Leer Génesis 1:27-2:25 – El sexo es a menudo un tema tabú, rodeado de silencio y negación. Como cristianos debemos preguntarnos: ‘¿Cuál es el plan de Dios para la sexualidad humana?’ La Biblia no permanece callada en cuanto al tema del sexo, más bien resalta algunos aspectos importantes sobre el tema: El sexo es creación de Dios.
Fue idea de Dios crear personas tanto masculinas como femeninas, y unirlas por medio del sexo (Génesis 2:24). Tanto el hombre como la mujer son creados con deseo sexual. El sexo es bueno. El sexo fue parte de la buena creación de Dios (Génesis 1:31). El sexo está diseñado para proveer placer y satisfacción (Cantares 4:10).
Tanto al hombre como a la mujer se les ha dado el regalo de poder experimentar el placer y el disfrute dentro del matrimonio. Esto enriquece y profundiza la relación de amor de la pareja. Sin embargo, en algunas culturas no se espera que la mujer obtenga placer de las relaciones sexuales.
- El sexo está diseñado para el matrimonio.
- El propósito de Dios para los seres humanos es que los hombres y las mujeres deben experimentar una relación de toda la vida, de fidelidad, permanente y responsable.
- Estas condiciones se satisfacen dentro del contexto del matrimonio.
- Es ahí donde Dios bendice y aprueba esta unión.
En Génesis 1:28 el mandamiento ‘sean fructíferos y multiplíquense’ se obedece por medio de la relación sexual.
¿Qué dice nuestra sociedad sobre el sexo? ¿Cómo este versículo desafía estas creencias? ¿Qué mensajes da la iglesia a la gente sobre el sexo?
Desafortunadamente la gente no siempre escoge seguir el plan de Dios. En nuestro mundo quebrantado hay muchos problemas como las infecciones de transmisión sexual (ITS), la violencia sexual, las familias rotas y las relaciones dañinas. La iglesia no debe esconderse ante esta realidad.
¿Qué dice la Biblia de las aberraciones sexuales?
Las referencias a la sexualidad, las parafilias y los delitos sexuales en la Biblia – Posted on 8 diciembre, 2013 By Redaccion Eros y Psique, portada Por Alexis Rebolledo C. «Caída del hombre, pecado original y expulsión del Paraíso», por Miguel Ángel, Capilla Sixtina (1509) Pocos temas en el campo de la conducta humana son tan fascinantes, emocionantes, polémicos y controvertidos como el sexo. Ha estimulado más atención que cualquier otro aspecto de la conducta humana.
- Aún más curiosidad se despierta por las prácticas sexuales consideradas inusuales, anormales o desviadas.
- También señaladas como perversiones sexuales, o más comúnmente como parafilias, estas prácticas van desde el conocido sadismo, masoquismo, fetichismo y voyeurismo a otros más «extraños» como la homilophilia (excitación sexual al escuchar o dar sermones), choreophilia (la excitación sexual de la danza ) y tripsolagnia (excitación sexual de tener el pelo con champú).
¿Son estas expresiones de la sexualidad algo contemporáneo? Por supuesto que no. De acuerdo con la cuarta edición revisada del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales ( DSM-IV-TR ), y tal como se publica en la revisión « ABC of mental health: Psychosexual problems » los trastornos sexuales se dividen en tres grupos:
Las disfunciones sexuales, que se caracterizan por inhibiciones en el deseo sexual. Estos son los más comunes de todos los trastornos sexuales. Las parafilias, caracterizadas por la excitación en respuesta a objetos o situaciones sexuales que no forman parte de los patrones normales de la excitación y actividad sexual, y Los trastornos de identidad de género, que se caracterizan por la identificación clara y continua con el sexo opuesto y el malestar persistente con el propio.
¿Qué edad tienen los comportamientos parafílicos y delitos sexuales en relación con la historia de la humanidad? Varias pinturas rupestres de hombres manteniendo relaciones sexuales con animales indicarían que al menos la bestialidad era común incluso en los hombres prehistóricos. Dibujo rupestre presentando una escena de sexo humano-animal. Fue encontrado en Tanum, Bohuslän, condado de Västra Götaland, Suecia Pero para conocer relatos antiguos de los patrones de conducta sexual que prevalecen en los tiempos históricos, revisemos un libro bien antiguo: la Biblia.
Sobre el Adulterio : El adulterio está prohibido de acuerdo con la Biblia. En Éxodo (20:14), el segundo libro de Moisés dice: «No cometerás adulterio» (לֹא תִּנְאָף׃ ס). En el Levítico (20:10), el tercer libro de Moisés, se prescriben penas por varios actos de inmoralidad, entre ellos se encuentra el adulterio.
