Donde Cristo y el Espíritu reinan, las obras del cuerpo son muertas y los frutos del Espíritu son revelados en justicia.
«Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, mas el espíritu vive a causa de la justicia. Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros» ( Rom.8:10-11 ).
El apóstol concluye: «Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne; porque si vivís conforme a la carne moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.
Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en el temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios» ( Rom.8:12-16 ). El Espíritu Mora en el Hijo de Dios El Espíritu Santo mora en el hijo de Dios mientras el hijo de Dios tenga lugar para él.
El no comparte su morada con el diablo. El Espíritu Santo es el invitado real en el cuerpo de un Cristiano y, como deidad de Dios, tiene el derecho para dictar los términos y condiciones de su permanencia en el templo humano. A la iglesia en Corinto Pablo escribió: «¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios» ( 1 Cor.6:19-20 ).
El hijo de Dios y el Espíritu Santo viven en la misma casa. El templo de Dios debe permanecer santo. El cuerpo es únicamente el lugar de morada del alma del hombre. Cuando el hombre se desaloja, por causa de la muerte, el cuerpo está muerto; el templo no está ocupado. Si el Espíritu Santo es forzado a evacuar el templo, a causa del pecado y la injusticia, la muerte espiritual es el resultado.
«¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es» ( 1 Cor.3:16-17 ). La Morada del Espíritu Santo un Don El apóstol además declaró, que el «amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado» ( Rom.5:5 ).
- Un Cristiano no puede facilitar perder su derecho a tener al Espíritu Santo en las cámaras santas de su alma, pero el Espíritu no mora donde mora el pecado.
- Jesús el Hijo de Dios, advirtió a los hombres de aquellas cosas que manchan al hombre, cuando dijo: «Porque lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre.
Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias. Estas cosas son las que contaminan al hombre.» ( Mat.15:18-20 ). De esta declaración divina debemos concluir que el hombre es responsable por todos los hechos de su cuerpo.
Todas las acciones y obras del cuerpo, buenas o malas, proceden del corazón. Cuando el Espíritu Santo reina en el trono del corazón del Cristiano, las obras del cuerpo nacen del corazón, no habrá otras que el fruto del espíritu, que es bueno y no malo. ¿Cómo Mora el Espíritu? Una pregunta de mucho interés para muchas personas es, ¿cómo mora el Espíritu Santo en un Cristiano? ¿Mora el Espíritu en un hijo de Dios independientemente de la palabra de Dios? Hoy estoy vivo.
Mi espíritu mora en mí. Si usted me pregunta ¿cómo? No puedo explicarlo completamente, pero hay algunas condiciones para la morada de mi espíritu en este cuerpo mortal. Cuando muera mi espíritu no continuará morando en este cuerpo. De igual manera, hay ciertas condiciones sobre las cuales el Espíritu Santo mora en el cuerpo de un hijo de Dios.
- El conocimiento del Cristiano de la morada del Espíritu Santo no está basado en sus «sentimientos» o en la experiencia del «mejor sentir que decir,» ni por las manifestaciones físicas.
- Un hijo de Dios sabe que el Espíritu Santo mora en él exactamente como sabe que Cristo mora en él y exactamente como sabe que sus pecados han sido perdonados.
Esto es por la fe. Pablo concluyó, «a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu» ( Gál.3:14 ). El mismo apóstol declaró que la fe viene por oír la palabra de Dios ( Rom.10:17 ). Llenos del Espíritu – Llenos de la Palabra En Efesios 5:18 Pablo exhorta, «.antes bien sed llenos del Espíritu.» Sin embargo, el mismo apóstol amonesta, «La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros.» ( Col.3:16 ).
Ser llenos del Espíritu, por tanto, es tener la palabra de Cristo morando en abundancia en un Cristiano. No debemos confundir la exhortación de ser «llenos del Espíritu» con la promesa del «bautismo del Espíritu Santo.» Uno podría llenar una jarra con agua, sin embargo no «bautizar» la jarra con agua.
Juan el Bautista fue lleno del Espíritu desde el nacimiento ( Lucas 1:15 ), sin embargo no fue bautizado con el Espíritu Santo y no obró milagros ( Juan 10:41 ). El bautismo del Espíritu Santo fue una promesa para los apóstoles que se cumplió en Pentecostés, lo cual está registrado en Hechos 1:2 y Hechos 2.
- Juan, el apóstol, declaró que el Espíritu es la verdad: «.Y el Espíritu es el que da testimonio; porque el Espíritu es la verdad» ( 1 Jn 5:6 ).