«Si alguien comete adulterio con la mujer de su prójimo, tanto el adúltero como la adúltera serán condenados a muerte» (וְאִישׁ אֲשֶׁר יִנְאַף אֶת־אֵשֶׁת אִישׁ אֲשֶׁר יִנְאַף אֶת־אֵשֶׁת רֵעֵהוּ מֹות־יוּמַת הַנֹּאֵף וְהַנֹּאָפֶת׃). Las relaciones sexuales con la esposa de un vecino está específicamente prohibido (Levítico 18:20): «No te acostarás con la mujer de tu prójimo, contaminándote con ella» (וְאֶל־אֵשֶׁת עֲמִיתְךָ לֹא־תִתֵּן שְׁכָבְתְּךָ לְזָרַע לְטָמְאָה־בָהּ׃). En esta publicación de la Biblia en 1611 se omitió el ‘no’ en uno de los diez mandamientos, por lo que uno de ellos decía: ‘Cometerás adulterio’. Sobre el incesto: Se supone que la primera instancia de incesto está en la Biblia misma. En el Génesis (4:17) dice: «Y conoció Caín a su mujer, y ella concibió y dio a luz a Enoc; y edificó una ciudad y la llamó Enoc, como el nombre de su hijo» (וַיֵּדַע קַיִן אֶת־אִשְׁתֹּו וַתַּהַר וַתֵּלֶד אֶת־חֲנֹוךְ וַיְהִי בֹּנֶה עִיר וַיִּקְרָא שֵׁם הָעִיר כְּשֵׁם בְּנֹו חֲנֹוךְ׃).
- Dado que en ese momento, no había otras mujeres, se cree que Caín tuvo una unión con su madre, o tal vez una hermana que no ha sido identificada.
- El mismo Moisés, el gran líder de Israel, nació como resultado de una relación incestuosa.
- En Éxodo 6:20 dice: «Y Amram tomó por mujer a Jocabed, su tía, y ella le dio a luz a Aarón y a Moisés; y los años de la vida de Amram fueron ciento treinta y siete años.» (וַיִּקַּח עַמְרָם אֶת־יֹוכֶבֶד דֹּדָתֹו לֹו לְאִשָּׁה וַתֵּלֶד לֹו אֶת־אַהֲרֹן וְאֶת־מֹשֶׁה וּשְׁנֵי חַיֵּי עַמְרָם שֶׁבַע וּשְׁלֹשִׁים וּמְאַת שָׁנָה׃) Una de los más famosas historias de incesto padre-hija (cuando por cierto la iniciativa fue tomada por las hijas y no por el padre), es cuando Dios destruyó a Sodoma y Gomorra por su perversión y terrible pecado.
La mujer de Lot se convirtió en estatua de sal y le deja solo con sus dos hijas. Con el fin de repoblar un mundo devastado, las hijas deciden tener relaciones sexuales con su padre: «Subió Lot de Zoar y habitó en los montes, y sus dos hijas con él, pues tenía miedo de quedarse en Zoar.
- Y habitó en una cueva, él y sus dos hijas.
- Entonces la mayor dijo a la menor: Nuestro padre es viejo y no hay ningún hombre en el país que se llegue a nosotras según la costumbre de toda la tierra.
- Ven, hagamos que beba vino nuestro padre, y acostémonos con él para preservar nuestra familia por medio de nuestro padre.
Aquella noche hicieron que bebiera vino su padre, y la mayor entró y se acostó con su padre, y él no supo cuando ella se acostó ni cuando se levantó. Y aconteció que al día siguiente la mayor dijo a la menor: Mira, anoche yo me acosté con mi padre; hagamos que beba vino esta noche también, y entonces entra tú y acuéstate con él, para preservar nuestra familia por medio de nuestro padre.
- De manera que también aquella noche hicieron que bebiera vino su padre, y la menor se levantó y se acostó con él, y él no supo cuando ella se acostó ni cuando se levantó.
- Y las dos hijas de Lot concibieron de su padre.
- Y la mayor dio a luz un hijo, y lo llamó Moab; él es el padre de los moabitas hasta hoy.
Y en cuanto a la menor, también ella dio a luz un hijo, y lo llamó Ben-ammi; él es el padre de los amonitas hasta hoy.» (Génesis 19:30-38) En referencias posteriores, sin embargo, el incesto está específicamente prohibido en la Biblia. Está prohibido mantener relaciones sexuales con la madre de uno (biológico o de otro tipo) y con la nuera.
La pena es la muerte para ambos. «Si alguno se acuesta con la mujer de su padre, ha descubierto la desnudez de su padre; ciertamente han de morir los dos; su culpa de sangre sea sobre ellos. Si alguno se acuesta con su nuera, ciertamente han de morir los dos, han cometido grave perversión; su culpa de sangre sea sobre ellos.» (Levítico 20:11-12) En el capítulo 27 del Deuteronomio, el quinto libro de Moisés, se prohíbe la unión sexual con la esposa del padre, la hermana (la hermana biológica o paso), y la suegra: «Maldito el que se acueste con la mujer de su padre, porque ha descubierto la vestidura de su padre.
Y todo el pueblo dirá: Amén» (אָרוּר שֹׁכֵב עִם־אֵשֶׁת אָבִיו כִּי גִלָּה כְּנַף אָבִיו וְאָמַר כָּל־הָעָם אָמֵן׃ ס). «Maldito el que se acueste con su hermana, la hija de su padre o de su madre. Y todo el pueblo dirá: Amén.» (אָרוּר שֹׁכֵב עִם־אֲחֹתֹו בַּת־אָבִיו אֹו בַת־אִמֹּו וְאָמַר כָּל־הָעָם אָמֵן׃ ס).
«Maldito el que se acueste con su suegra. Y todo el pueblo dirá: Amén» (אָרוּר שֹׁכֵב עִם־חֹתַנְתֹּו וְאָמַר כָּל־הָעָם אָמֵן׃ ס). Sobre el acoso sexual: El acoso sexual es un problema serio hoy en día, con la mayoría de los países con leyes contra este comportamiento. Sobre todo cuando las mujeres son acosadas sexualmente por varones.
Sin embargo, en el primer caso de acoso sexual registrado en la Biblia fue una mujer la que acosó sexualmente a un hombre. El caso ocurrió en los tiempos bíblicos, cuando se hicieron proposiciones sexuales a José por parte de la esposa de su empleador, Putifar.
José había sido capturado por comerciantes ismaelitas, donde Potifar, un oficial de alto rango en la corte del Faraón, le compró a ellos. José resultó ser una ganga para Putifar. Él comenzó a hacer todo tipo de dinero para su amo, tanto es así que Potifar le entregó toda la gestión de sus bienes a él.
Pregunta: ¿Qué dice la Biblia sobre la Sexualidad?
Un día, cuando Potifar estaba lejos, su mujer miró a José con deseo, y le dijo: «Acuéstate conmigo», pero él se negó diciéndole: «Estando yo aquí, mi amo no se preocupa de nada en la casa, y ha puesto en mi mano todo lo que posee. No hay nadie más grande que yo en esta casa, y nada me ha rehusado excepto a ti, pues tú eres su mujer.
- ¿Cómo entonces iba yo a hacer esta gran maldad y pecar contra Dios?».
- Pero esas denegaciones tuvieron poco efecto sobre ella, la que insistió en su acoso día tras día.
- Al ver que sus peticiones tuvieron poco efecto en José, un día ella lo tomó por su ropa y volvió a decir: «Acuéstate conmigo», José dejó su ropa en sus manos, y huyó fuera.
Herida por su negativa, se quejó con su marido cuando él llegó a casa, diciendo que José había querido acostarse con ella, y cuando ella levantó la voz, dejó su ropa, y huyó fuera. Potifar creyó la historia de su esposa y mandó a José a la cárcel (el relato completo está en Génesis 39:1-23).
Si repasamos las regulaciones de la Comisión de Igualdad de Oportunidades de Empleo (EEOC) en cuanto a la definición de hostigamiento sexual, podemos entender muy bien por qué las invitaciones de la esposa de Potifar a José constituían un caso de acoso sexual. Las pautas de la EEOC afirman que el acoso sexual constituye «Los avances sexuales mal recibidos, los pedidos de favores sexuales y otras conductas verbales o físicas de naturaleza sexual constituyen hostigamiento sexual cuando esta conducta explícita o implícitamente afecta al empleo de un individuo, interfiere de manera irrazonable en el rendimiento del individuo en su trabajo o crea un ambiente de intimidación, hostil u ofensivo».
Sobre el uso de drogas para el abuso sexual: Uno podría imaginar que esta es un área cuyas referencias pueden no estar disponibles en la Biblia. Sin embargo, en el paper titulado « Revisiting the lot of the first incestuous family: the biblical origins of shifting the blame on to female family members » se piensa que la relación sexual de Lot con sus hijas se tomaría hoy como violación mediante el uso de drogas. Lot huyendo con sus dos hijas mientras su esposa yace convertida en estatua de sallo que vino luego es un relato tanto o más «interesante». Sobre la violación sexual: La Biblia establece claramente una ley de violación. Si la mujer que fue violada ya estaba casada, la pena era la muerte.
Si ella no estaba casada, el violador debía pagarle 50 siclos (shekels) de plata y casarse con ella. «Si alguno seduce a una doncella que no esté desposada, y se acuesta con ella, deberá pagar una dote por ella para que sea su mujer. Y si el padre rehúsa dársela, él pagará una cantidad igual a la dote de las vírgenes» (Éxodo 22:16-17).
El Deuteronomio también arroja algo de luz sobre las leyes de la violación: «Si hay una joven virgen que está comprometida a un hombre, y otro hombre la encuentra en la ciudad y se acuesta con ella, entonces llevaréis a los dos a la puerta de esa ciudad y los apedrearéis hasta que mueran; la joven, porque no dio voces en la ciudad, y el hombre, porque ha violado a la mujer de su prójimo; así quitarás el mal de en medio de ti.
Pero si el hombre encuentra en el campo a la joven que está comprometida, y el hombre la fuerza y se acuesta con ella; entonces morirá sólo el que se acuesta con ella, no harás nada a la joven; no hay en la joven pecado digno de muerte, porque como cuando un hombre se levanta contra su vecino y lo mata, así es este caso; cuando él la encontró en el campo, la joven comprometida dio voces, pero no había nadie que la salvara.