- Nuestro Señor declaró que la palabra de Dios es la verdad ( Juan 17:17 ).
- Pablo afirmó que el evangelio de Cristo «es el poder de Dios para salvación» ( Rom.1:16 ).
Cualquier teoría de la operación directa del Espíritu Santo a través de la intervención milagrosa, que separa y deja a un lado la palabra de Dios, anulará la cruz y dejará a un lado todo el esquema de redención, revelado por el Espíritu Santo a través de los apóstoles en el Nuevo Testamento.
Cuando Dios habló a través de Cristo, Su Hijo, por el Espíritu Santo, él movió y dirigió las mentes de los apóstoles, dándole al mundo un mensaje de salvación – el nacido del cielo, el mensaje lleno de espíritu de la cruz, ofreciendo las condiciones de perdón y las promesas de salvación para el obediente.
El Espíritu Santo mueve la mente y convence al alma del hombre hoy día, pero no independientemente de la palabra de Dios. Cuando el hombre escucha y obedece el evangelio, él escucha y obedece la palabra del Espíritu. La palabra de Dios siempre ha sido la revelación del Espíritu, que el hombre está obligado a escuchar y obedecer.
El Espíritu Santo reveló las PALABRAS a los apóstoles. Esto no fue simplemente un asunto de influencia. Cristo prometió, «él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere.» ( Juan 16:13 ). La palabra de Dios es la «espada del Espíritu.» El Espíritu Santo usa la PALABRA, como una espada, para «convencer al mundo de pecado, de justicia y de juicio» ( Juan 16:8 ).
El Espíritu usa la espada, la palabra de Dios, que es « VIVA Y EFICAZ, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón» ( Heb.4:12 ).
La Biblia, un libro material hecho de papel y tinta, no es el Espíritu Santo, pero el Espíritu Santo usa la Biblia, que es la PALABRA de Dios revelada por el Espíritu, para convencer, exhortar, guiar, salvar. El apóstol Santiago amonesta, «recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas » ( Sant.1:21 ).
El Espíritu Santo dictó la palabra «implantada.» Aun en la era de los milagros de la iglesia, desde el mismo comienzo, la morada del Espíritu dirigió al apóstol Pedro, quien había recibido el bautismo del Espíritu Santo, a hablar la PALABRA que trajo convicción y obediencia a los corazones de los oyentes — «ASI QUE LOS QUE RECIBIERON SU PALABRA FUERON BAUTIZADOS.» (No la operación directa del Espíritu Santo, sino que el Espíritu dirigió y el Espíritu inspiró la PALABRA ) Hechos 2:37-38,41,
Es registrado que: « Y CON MUCHAS OTRAS PALABRAS testificaba y les exhortaba diciendo: Sed salvos de esta perversa generación» ( Hch.2:40 ). El Espíritu Santo usó las «PALABRAS» ¡para convencer y convertir a los perdidos! Los Corintios, en quienes el Espíritu Santo moraba, aprendieron de Cristo, de la gloria de la cruz y del poder de Su resurrección a través del evangelio, la PALABRA, predicada por Pablo y no por alguna operación directa del Espíritu Santo.
Lea cuidadosamente Hechos 18:8; -1 Cor.15:1-4. Vida en la Semilla El Espíritu Santo dio la vida regeneradora a la palabra de Dios, que es la «semilla del reino» y es el perpetuador de la vida en el hijo de Dios nacido de nuevo ( 1 Jn 5:7; Luc.8:11 ). El hijo de Dios es engendrado por el Espíritu a través de la palabra de Dios.
- Jesús declaró, «De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios» ( Juan 3:3 ).
- Pedro declaró, «Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad mediante el Espíritu.siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre» ( 1 Ped.1:22-23 ).
El Espíritu Santo, como persona, mora en el cuerpo de un hijo de Dios, habiendo engendrado vida a través de la simiente, la palabra de Dios. El propio espíritu del hombre mora en el cuerpo natural, habiendo sido engendrado a través de la simiente que produce la vida natural.
No está dentro del campo de la sabiduría humana entender plenamente cómo es esto posible con respecto a la vida espiritual o la vida natural. No obstante, ¡esto es un hecho! Exactamente como Dios en Su providencia, a través del Espíritu, puede regir y dirigir las vidas de Sus hijos, no estamos preparados para decirlo.