Si un hombre encuentra a una joven virgen que no está comprometida, y se apodera de ella y se acuesta con ella, y son descubiertos, entonces el hombre que se acostó con ella dará cincuenta siclos de plata al padre de la joven, y ella será su mujer porque la ha violado; no podrá despedirla en todos sus días.» (Deuteronomio 22:23-29) Sobre la violación en grupo: Casos de violación en grupo también se pueden encontrar en la Biblia.
Un levita regresaba a su casa luego de visitar a su suegro en Belén, junto con su concubina-esposa y su criado. A su llegada a Guibeá, un anciano les ofrece alojamiento para pasar la noche en su casa. Pronto muchos hombres de la ciudad rodean la casa y le exigen que les entregue a sus invitados masculinos a ellos para que pudieran sodomizarlos.
Dado que el anciano quería proteger a sus invitados, les ofreció su propia hija virgen, pero ellos la rechazaron. Finalmente, aceptan a la concubina-esposa del levita, a la que violan toda la noche. Al día siguiente, el levita encuentra a su mujer en la puerta de su anfitrión. Sobre la homosexualidad: La homosexualidad está prohibida en la Biblia. En el Levítico (20:13) dice muy claro: «Si alguno se acuesta con varón como los que se acuestan con mujer, los dos han cometido abominación; ciertamente han de morir. Su culpa de sangre sea sobre ellos» (וְאִישׁ אֲשֶׁר יִשְׁכַּב אֶת־זָכָר מִשְׁכְּבֵי אִשָּׁה תֹּועֵבָה עָשׂוּ שְׁנֵיהֶם מֹות יוּמָתוּ דְּמֵיהֶם בָּם׃).
El castigo es la muerte para ambos. Sin embargo, hay varias alusiones a la homosexualidad en la Biblia que no son precisamente de condena. Quizás el más famoso es el enlace homosexual entre David y Jonatán, el hijo mayor de Saúl. «Y aconteció que cuando él acabó de hablar con Saúl, el alma de Jonatán quedó ligada al alma de David, y Jonatán lo amó como a sí mismo.
Y Saúl lo tomó aquel día y no lo dejó volver a casa de su padre. Entonces Jonatán hizo un pacto con David, porque lo amaba como a sí mismo. Jonatán se quitó el manto que llevaba puesto y se lo dio a David con sus ropas militares, incluyendo su espada, su arco y su cinturón» (I Samuel 18:1-4).
Cuando Jonatán yace muerto en el monte David se lamenta diciendo que su amor por él superó el amor de las mujeres, lo que indica que se trataba de una atracción de tipo sexual entre los dos: «Estoy afligido por ti, Jonatán, hermano mío; tú me has sido muy estimado. Tu amor fue para mí más maravilloso que el amor de las mujeres» (II Samuel 1:26).
Sobre el travestismo: El travestismo fue prohibido en la Biblia. En el Deuteronomio (22:05), el quinto libro de Moisés dice: «La mujer no vestirá ropa de hombre, ni el hombre se pondrá ropa de mujer; porque cualquiera que hace esto es abominación al Señor tu Dios».
Sobre el voyeurismo: Algunos casos de voyeurismo se pueden encontrar en la Biblia. El libro del Génesis menciona que una vez Noé estaba acostado desnudo cuando su hijo Cam lo ve: «Entonces Noé comenzó a labrar la tierra, y plantó una viña. Y bebió el vino y se embriagó, y se desnudó en medio de su tienda.
Y Cam, padre de Canaán, vio la desnudez de su padre, y se lo contó a sus dos hermanos que estaban afuera. Entonces Sem y Jafet tomaron un manto, lo pusieron sobre sus hombros, y caminando hacia atrás cubrieron la desnudez de su padre; y sus rostros estaban vueltos, y no vieron la desnudez de su padre.
Cuando Noé despertó de su embriaguez, y supo lo que su hijo menor le había hecho, dijo: Maldito sea Canaán; siervo de siervos será para sus hermanos» (Génesis 9:20-25). Así, por este acto de voyeurismo, todos los descendientes Cannan fueron relegados a una posición de servidumbre perpetua para los descendientes de los otros dos hijos de Noé.
Otro caso de voyeurismo en la Biblia es cuando David se levanta de su cama, camina alrededor de la azotea de su palacio y ve a Betsabé tomar un baño. Él se excitó tanto que envió mensajeros a buscarla, para poder tener relaciones sexuales con ella (en II Samuel 11:1-4).
- Sobre la bestialidad: La Biblia tiene varias alusiones al sexo con animales.
- En Ezequiel (23:20) dice: «Y se enamoró de sus rufianes, cuya carne es como carne de asnos, y cuyo flujo como flujo de caballos.» La Biblia aquí parece estar alabando a los amantes comparando el tamaño de sus penes con los asnos y la potencia de la eyaculación con la de los caballos.