Ciertamente esa es la parte de Dios. Nuestra parte es seguir la dirección de los dictados del Espíritu a través de la palabra de Dios y confiar en El. Los hombres pueden especular sobre cómo el Espíritu interviene en beneficio del hijo de Dios, pero eso no cambia el hecho de que el cuerpo del Cristiano «es el templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros» ( 1 Cor.6:19 ).
- La Palabra de Dios, la Comida Espiritual El hombre nace en este mundo a través de la vida en la simiente por medio de la cual fue engendrado.
- A menos que esa vida esté sostenida por el alimento y tratamiento correcto el espíritu desalojará el cuerpo.
- Eso lo llamamos muerte.
- El hijo de Dios es «nacido de nuevo» por el Espíritu dando vida a la semilla, la palabra, por la cual es engendrado.
La vida espiritual debe continuamente ser alimentada por la palabra de Dios la cual sostiene y perpetua la vida y crecimiento de un Cristiano. A menos que el hijo de Dios reciba el alimento espiritual correcto y se comprometa en los ejercicios y actividades espirituales correctas, morirá espiritualmente.
- El Espíritu Santo lo desaloja.
- El apóstol Juan ciertamente se refiere a la vida espiritual de un hijo de Dios declarando que esta nueva vida engendrada es sostenida y mantenida «porque la simiente de Dios permanece en él» ( 1 Jn 3:9 ).
- El apóstol positivamente no quiere decir en este pasaje que el hijo de Dios no puede pecar, porque el mismo apóstol en la misma carta, capítulo 1 y versículo 8, declara: «Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros.» El hijo de Dios, sin embargo, que «anda en la luz, como él está en luz» tiene la seguridad de que «la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado» ( 1 Jn 1:7,9 ).
La vida espiritual es predicada sobre la promesa de que «su simiente permanece en nosotros.» Si la simiente no es alimentada para activar el crecimiento espiritual, el hijo de Dios morirá espiritualmente. ¡Se perderá! Sellado Por el Espíritu Santo El Cristiano tiene el sello de la promesa por el Espíritu Santo que es una arra de la herencia: «En el también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria» ( Efe.1:13-14 ).
- El apóstol hizo la misma declaración a los hijos de Dios en Corinto: «El cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones» ( 2 Cor.1:22 ).
- Las arras del Espíritu es el sello de la promesa, el depósito de garantía, de la autoridad más superior que hay, un Dios omnipotente, asegurándole al hijo de Dios su herencia eterna y redención final.
El hijo de Dios, por tanto, no debe contristar al Espíritu Santo, ni forzarlo a salir del lugar de morada ocupado por ambos, por el Cristiano y el Espíritu Santo. Pablo amonestó a los Cristianos Efesios, «Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención» ( Efe.4:30 ).
La Morada del Espíritu Una Realidad El Espíritu Santo está morando en el cuerpo de un Cristiano que resucitará el cuerpo mortal en el día de la resurrección: «Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.
Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne» ( Rom.8:11-12 ). La morada del Espíritu capacita al Cristiano para hacer morir las obras del cuerpo. «Porque si vivís conforme a la carne moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis» ( Rom.8:13 ).
Nuestro acceso a Dios es influenciado por la morada del Espíritu. La morada del Espíritu, que genera vida para el hijo de Dios, tiene una relación distinta a la palabra de Dios a través de la fe. Escuche al apóstol: «Porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre» ( Efe.2:18 ).
Pero el acceso al Espíritu es predicado sobre la fe en Dios a través de Su palabra, «por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios» ( Rom.5:2 ). Esta gracia, a la cual, tenemos acceso por la fe, aparece al hombre para enseñarle.
- El apóstol escribió: «Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente» ( Tito 2:11-12 ).
- Una de las más grandes dificultades en el entendimiento del hecho de que el Espíritu Santo es una persona, que mora en el hijo de Dios, es el hecho de que muchas personas no pueden reconocer al Espíritu Santo como persona, sino que lo consideran como una influencia, un poder, o una ideología.
Pero el Espíritu Santo es una persona — uno de los de la Deidad, de los tres omnipotentes, omniscientes y eternos. Si esto es un asunto de rechazar el reinado del Espíritu Santo en el Cristiano, en su cuerpo, como templo, porque no es «razonable,» entonces estaríamos forzados a negar su propia existencia en el cuerpo; porque ningún hombre en la tierra podrá identificar el alma del hombre, la persona que vive en el cuerpo, por alguna medida o identidad física.
La Gloria de Su Personalidad La gloria de la personalidad del Espíritu es descrita por David cuando dijo: «¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare las alas del alba y habitare en el extremo del mar, aun allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra.
Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán; aun la noche resplandecerá alrededor de mí. Aun las tinieblas no encubren de ti, y la noche resplandece como el día; lo mismo te son las tinieblas que la luz» ( Salmos 139:7-12 ). El Cristiano podría no comprender completamente al Espíritu y su divina personalidad, pero podemos comprender su mensaje, sus métodos y el fruto de su poder.
El Espíritu Santo es el don de Dios para Sus hijos que le obedecen. A través de Su palabra, se contempla la gloria del divino Espíritu que vivirá con usted y morará en la misma casa con usted, en su cuerpo, hasta que llegue el momento cuando El transformará nuestros cuerpos mortales a la imagen gloriosa de Aquel que murió por nosotros de manera que pudiéramos vivir con El en la eternidad.
: 08 La Morada Del Espiritu Santo 2
¿Como sé que el Espíritu Santo me habla?
¿Cómo se siente el Espíritu Santo?
Es probable que hayas escuchado a la gente decir: “En este momento siento el Espíritu muy fuerte”.Quizás tú también sientas algo en ese momento, pero ¿tienes algún problema si tú no lo sientes?Respuesta corta: en absoluto,
porque las personas experimentan la influencia del Espíritu Santo de manera diferente. Eso es lo milagroso de los mensajes del Espíritu Santo: van dirigidos solo para ti. Para algunas personas, el Espíritu Santo puede hacer que se sientan impresionadas por la emoción y conmovidas hasta las lágrimas; para otras, las lágrimas rara vez o nunca llegan, lo cual está bien.
- Para ellas, el Espíritu Santo puede producir un sutil sentimiento de gratitud, paz, reverencia o amor (véase ).
- En las Escrituras también se describe al Espíritu Santo como un “ardor” en el pecho (véase ).
- Pero la intensidad o el grado de ese “ardor” puede ser diferente para todos.
- A veces es como una pequeña brasa resplandeciente en lugar de un fuego arrasador.
O tal vez hayas oído la descripción del Espíritu Santo como una “voz suave y apacible” (véase ). Y de inmediato pensaste: “Pero no he OÍDO una voz. ¿Me pasa algo?”. Y repetimos, no en absoluto. Esa descripción de las Escrituras no significa necesariamente que todos oímos una voz literal.
- El élder Ronald A.
- Rasband, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó: “El espíritu habla con palabras que sentimos.
- Tales sentimientos son delicados, un suave impulso a actuar, a hacer algo, a decir algo, a reaccionar de cierta manera”1.
- El punto es: cada uno de nosotros experimentará el Espíritu Santo de forma diferente y en diferentes grados.
Lo importante es que vivamos dignos de recibirlo y que lo reconozcamos cuando venga. Al hacerlo, empezaremos a notar que Su influencia está presente en nuestra vida mucho más de lo que esperábamos. : ¿Cómo se siente el Espíritu Santo?
¿Qué dice la Biblia sobre el Espíritu Santo?
5. Gálatas 5:22–23: Cuando tenemos el Espíritu Santo, sentimos amor, gozo, paz – El Espíritu Santo se denomina a menudo Santo Espíritu o el Espíritu del Señor. Gálatas 5:22–23 enseña que “el fruto del Espíritu es: amor, gozo, paz, longanimidad, benignidad, bondad, fe, Mansedumbre templanza”.
¿Qué impide que sea lleno del Espíritu Santo?
¿Cómo puedo ser lleno del Espíritu Santo? – Estudio Bíblico Un versículo importante para comprender la llenura del Espíritu Santo es Juan 14:16, donde Jesús prometió que el Espíritu moraría en los creyentes y que la morada sería permanente. Es importante distinguir la morada de la llenura del Espíritu.
La morada permanente del Espíritu no es para unos pocos creyentes selectos, sino para todos los creyentes. Hay una serie de referencias en las Escrituras que apoyan esta conclusión. Primero, el Espíritu Santo es un don dado a todos los creyentes en Jesús sin excepción, y no se imponen condiciones a este don excepto la fe en Cristo ( Juan 7:37-39 ).
Segundo, el Espíritu Santo se da en el momento de la salvación ( Efesios 1:13 ). Gálatas 3:2enfatiza esta misma verdad, diciendo que el sellamiento y la morada del Espíritu tuvo lugar en el momento de creer. Tercero, el Espíritu Santo mora permanentemente en los creyentes.