En varios lugares la Biblia prohíbe el contacto sexual con animales, como en Levítico (20:15) «Si alguno se ayunta con un animal, ciertamente se le dará muerte; también mataréis al animal». La bestia debía ser matada tal vez porque se temía que la unión sexual entre el hombre y el animal podría dar lugar a monstruos.
Una mujer que cometiera bestialidad también debía ser condenada a muerte junto con la bestia. El Antiguo Testamento dice: «Maldito el que se acueste con cualquier bestia» (Deuteronomio 27:21), y «cualquiera que tuviere ayuntamiento con bestia, será condenado a muerte» (Éxodo 22:19). Sobre el exhibicionismo: El exhibicionismo como un trastorno fue descrito por primera vez en una revista científica en 1877 por un médico psiquiatra francés, Charles Lasègue (1809-1883).
Aunque fue descrito por primera vez en 1877, los casos de exhibicionismo se pueden encontrar en la Biblia. David engancha a esta actividad. Cuando David se enteró de que el Señor había bendecido a Obed-edom geteo, debido a la presencia del Arca de la Alianza, decidió vestirse con un efod de lino (una prenda de vestir, bastante exigua en tamaño, comúnmente usada por los sacerdotes de la antigua cultura israelita), y «bailó ante el Señor con toda su fuerza».
- Esta prenda era tan escasa en tamaño (David no llevaba ropa interior) que cuando los sacerdotes se acercaron al altar durante las ceremonias religiosas en el templo, se les advirtió de no subir los escalones para que no ver su desnudez.
- Sin embargo, David, vestido sólo con su efod, saltó y bailó tan salvajemente que su esposa Mical (hija de Saúl), que observaba desde su ventana, podía ver su desnudez y le menospreció por su exhibicionismo descarado (relato completo en II Samuel 6:12-16).
En los tiempos bíblicos, una falda corta era el atuendo habitual para un sacerdote hebreo, y que era posible que si el sacerdote era descuidado, sus genitales se hacen visibles a los demás. En el Éxodo (20:26), Dios prohíbe específicamente a los sacerdotes de participar en esta forma de exhibicionismo: «Y no subirás por gradas a mi altar, para que tu desnudez no se descubra sobre él».
Y esto no es todo, Dios les dio instrucciones específicas a sus sacerdotes respecto al tema: «Les harás calzoncillos de lino para cubrir su desnudez; llegarán desde los lomos hasta los muslos» (Éxodo 28:42). Sobre la necrofilia: La necrofilia es una parafilia donde el autor obtiene placer al tener relaciones sexuales con muertos, y a pesar de su extraña conducta ha sido estudiada ampliamente (Aquí un pueden ver una clasificación: A new classification of necrophilia, 2009).
No hay referencias a la necrofilia en la Biblia directamente, pero algunas referencias indirectas están ahí. Un ejemplo muy claro de dónde tonos de sadismo y la necrofilia se pueden ver es la famosa danza de los siete velos realizadas por Salomé. Era un baile muy erótico, en el que ella se quitó uno de sus siete velos a su vez hasta que quedó usando poco y nada.
Herodes estaba tan contento por su baile (que era por cierto su hija) que hizo un juramento solemne ante todos sus invitados para darle todo lo que ella deseara. Fue en ese momento en que ella le pide la cabeza de Juan Bautista en un plato. Oscar Wilde (1854-1900) escribió una obra de teatro basada en esta historia, destacando el hecho de que Salomé estaba encaprichada con el profeta, ocupando la cabeza cortada de Juan para besarla, un acto que no pudo hacer cuando Juan estaba vivo.
Al hacer esto, ella revela sus intereses sádicos y necrofílicos. — Con esta breve revisión de pasajes de la Biblia no he querido más que mostrarles que algunos comportamientos sexuales contemporáneos tienen antecedentes tan antiguos como en los mismos tiempos bíblicos.
- Es importante tener en cuenta y comprender que lo que es moral en una época, puede en algún otro momento comenzar a ser visto como inmoral y vice-versa.
- Hubo un tiempo en que fue considerado inmoral, incluso para los ginecólogos, tener una mirada directa a los genitales de la mujer.
- Por esta razón, cualquier procedimiento que tenían que hacer en los genitales femeninos había que hacerlo mirando a través de un espejo.
Hoy esto suena ridículo, incluso para un estudiante de medicina común. Del mismo modo que es muy posible que lo que consideramos hoy como moral y aceptable, puede el día de mañana ser condenado como inmoral y vice-versa. Cabe añadir que la cultura y la sexualidad están íntimamente entrelazados, uno influye en el otro profundamente.
Kinsey, Pomeroy y Martin comentaron muy acertadamente en su artículo « Sexual Behavior in the Human Male » que los antiguos códigos religiosos siguen siendo las principales fuentes de actitudes, ideas y racionalizaciones por las cuales la mayoría de los individuos define el patrón de su vida sexual.
Es muy posible que nuestros actuales patrones de comportamiento sexual estén influenciados – aunque sea inconscientemente – por más de alguno de estos relatos de textos antiguos. Pero eso no da argumento para citarles como referente irrefutable de la «verdadera expresión de sexualidad».