- El Espíritu Santo se da a los creyentes como pago inicial o verificación de su futura glorificación en Cristo ( 2 Corintios 1:22 ; Efesios 4:30 ).
- Esto contrasta con la llenura del Espíritu a la que se refiere Efesios 5:18,
- Debemos estar tan completamente rendidos al Espíritu Santo que Él pueda poseernos completamente y, en ese sentido, llenarnos.
Romanos 8:9 y Efesios 1:13-14 declaran que Él mora dentro de cada creyente, pero puede ser entristecido ( Efesios 4:30 ).), y Su actividad dentro de nosotros puede apagarse ( 1 Tesalonicenses 5:19 ). Cuando permitimos que esto suceda, no experimentamos la plenitud de la obra del Espíritu y Su poder en ya través de nosotros.
- Ser lleno del Espíritu implica libertad para que Él ocupe cada parte de nuestra vida, guiándonos y controlándonos.
- Entonces Su poder puede ejercerse a través de nosotros para que lo que hacemos sea fructífero para Dios.
- La llenura del Espíritu no se aplica únicamente a los actos externos; también se aplica a los pensamientos y motivos más íntimos de nuestras acciones.
El Salmo 19:14 dice: “Que las palabras de mi boca y la meditación de mi corazón sean agradables delante de ti, oh SEÑOR, Roca mía y Redentor mío”. El pecado es lo que impide la llenura del Espíritu Santo, y la obediencia a Dios es cómo se mantiene la llenura del Espíritu.
Efesios 5:18 manda que seamos llenos del Espíritu; sin embargo, no es orar por la llenura del Espíritu Santo lo que logra la llenura. Sólo nuestra obediencia a los mandamientos de Dios permite que la libertad del Espíritu obre dentro de nosotros. Debido a que todavía estamos infectados con el pecado, es imposible estar llenos del Espíritu todo el tiempo.
Cuando pecamos, debemos confesarlo inmediatamente a Dios y renovar nuestro compromiso de ser llenos y guiados por el Espíritu. : ¿Cómo puedo ser lleno del Espíritu Santo? – Estudio Bíblico
¿Cuándo se recibe el Espíritu Santo?
Hechos 1:8: ‘Pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros ; y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra’. El poder es esencial para los desafíos de un siempre creciente testimonio por Cristo.
¿Qué hace el Espíritu Santo en la vida de los discípulos?
El Espíritu Santo estaba con él y el Espíritu fue la persona divina que colocó los mandamientos en el corazón de ellos, a fin de que por su poder y compañía, pudieran comprenderlos, aceptarlos y cumplirlos.
¿Como sé que el Espíritu Santo me habla?
¿Cómo se siente el Espíritu Santo?
Es probable que hayas escuchado a la gente decir: “En este momento siento el Espíritu muy fuerte”.Quizás tú también sientas algo en ese momento, pero ¿tienes algún problema si tú no lo sientes?Respuesta corta: en absoluto,
porque las personas experimentan la influencia del Espíritu Santo de manera diferente. Eso es lo milagroso de los mensajes del Espíritu Santo: van dirigidos solo para ti. Para algunas personas, el Espíritu Santo puede hacer que se sientan impresionadas por la emoción y conmovidas hasta las lágrimas; para otras, las lágrimas rara vez o nunca llegan, lo cual está bien.
- Para ellas, el Espíritu Santo puede producir un sutil sentimiento de gratitud, paz, reverencia o amor (véase ).
- En las Escrituras también se describe al Espíritu Santo como un “ardor” en el pecho (véase ).
- Pero la intensidad o el grado de ese “ardor” puede ser diferente para todos.
- A veces es como una pequeña brasa resplandeciente en lugar de un fuego arrasador.
O tal vez hayas oído la descripción del Espíritu Santo como una “voz suave y apacible” (véase ). Y de inmediato pensaste: “Pero no he OÍDO una voz. ¿Me pasa algo?”. Y repetimos, no en absoluto. Esa descripción de las Escrituras no significa necesariamente que todos oímos una voz literal.
- El élder Ronald A.
- Rasband, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó: “El espíritu habla con palabras que sentimos.
- Tales sentimientos son delicados, un suave impulso a actuar, a hacer algo, a decir algo, a reaccionar de cierta manera”1.
- El punto es: cada uno de nosotros experimentará el Espíritu Santo de forma diferente y en diferentes grados.
Lo importante es que vivamos dignos de recibirlo y que lo reconozcamos cuando venga. Al hacerlo, empezaremos a notar que Su influencia está presente en nuestra vida mucho más de lo que esperábamos. : ¿Cómo se siente el Espíritu Santo?
¿Cómo se manifiesta la presencia del Espíritu Santo?
En la teología cristiana, el Espíritu Santo —o expresiones equivalentes como son, entre otras, Espíritu de Dios, Espíritu de verdad o Paráclito, del griego παράκλητον parákleton : ‘aquel que es invocado’, del latín Spiritus Sanctus : Espíritu Santo— es una expresión bíblica que se refiere a la tercera Persona de la Santísima Trinidad,
Es, además, una compleja noción teológica por medio de la cual se describe una “realidad espiritual” suprema, que ha sido interpretada de maneras múltiples en las confesiones cristianas y escuelas teológicas. De esta realidad espiritual se habla en muchos pasajes de la Biblia, con las expresiones citadas, sin que se dé una definición única.
Esto fue el motivo de una serie de controversias que se produjeron principalmente durante tres periodos históricos: el siglo IV como siglo trinitario por excelencia, las crisis cismáticas de Oriente y Occidente acaecidas entre los siglos IX y XI y, por último, las distintas revisiones doctrinales nacidas de la reforma protestante,
Las interpretaciones de carácter trinitario –mayoritarias– consideran al Espíritu Santo como una “persona divina”, noción con la que se asume la deidad del Espíritu Santo, manteniendo, sin embargo, la unicidad del principio divino. Esta doctrina es compartida por católicos, ortodoxos y la mayoría de las denominaciones protestantes,
Según las interpretaciones de carácter Unitario, el Espíritu Santo es una “fuerza o cualidad divina” al modo de la sabiduría, la belleza, el amor o la bondad. El unitarismo comparte la visión de un Espíritu Santo impersonal, que actúa siendo el poder o fuerza activa de Dios, considerando que el Espíritu Santo es un “algo” y no un “alguien”.
Según las interpretaciones de carácter arriano, el Espíritu Santo es una “entidad espiritual” o naturaleza angélica de condición excelsa, muy cercana a la divinidad, pero diferente a ella por su condición de criatura.
Según las interpretaciones de carácter triteísta el Espíritu Santo es “otro Dios”, quizá de carácter inferior al Dios principal, pero que comparte con él la cualidad de ser increado.
Según las interpretaciones de la Unicidad de Dios o de los unicitarios, el Espíritu Santo es identificado como el mismo y singular Dios eterno, ya que Dios es Espíritu y es Santo, por lo cual es llamado el “Espíritu Santo”. Ellos no lo consideran como una fuerza impersonal, como el unitarismo, una entidad aparte de Dios, como el arrianismo, o una persona espiritual divina y distinta de Dios Padre, como el trinitarismo. Para ellos el Espíritu Santo es Dios mismo manifestándose en poder. Por su punto de vista que exalta la absoluta deidad de Jesús, Jesús sería el Espíritu Santo en su completa y absoluta deidad. Esta posición es abrazada por el Pentecostalismo unicitario,
Sobre la “procedencia” del Espíritu Santo, existe cierta unanimidad entre las diferentes confesiones cristianas. A excepción de la interpretación triteísta, que asume al Espíritu Santo como un ser increado e independiente de Dios, las otras tres interpretaciones consideran que procede de Dios, aunque se diferencian en la forma.
En el modalismo procede como “fuerza”, en el arrianismo como “criatura”, y en el trinitarismo como “persona”. El trinitarismo aborda, además, una cuestión adicional propia de su marco teológico: distingue entre la procedencia del Padre y la procedencia del Hijo, cuestión conocida como cláusula Filioque,
En lo referente a las “cualidades” del Espíritu Santo, teólogos cristianos asumen que es portador de dones sobrenaturales muy diversos que pueden transmitirse al hombre por su mediación. Si bien la enumeración de los dones puede variar de unos autores a otros y entre distintas confesiones, existe un amplio consenso en cuanto a su excelencia y magnanimidad. El Espíritu Santo suele ser representado con una paloma blanca que representa la pureza, otras representaciones son el fuego (simboliza la energía transformadora), el agua (simboliza su acción en el bautismo) o el viento (simboliza que no lo podemos ver).
¿Dónde se encuentra el Espíritu Santo?
Al hablar de una persona enseguida nos viene a la mente preguntar: ¿quién es?, ¿de dónde viene?, ¿cuál es su origen, su nacionalidad, su estirpe? Pero al referirnos al Espíritu Santo, se nos rompen los moldes y tenemos que echar mano de la fe para trasladarnos a los planos divinos en donde lo incomprensible se estrella con nuestras limitaciones mentales y con la carencia datos históricos.