- No es ético, justo ni procedente el pretender imponer un estatus normativo de prácticas sexuales a partir de relatos de culturas, valores, creencias y contextos ajenos apelando a su supuesta inspiración divina y sagrada.
- En mi opinión, no se debe legislar con la Biblia en la mano.
- Las citas en hebreo las saqué de Biblia paralela en línea,
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¿Qué dice Jesús de la sexualidad?
Los desórdenes sexuales, sin ser el mayor pecado, son con todo un pecado. Jesús condena la ‘porneía’, la ‘moijeía’, la ‘asélgeia’, términos que en primera instancia pueden traducirse por ‘fornicación’, ‘adulterio’ y ‘lujuria’ (Mc.7,21-23; Mt.15, 19).
¿Qué dice Romanos 13 13?
13 Andemos como de día, a honestamente; no en glotonerías y borracheras, ni en lascivias y libertinaje, ni en pleitos y b envidia; 14 sino a vestíos del Señor Jesucristo, y no hagáis caso de los b deseos de la carne.
¿Qué dice el capítulo 18 de Levítico?
Levítico 18. Israel no deberá vivir como los egipcios ni como los cananeos — Se prohíben los matrimonios con parientes muy cercanos y se hacen otras prohibiciones — La conducta homosexual y otras perversiones sexuales son una abominación — La tierra vomita a las naciones que practican abominaciones sexuales.
¿Qué dice la Biblia de la menstruación de la mujer?
Una mano extrae un tampón ensangrentado. A la imagen, que es de 1971, se la ha considerado la primera muestra de arte menstrual. A su autora, Judy Chicago, pionera del arte feminista. Gioconda Belli, en la misma época, dedicó un poema a la que llamó ‘la enfermedad de las mujeres’.
No fueron hechos aislados. Las feministas de la segunda ola, que se produjo durante las décadas de los sesenta y los setenta, reivindicaron el cuerpo de la mujer y sus procesos. Lo hicieron, especialmente, desde el Colectivo de Mujeres de Boston, que publicó el libro Nuestros cuerpos, nuestras vidas,
Aunque hoy se visibiliza la regla desde el arte y a través de las redes sociales, se sigue silenciando en el ámbito personal, especialmente cuando hay hombres cerca. Ya no es una maldición, pero sigue arrastrando vergüenza. La menstruación como algo sucio, impuro, tóxico, contaminante, ha sido una constante en tantos lugares y durante tantos siglos que podría parecer universal, pero no lo es: ‘Cómo percibimos la regla es algo claramente cultural.
No deja de ser una construcción social, aun estando basada en algo biológico. Aún es un gran tabú para nosotras’, aclara Noemí Villaverde, autora de Una antropóloga en la luna, Un vistazo a la historia nos demuestra que el temor a la regla podría incluso estar presente desde la Prehistoria. Se cree que los hombres prehistóricos, como cazadores, temían que la sangre menstrual propiciara ataques de animales peligrosos.
Plinio el Viejo, por su parte, en el siglo I d.C., se encargó de extender la idea de que la menstruación era un instrumento poderoso ‘para bien y para mal’. Que la menstruación se vea como algo temible se ha explicado de diversas maneras. El escritor y filósofo rumano Mircea Eliade solía relacionar el tabú menstrual con el misterio y el miedo a la sangre.
‘Algunos estudiosos han tratado incluso de explicar la segregación iniciática de las muchachas relacionándolo con el miedo primitivo a la sangre menstrual’, escribió en Nacimiento y renacimiento, Purificación Heras, profesora de Antropología de la Universidad Miguel Hernández de Elche, explica el temor a la regla a partir de su propio nombre: ‘Purificación refiere al hecho de la construcción de las mujeres como sujetos impuros en algunos momentos y circunstancias’.
Hay constancia de que en el siglo VI se practicaban ritos purificadores relacionados con la regla en la India, donde las mujeres menstruantes tenían que bañarse en el río varias veces seguidas, frotarse con estiércol y bañarse de nuevo. Hasta un total de 94 baños seguidos.
- Esta idea de purificación, de influencia judía, también enraizó en el cristianismo.
- Hasta hace poco, estaba prohibido que las mujeres menstruantes recibieran la comunión’, nos recuerda Heras.
- Un texto del Antiguo Testamento, el Levítico, habla de la impureza de la mujer con la regla: ‘Cuando la mujer tuviere flujo de sangre, y su flujo fuere en su cuerpo, siete días estará apartada; y cualquiera que la tocare será inmundo hasta la noche’.
La del cristianismo y la del judaísmo no son las únicas tiranteces entre las religiones y la menstruación. Heras también recuerda un artículo de Fátima Mernisi sobre las restricciones a las mujeres musulmanas a partir de una relectura del Corán: ‘Ha sido el interés masculino por preservar su poder lo que ha rodeado de rechazo a las mujeres y a la menstruación, algo que intentó desterrar Mahoma’, dice Heras parafraseando a Mernisi.
Sin embargo, en un rápido recorrido por distintas culturas, esta antropóloga encuentra ejemplos en los que la menstruación no supone necesariamente un tabú. Es lo que se encontró, por ejemplo, Margaret Mead en Samoa, porque ‘la posibilidad de que una joven cause daño es limitada’, recuerda Heras. Con este ejemplo encontramos que ‘lo que podría haberse convertido en fuente de poder y prestigio, se convierte por el contrario en signo negativo y convierte a las mujeres en cuerpos a los que hay que controlar aún más’, explica Heras.
A June Fernández, directora de Píkara Magazine, también le llama la atención esta asociación de la menstruación con lo sucio y lo contaminante: ‘Me parece curioso que se asocie con la suciedad la regla cuando en realidad es un proceso de limpieza: se desprende el endometrio y se regenera de alguna forma el útero’.
No obstante, Fernández tiene una visión optimista de la situación actual, puesto que los antiguos mensajes de maldición, impureza y suciedad van cayendo en desuso. Lo que sí critica es que se nos siga explicando tan poco sobre este proceso. ‘Más que estigma veo desempoderamiento’, aclara. Los tópicos y los olores Si bien la consideración de la regla como algo contaminante se ha relajado en los últimos tiempos, no han dejado de escucharse tópicos, a veces envueltos en la apariencia de bromas, que impiden la normalización de la menstruación.
En un texto breve, titulado ‘ ¿A qué huele el coño? ‘, Elena Alonso, autora del blog Viajamor, escribió: ‘Y no te permito delante de mí que menosprecies el olor del coño. Porque por chistes como este venimos las mujeres arrastrando muchos siglos de represión’.
- Según Heras, los significantes de contaminación han ido perdiendo poder y eso ha propiciado un nuevo mecanismo de control que crea la necesidad de apagar los olores.
- Por eso, cree que ‘la higiene en la sociedad occidental es control del cuerpo individual’.
- Según la antropóloga Noemí Villaverde, nuestra sociedad no lleva bien ‘los adentros’, en general: ‘Lo que antes se veía como algo natural, defecar u orinar en la calle, por ejemplo, fue cambiando a partir del retrete y otras normas de pudor y discreción’.
¿Qué los diferencia entonces de menstruar? ‘Es únicamente de mujeres, por lo que es más fácil insertarlo en el lugar de lo sucio/salvaje/incivilizado frente a lo civilizado/normativo/objetivo de los hombres, que es como entendemos el binomio hombre/mujer en nuestra sociedad’, explica.
- Educación menstrual y política Erika Irusta, pedagoga menstrual y responsable de la comunidad educativa Soy1soy4.com, trabaja a diario para promover un ‘orgullo menstrual’.
- Tantos años concibiendo la regla como algo sucio ha provocado que incluso las propias mujeres recelemos de ella.
- Es importante el no tener asco a tu propio cuerpo, a tus propios fluidos.
Por ejemplo, a muchas mujeres les da asco la sangre menstrual, pero no el semen o la sangre en la nariz. Sin embargo, la regla nos dice cosas sobre nuestro cuerpo’, explica Irusta. Erika Irusta reconoce su deuda hacia el Colectivo de Mujeres de Boston, las autoras del libro Nuestros cuerpos, nuestras vidas, porque ‘fueron mujeres que estudiaron para mujeres lo que la ciencia no ha estudiado ni desarrollado y que, cuando lo hace, lo hace de manera productivista, patriarcal y neoliberal’.
- La antropóloga Purificación Heras, que también es enfermera, coincide con Irusta en que el sistema biomédico no ha ayudado precisamente a que eliminemos las connotaciones negativas de la menstruación.
- Heras jamás olvidará la frase que escuchó a uno de sus profesores: ‘La sangre menstrual es el llanto del útero por el hijo que no tiene’.
He aquí uno de los peligros del discurso esencialista sobre la menstruación: la posibilidad de reducirlo a la capacidad reproductiva. Para Irusta es importante recordar que ‘somos algo más que cuerpos que pueden tener criaturas’. Erika Irusta considera que reivindicar el ciclo menstrual es una cuestión política y su mayor aspiración es abrir un debate real en términos políticos.
- Nuestros cuerpos se han politizado y cuando nos querían dentro de casa se hizo un discurso sobre la menstruación, pero cuando nos querían fuera de casa se hizo otro’, remacha.
- Según la pedagoga, es necesario ir de lo íntimo a lo público.
- De lo contrario, corremos el riesgo de que se transforme en discurso y ‘en el momento en el que se transforma en discurso, volvemos a perder el cuerpo’.
De acuerdo con Irusta, June Fernández considera que aceptar el cuerpo es aún una forma de empoderamiento que nos permite reconciliarnos con la regla. Por eso, aboga por lanzar mensajes que no estigmaticen la regla pero que tampoco la mitifiquen. Porque la regla, según ella, es mucho más que sangre y dolor: ‘Es la señal de que todo está bien’.
¿Cómo afecta espiritualmente las relaciones sexuales?