- No obstante, el Espíritu Santo ha estado presente en el mundo y la vida, desde antes que todo lo creado y visible tomara forma.
- El primer verso de la Biblia afirma que el Espíritu Santo existía ya desde antes; y aún más, cuando todo era oscuridad y caos, ya el Espíritu de Dios se mecía sobre las aguas.
(Gen 1,1) Por Él fueron creadas todas las cosas que podemos contemplar y es Él quien renueva la vida. ¿Quién es el Espíritu Santo? El Espíritu Santo es una de las tres personas de la Santísima Trinidad; y no es precisamente fácil hablar del Espíritu Santo, porque tampoco es sencillo hablar de la Santísima Trinidad, pues nuestra mentalidad no logra abarcar a Dios en su totalidad, ya que el Espíritu Santo es el mismo espíritu de Dios, y el espíritu de Jesús que vive y actúa en su Iglesia y en el corazón de cada persona.
- A Dios Padre lo identificamos como “creador”, a su Hijo Jesucristo como el “redentor”, y al Espíritu Santo como “santificador” ¿Dónde podemos encontrar al Espíritu Santo? Al Espíritu Santo no podemos verlo físicamente, pero sabemos por la fe que vive en lo más íntimo de cada uno.
- Ese espacio que unos llaman el corazón, el alma, el centro del ser o cualquier otro nombre, es lo que constituye verdaderamente a la persona.
Aunque bien sabemos que se no trata de un espacio físico, sino de lo que verdaderamente somos. Allí, en ese íntimo “yo” percibimos con demasiada evidencia la acción de Dios que nos acompaña en toda la vida. También lo vemos en las personas que manifiestan la presencia del espíritu de Dios desde las acciones que van desplegando día a día ¿Cómo actúa el Espíritu Santo? Es el Espíritu Santo quien mueve los corazones hacia el bien, para que hagamos lo que es bueno.
- Hay cosas incomprensibles para los seres humanos.
- No podemos explicarnos ciertos comportamientos generosos, de personas que se desprenden de lo suyo, o que se dedican en cuerpo y alma a hacer el bien a sus semejantes en forma desinteresada, ¿sólo por gusto?, ¿sólo por el placer de hacerlo? No.
- Hay sacrificios verdaderamente heroicos, que proceden de una fuerza superior a la que dictan los instintos humanos, cosas que verdaderamente proceden de Dios y no los percibimos sino desde una óptica superior.
Personas que renuncian a sus bienes y que dejan su tierra para comunicar el Evangelio a sus semejantes, porque saben que en el Evangelio están la salvación y la alegría para todos, tanto en esta vida como de la futura. Cuando nos llega de pronto la claridad para resolver un problema o encontramos el cómo solucionar algún asunto, o la forma de restablecer una amistad, reconciliándolos con alguna persona.
en estas y muchas otras ocasiones está la mano de Dios, haciéndonos saber que está con nosotros, que no nos olvida y que nos acompaña siempre con su Espíritu Santo. El Espíritu Santo fue la gran promesa de Jesús. Las palabras de Jesús que son la mayor evidencia de que por su Espíritu, Dios sigue presente entre nosotros, Jesús promete el Espíritu Santo a la humanidad de todos los lugares y de todos los tiempos.
(Jn 14, 16) Si nos detenemos a reflexionar un poco, nos damos cuenta de la enorme fuerza que tiene una promesa y de la influencia que ejerce en la vida de quien la recibe. Una promesa crea una expectativa y aviva la fe, la confianza y es altamente motivadora, ya que mueve a muchísimas acciones que sin ella no se llevarían a cabo.
- Por eso cuando Jesús promete al Espíritu Santo, estamos recibiendo el regalo divino más grande que todos los mundos y más extenso que todos los tiempos.
- Las promesas de Dios superan con mucho a las promesas humanas, y podemos tener la certeza de que, si tenemos confianza y ponemos todo cuanto toca a nuestra parte, El no fallará.
El don del Espíritu Santo El don del Espíritu Santo es Dios mismo, que se da a todos y cada uno de aquellos que están dispuestos a recibirle. Es el mismo Cristo Jesús que vive y actúa desde el corazón de cada uno. El Espíritu Santo es un don del cual proceden muchos otros dones que se manifiestan en la vida, como: sabiduría, ciencia, inteligencia, fortaleza, piedad, capacidad de aconsejar y de escuchar consejos, y un sano temor de ofender a Dios.
- ¿Dónde vive ahora el Espíritu Santo? El Espíritu Santo vive en cada uno de los seres que habitan en el mundo, aunque no en todos de la misma manera.
- En algunos permanece marginado, olvidado, relegado a lo más ínfimo y muchas veces hasta oprimido por el mal que la persona permite entre en su corazón.
- En otros tiene libertad de acción y da impulso para hacer lo bueno y caminar hacia lo mejor.
Estas personas escuchan su voz y atienden a sus inspiraciones, porque siempre les sugiere actos de bondad, de perdón de tolerancia, de justicia y de paz. Aunque a veces dejamos desperdiciar el precioso don de Dios, hay ocasiones en que creemos falsamente que estamos siguiendo los caminos del espíritu, cuando tan sólo seguimos nuestro egoísmo o nuestros intereses personales.
Al Espíritu Santo no podemos verlo con los ojos del cuerpo, pero su presencia se siente muy viva en el corazón, si le dejamos espacio y ponemos atención para escuchar su voz, tan imperceptible como la gracia que constantemente comunica. Y claro, aun el don más gratuito lleva adherido un compromiso. Donde el Espíritu Santo vive, se empiezan a ver frutos de justicia, de esperanza, de alegría verdadera y de caridad ilimitada.
¿Cómo reconocer la presencia y la acción del Espíritu Santo? Es muy fácil reconocer a quienes viven en el Espíritu, porque los dones del Espíritu Santo se manifiestan en la vida como: sabiduría, ciencia, inteligencia, fortaleza, piedad, capacidad de aconsejar y un sano temor de ofender a Dios.
” Y como también leemos en la Carta a los Gálatas: (5,22):”los frutos del Espíritu son amor, alegría, paz, tolerancia, confianza, generosidad, lealtad, sencillez, dominio de sí” Bien lo dice el Señor Jesús: “por sus frutos los conocerán” ¿Qué tenemos que hacer? El compromiso que nos implica el Espíritu de Dios que recibimos en el Bautismo y de manera más explícita en la Confirmación, nos apremia a abrir el corazón y ser fieles a la Palabra que Jesús nos enseña desde su Evangelio.
Lo importante en este caso se da de parte nuestra, en la parte humana; es preciso que nos pongamos a considerar seriamente si también nosotros queremos vivir con Él y si estamos dispuestos a hacerle lugar en nuestra persona, en nuestra familia y en el propio corazón.
- Nuestro Dios no es un Dios lejano, sino que vive con su pueblo, está en medio de nosotros y le gusta morar en los corazones.
- El Espíritu Santo en nuestro hoy Hoy es el tiempo del Espíritu, porque hoy más que nunca sentimos la necesidad de una presencia viva y fuerte que oriente nuestra vida por el camino seguro que nos conduzca a la verdadera realización de nuestro ser a la consecución de una meta sólida y definitiva.
El mismo que a través del tiempo ha venido actuando en tantas y diversas formas, generación tras generación, hoy por hoy no ha perdido fuerza ni actualidad y sigue animando y santificando a cuantos quieren dejarse guiar por sus impulsos y le permiten ejercer su acción renovadora en la vida propia, porque este Espíritu de Dios es para beneficio de cada persona que viene a este mundo.
El Espíritu Santo en nuestra propia vida La presencia viva está allí, el Señor Jesús lo prometió y Él no falla; el Espíritu Santo está siempre a nuestro lado, nos guía, nos acompaña, nos inspira y nos explica todas las cosas que necesitamos para desterrar de nuestra vida el miedo, la incertidumbre, los temores.
y para darnos seguridad, fortaleza, claridad de mente y buenos deseos. Conclusión Terminamos con las palabras de san Pablo tomadas de la carta a los romanos: capítulo 15, verso 13: “El Dios de la esperanza os colme de todo gozo y paz en la fe, hasta rebosar de esperanza por la fuerza del Espíritu Santo.” ORACIÓN Señor Dios, Tú has querido hacerte presente en el mundo y la vida por medio de Jesucristo y del Espíritu Santo.
¿Qué se le puede pedir al Espíritu Santo?
Te pido que llenes el vacío que hay en mi interior, que no permitas que me incline por el mal, que coopere o aconseje a otros a tomar malas decisiones. Que esta crisis me ayude a ver el vacío de mi corazón, de mis decisiones o de las acciones que he tomado a lo largo de mi vida y que han hecho sufrir a otros.