La sexualidad espiritual placer sagrado! Para muchas personas, pensar en la sexualidad como una actividad espiritual podría parecer un poco extraño, incompatible e incómodo. Parecería que nuestro ‘modelo’ social no mira estas dos fuerzas como lo que realmente son: coexistentes y absolutamente complementarias.
La verdad es que estamos programados socialmente para percibir todo lo relacionado con la sexualidad como algo que se debiera ocultar, vergonzoso, tabú y hasta obsceno y degradante Esta concepción entiende lo sexual como necesario, pero única y exclusivamente para la supervivencia de la especie. La sexualidad es mucho más que un acto coital físico.
Es estar presente en el momento, estar presente en tu cuerpo, vivir plenamente las sensaciones y energías que se generan, los sentimientos que florecen es expresión del lenguaje físico. Y precisamente, muchas dificultades entre parejas surgen como consecuencia de esa falta de conexión espiritual en el sexo.
- Es entonces que comenzamos a tener experiencias sexuales vacías, soledad emocional y desolación espiritual.
- La sexualidad espiritual no es más que la idea de que, a través de la intimidad generada al compartir sexualmente, podemos conectarnos a algo más grande que nuestro aspecto puramente físico: nuestro espíritu.
El acto sexual consciente, abre el alma para que entregue y reciba fuerza enérgica de vida. Esta fuerza nos revitaliza tanto el alma como las emociones, y resulta en una vida diaria más plena y significativa. En ciertas civilizaciones, ha existido un gran apego entre la sexualidad y la espiritualidad.
Basta con echar sólo un vistazo a los fundamentos del Kama Sutra, el sexo Tántrico y las enseñanzas Taoístas de la sexualidad humana. Según el Kama Sutra, por ejemplo, la armonía se da cuando el hombre y la mujer viven como un solo cuerpo y una sola alma. Esta armonía comienza con la relación sexual. El Tantra, por su parte, también enfatiza esta unión de lo carnal y lo espiritual.
Desde su punto de vista, cada aspecto de la creación – incluyendo la sexualidad – debe ser celebrado y tratado como algo sagrado. Por lo tanto, la filosofía tántrica pretende enaltecer todos los sentidos de manera que se prolonguen las sensaciones de placer y se fortalezcan los lazos de intimidad entre la pareja.
- El éxtasis sexual es visto como una experiencia divina que culmina, en su momento, en el orgasmo, y éste nos brinda una experiencia sagrada que podrá acercar a la persona a su propia iluminación espiritual.
- La sexualidad es mucho más que sólo liberación sexual física, y también mucho más que sólo dos personas teniendo una experiencia espiritual.
Es la culminación de todo esto y más la totalidad de lo emotivo, lo físico, lo intelectual y lo espiritual celebrando la abundante fuerza enérgica de vida que nos invita a trascender y convertirnos en seres sagrados. Para lograr aceptar y crecer en nuestra espiritualidad sexual debemos dejar a un lado todas las creencias falsas que generan sentimientos de culpabilidad y comenzar a valorizar nuestra sexualidad, convertirla en divina.
- Se trata de concientemente decidir aceptar todo el placer que puede proveer un encuentro sexual.
- De darle la prioridad que merece en nuestras vidas.
- De cuidarnos física y emocionalmente, de sacar el tiempo para crear la atmósfera deseada de realmente celebrar el compartir sexual.
- Sentir, vibrar, gozar, vivir, reír, llorar, compartir, compenetrarse, ser ESO es espiritualidad sexual.
Aventurarse a ello no significa violar normas religiosas o morales, significa encontrarse a uno mismo y entregarse a alguien realmente por completo. : La sexualidad espiritual placer sagrado!
¿Qué es el sexo a nivel espiritual?
La sexualidad espiritual se da a partir de la intimidad sexual, donde se logra conectar con el otro, más allá de lo físico, principalmente desde lo espiritual.
¿Qué es la sexualidad para mí?
Sexualidad – Quienes somos como hombres y mujeres. Nuestra sexualidad cambia y crece a lo largo de nuestras vidas. La sexualidad incluye comportamientos sexuales, las relaciones sexuales, y la intimidad; cómo elegimos expresarnos como hombres y mujeres (incluyendo la forma en que hablamos, vestirnos y relacionarnos con los demás); orientación sexual (heterosexual, homosexual, bisexual), valores, creencias y actitudes como se relacionan con ser barrón o hembra; cambios que pasan a nuestros cuerpos como las etapas de la pubertad, el embarazo o la menopausia; si y cómo escogemos tener niños; el tipo de amigos que tenemos; cómo sentimos con respecto a la manera en que vemos; quienes somos como persona; y la forma en que tratamos a los demás.
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¿Qué significa la sexualidad humana?
La sexualidad humana es un fenómeno sociocultural que está influido por la calidad de las relaciones interpersonales, el contexto en que nos desenvolvemos y por la integración que hemos hecho de las experiencias vividas. La identidad, el deseo y comportamiento sexuales son componentes esenciales de nuestra sexualidad.